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martes, octubre 1, 2024
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Sobre asociación estatal de Béisbol

Sra. Adela Navarro Bello Sr. César René Blanco Villalón Codirectores del Semanario ZETA Presente. —   Apreciables Codirectores: Primero que nada les digo que me siento personalmente congratulado por ser lector de ZETA los últimos 34 años, esto es, desde el primerísimo día que salió a la luz pública. Por ello, a Ustedes, apreciables Codirectores, les expreso mi cordial felicitación, por haber sabido mantener la línea editorial que les heredó nuestro querido e inolvidable Maestro, Don Jesús Blancornelas. No me resulta ocioso por otra parte, reiterar mi agradecimiento por las casi 30 cartas que ZETA ha recibido y han merecido un espacio en la sección respectiva desde que el Semanario nos abrió a sus lectores la oportunidad de expresar opiniones, quejas y denuncias públicas. Ahora, les pido me permitan referirme a lo siguiente: A finales del año pasado, se inició un movimiento dentro del ámbito deportivo, específicamente del béisbol, encabezado por el Señor Salvador Guerrero, orientado a terminar con una situación de caciquismo en la Asociación Estatal de Béisbol de Baja California, aún presidida por el Señor Freddy Armando Lugo Valenzuela. El referido movimiento fue llevado por derroteros que parecían infructuosos por la desidia de los Presidentes de las ligas del Estado, a los de varias maneras se les trató de motivar para que tuvieran el valor de terminar con el estado de cosas alrededor del béisbol. En la última edición de ZETA, el Contador Público Héctor Corrales nos da puntual la información de la actualidad de esta situación, de lo cual ya no ampliaré, pero sí me atreveré a manifestar que por fin un cacicazgo ha llegado a su fin. La manifiesta y desmedida solicitud ejercida por este nefasto individuo que durante 16 años se ha mantenido al frente de la Asociación aplicando revanchas, represiones y venganzas, para fortuna del béisbol de nuestro estado está llegando a su fin. Un arbitrario castigo a directivos, patrocinadores y equipos de la Liga Rural Maneadero, decretando sin fundamento alguno a principios de año, sirvió para que finalmente hubiera alguien que no se dejara. El Contador Público Juan José Carrillo presentó puntual escrito solicitando la intervención de la Comisión de Apelación y Arbitraje del Deporte, de cuyo resultado, mi querido amigo Corrales, repito, nos da puntual información de que dicha petición obtuvo resultados positivos así como del curso que tomará la referida petición. Para referirnos a tantas arbitrariedades cometidas por este hombre ensoberbecido de poder, sería necesario llenar algunas cuartillas. Yo les pido a Ustedes, apreciables Codirectores, me permitan referirme a algunas de ellas.  En 1997 ocurrieron dos situaciones siendo Freddy Presidente de la Liga Municipal de Béisbol de Tijuana. Al Señor Manuel Monroy, al que había nombrado Tesorero de la Liga, por haberle pedido la documentación de una operación de compraventa de unos terrenos –tema del que algún día me ocuparé–, lo declaró traidor y desleal destituyéndolo mediante una asamblea manipulada. Más adelante, Monroy lo emplazó a un recurso de “medios preparatorios a Juicio civil” de rendición de cuentas, al cual el Señor Corrales y yo, así como otras personas vinculadas al béisbol le dimos nuestra firma de apoyo. A todos nos declaró indeseables, repudiados, non gratos y expulsados de la Liga Municipal. Igual suerte corrió el Señor David González (Padre del jugador de Ligas Mayores Adrián González y su esquipo Mayos) En septiembre del mismo 1997, Corrales y yo, como ejes principales de la Directiva de la Liga Municipal de 1977, llevamos a cabo un evento de remembranza y homenaje a los peloteros que ese año habían ganado por primera vez en la historia de la Liga el Campeonato Estatal de Béisbol de primera fuerza. La realización del evento causó un severo disgusto al Señor Freddy Lugo, a la sazón Presidente de la Liga. Nos publicó sendos escritos en El Mexicano y El Heraldo, llenándonos de improperios, insultos y majaderías. Hoy al paso de los años nos hacemos la siguiente pregunta: ¿No habría sido mejor que él, como Presidente de la Liga, se hubiera sumado al homenaje? En 1998, por haber permitido que la Liga de Béisbol Amateur de Veteranos de Tijuana fuera admitida dentro de la Dirección de Veteranos del Estado, del cual era Director, suspendió y expulsó del béisbol al Señor Pedro Molina, fallecido. En 1999, hizo público castigo y expulsión de la Asociación Estatal de Béisbol de Baja California a la Liga Urbana de Mexicali, a sus Directivos y a su Selección, por no haberse presentado a jugar al Campo “Sierra Vera” de Tijuana a dirimir el Campeonato Estatal. Es preciso referir que la Liga Urbana se negó a jugar en Tijuana por dignidad deportiva, ya que el juego debió haberse realizado en terreno neutral, y por capricho del Freddy se dispuso jugarse en Tijuana. Todas estas represalias, si tomamos en cuenta la resolución de la Comisión de Apelación y Arbitraje del Deporte, a la que hace referencia el Señor Corrales, resulta que fueron ilegales, nunca debieron haberse ejecutado y por lo tanto agravan su arbitrariedad. Muchas gracias, Señores Codirectores.   José Carlos de la Trinidad Tijuana, B. C.

Autor(a)

Redacción Zeta
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Redacción de www.zetatijuana.com
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