Eran las tres de la tarde del lunes 21 de abril. Para empleados de confianza y de primer nivel del Gobierno del Estado, se cuenta como horario laboral. De hecho, de secretarios y gobernador no se sabe cuál es la delgada línea que divide sus actividades públicas gubernamentales y propias de su cargo, con las públicas dedicadas a la vida privada y la ideología personal. Pero ese lunes, a esa hora, en Tijuana y en un restaurante de comida china, la oficial mayor y encargada de despacho de la Secretaría de Gobierno, atendía asuntos del Partido Acción Nacional. Específicamente de la campaña de Gustavo Madero a la dirigencia nacional. Imagine el Lector, que entonces recibe una importante llamada como oficial mayor, mientras hace proselitismo. A la denuncia de renuncia de funcionarios con mucha actividad partidista pública, el gobernador -como en muchos otros temas- ha dado oídos sordos. Acompañaban a Quintero otros miembros del gabinete estatal, entre ellos, Ricardo Magaña, Raúl Araiza, Enrique Méndez, Manuel González, Leopoldo Guerrero y hasta del Ayuntamiento de Tijuana, el síndico social, Bernabé Esquer. La bola de funcionarios dedicados al proselitismo panista, podrán argumentar que era su hora de comida, pero vaya, no dejaron de ser funcionarios, mientras planeaban una comida de mil 500 panistas para agasajar a Madero. El PAN-gobierno en acción.