Es una expresión muy bajacaliforniana para dar a entender que una persona se va o se encuentra en Estados Unidos. Estar aquí cerquita, en Calexico por Mexicali, Tecate por Tecate, o San Ysidro y Otay Mesa por Tijuana, significa estar “al otro lado”. Pues al otro lado es donde, dicen, se refugian los principales miembros del gabinete kikista en Baja California. Del secretario de Gobierno con licencia, pues ya se suponía, dada la orden de aprehensión que tiene en territorio mexicano, pero del libre y secretario de Desarrollo Económico, Carlo Bonfante, no se esperaba. Resaltan en el propio gabinete que, temiendo que también se genere una orden de captura en su contra, por el mismo caso de investigación que se le sigue a Guillermo Trejo Dozal, Bonfante aparece solo lo estrictamente necesario en Baja California. Después de días, muchos días de ausencia que justificó con trabajo “al otro lado”, el señor se aparece poco. Lo hizo ayer jueves 24 de abril en la toma de posesión de la cúpula del Consejo de Desarrollo de Tijuana para acompañar a su jefe, el gobernador del Estado. Pero, insisten sus bienintencionados compañeros de gabinete, “el tiempo que le queda libre, cruza la frontera y allá permanece”, hasta que -de nueva cuenta- se ve obligado a un acto público en la tierra para la cual trabaja y donde le pagan. Lo preocupante en estos casos es que fue, precisamente en las designaciones “ciudadanas”, donde le explotó la bomba política a Francisco Vega, y que deba padecer dos importantes ausencias de dos funcionarios de “primer nivel”, por andar mayormente, “al otro lado”.