Socavado su pavimento y banquetas, con drenaje y tuberías a cielo abierto, la rúa Benito Juárez de Tijuana, mejor conocida como Calle Segunda, asemeja un campo minado. La posibilidad que la obra fuera detenida por presuntas irregularidades técnicas, hasta la fecha bajo investigación en Sindicatura Municipal y por las que incluso fue suspendida temporalmente la encargada de la misma, Marcia Eugenio Salcido Moreno, obligó, en un acto desesperado, a reventar los 16 mil metros lineales en los que se ejecutan estos trabajos de desarrollo urbano. De acuerdo a la convocatoria lanzada para la reconstrucción con concreto hidráulico de la calle Segunda, el proceso constructivo debía llevarse a cabo por tramos y señalizando rutas alternas de tránsito, especificaciones que, evidentemente, no se han respetado al ser ejecutada la acción. Asfalto y banquetas quedaron convertidos en escombros durante la última semana de febrero de 2014, para dar inicio a la primera obra de relevancia del XXI Ayuntamiento. Así permanecerán al menos hasta junio. Transitar por ahí es casi imposible. Solo los vecinos de las cinco cuadras afectadas se aventuran a caminar por despojos de lo que antes era una acera, o sorteando la propia vialidad hoy obstruida por restos de asfalto, cerros de tierra, maquinaria, cables, material de construcción y perforaciones de suelo. Lo hacen a riesgo de que los escombros que pisan se desplomen al vacío, en cualquiera de los múltiples hoyos que se observan desde la calle Miguel F, Martínez, hasta la Arias Bernal, tramo en el que se efectúan los trabajos. La obra, harto demandada por comerciantes y vecinos, terminó por ser un suplicio para todos. No solo es la incomodidad de estar prácticamente incomunicados, o ser privados constantemente por el servicio de agua potable y drenaje, o la ola de vandalismo que han tenido que enfrentar ante la ausencia de patrullaje, o los fétidos olores que emanan de drenajes destapados. Sin un espacio por dónde transitar con seguridad, los negocios ubicados en el área de reconstrucción de la calle Segunda se encuentran prácticamente confinados de la actividad comercial. Sin clientes para sostenerse, dos locales ya han cerrado, mientras el resto lucha por subsistir, tarea que se antoja difícil cuando las ventas se les han desplomado hasta un 80 por ciento. La suma de la pérdida económica en más de cien comercios es millonaria. Disminuir horarios de venta, número de empleados y aumentar los descansos obligados al personal, no es suficiente cuando se tienen que pagar servicios, renta y proveedores. La desolación priva entre los comerciantes, quienes demandan al gobierno de la ciudad, orden en una obra que a su ver se ejecuta con extrema lentitud y sin planeación adecuada, algo que les es perjudicial y que los mantiene al borde de la quiebra. Este es un resumen del reportaje El caos de la calle Segunda. Para leer completa la información ingresar a http://www.zetatijuana.com/noticias/reportajez/4841/el-caos-de-la-calle-segunda#sthash.RKEcW8vr.dpuf