“Tan malo el pinto como el colorado” “Tan malo el pinto como el colorado”, reza un conocido refrán para señalar en sentido figurado, cuando es tan malo, por ejemplo en nuestro caso: el servicio de un proveedor comparado con el de otro. Comúnmente se emplea como similitud utilizando las peleas de gallos entre un supuesto pinto y otro colorado, ambos muy malos. También en aquellas peleas de box, cuando los contendientes son tan malos, que ni los boletos de entrada general desquitan, mucho menos los de “ring side”. Éste es el caso que debemos de confrontar los usuarios de telefonía celular al menos en Tijuana en cuanto a los servicios de Telcel y de Movistar. Veamos: Nosotros nos decidimos a cambiar de Telcel a Movistar, movidos por la propaganda de los segundos, y las ofertas que ellos hacen, pero principalmente por encontrarnos hartos de las “mañosadas” de Telcel, en donde te escatiman tu tiempo aire desvergonzadamente. Una vez hecho el pago por el servicio (te atienden rápido), ellos te dicen que ocupan desbloquear tu aparato, lo cual lleva por lo menos 15 días, debido a que tienen mucho trabajo, mas esto no te lo aclaran a pesar de que ellos te aseguran que en su momento sí te informaron correctamente al respecto, cuando fuiste a realizar tu cambio de compañía. Ante eso, generalmente uno piensa: “Ya de qué otra me queda”. Pero también te aclara el empleado que te atiende en el proceso de cambio: si acaso requieres de tu aparato lo antes posible, puedes ir a tal lugar, que nada tiene que ver con la compañía, y en 15 minutos te desbloquean tu aparato y asunto concluido. El contubernio, aunque se sospecha, no se pudo comprobar. Debido a que nosotros contábamos con otro celular para nuestro negocio, tomamos la opción de esperarnos los 15 días. Para esto, después de cumplido el plazo, tuvimos que pasar por el infierno de tomar un boleto y esperar hasta casi dos horas para ser atendidos, ante la impasibilidad de los empleados, quienes aparte son entrenados para poner una cara inexpresiva, haciendo caso omiso de tus quejas. Para sorpresa nuestra, al final de la espera, nos dijeron que el aparato no se encontraba aún listo y aparte de todo, no existe lugar en donde uno pueda ir a preguntar si acaso ya se encuentra activado para recogerlo y entonces sí tomar un boleto y esperar. Lo cual te deja solo con la opción de ir, tomar boleto, y ver si corres con la suerte de que te atiendan a tiempo y de que en verdad esté listo tu aparato, aparte de haber perdido quizá horas de trabajo y permisos para faltar. Otra de sus artimañas, según pudimos ver en otros usuarios, es que les informaban que su aparato por obsoleto, no podía ser desbloqueado, con lo cual te inducen a comprar otro aparato, lógicamente de su compañía. Ante la larga espera y con una constante musiquita enfadosa de un monitor que transmite el número que en ese momento se encuentran atendiendo, algunos usuarios van con el joven de la puerta, quien mediante explicaciones difusas les dice que esperen, utilizando una sonrisa cretina (la verdad, sí impresiona el entrenamiento, pero sobre todo la conducta de “valemadrismo” de este sujeto). Total, que como señala una máxima: “Si parece ser muy bueno para ser realidad es porque no lo es” (al menos no como te lo pintan), al final de la experiencia decepcionante, nos dimos cuenta de que de acuerdo al refrán de nuestro título, “Tal malo el pinto como el colorado”, al igual que una pelea de box entre dos contendientes con notables deficiencias, como sería el caso entre el júnior Julio César Chávez (a quien representaremos como el pinto) en contra del ahora si colorado Canelo Álvarez, veríamos que nuestro tiempo, dinero y esfuerzo no hubiera valido la pena invertirlos apostando por uno u otro, o solo pagando por verlos. Así ocurre con Telcel y Movistar. Atentamente: Daniel Trujillo Tijuana, B. C.