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lunes, octubre 7, 2024
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Ni una gota de agua para Ensenada

Los tres principales proyectos de infraestructura que garantizarían el abastecimiento de agua para Ensenada durante casi dos décadas, fueron programados para construirse en el sexenio del ahora ex gobernador del Estado de Baja California, José Guadalupe Osuna Millán, pero ninguno de ellos se concretó. Ni siquiera iniciaron su construcción. Acomodados en orden cronológico desde el año 2008, el Ejecutivo estatal los tenía previstos como sigue: primero, en la ciudad, construirían una planta desaladora con capacidad de 250 litros por segundo (lps), en un periodo de ejecución del año 2009 a 2010, y un costo de 351.9 millones de pesos. Luego vendría una segunda desaladora, a construirse en La Misión con una capacidad, también, de 250 lps, en un periodo de dos años, entre 2011 y 2012, y un costo de 350 millones de pesos. Finalmente, al mismo tiempo que la edificación de la primera desaladora estaría terminada, en 2010, los funcionarios estatales esperaban definir el proyecto para la interconexión del Acueducto Río Colorado-Tijuana, con el Sistema Morelos de Ensenada (Valle de Guadalupe), con una obra física prevista para iniciar en 2012 y terminarla en 2014. Esta interconexión le daría 500 lps adicionales a la población del municipio, decían los funcionarios. Pero no pasó nada. Ni la primera, ni la segunda, ni la tercera obra se realizó. Lo único que sí terminó fue la gestión de Osuna Millán. Los proyectos quedaron en papel, y se incorporaron a las promesas, primero de campaña y ahora de gobierno, del nuevo mandatario estatal, Francisco Arturo Vega de Lamadrid. Desde hace más de seis años, el Gobierno del Estado tenía prevista una cuarta, una quinta y una sexta alternativa de abastecimiento de agua para este municipio, y tampoco pudo: la construcción de tres plantas desaladoras para la zona sur de Ensenada. Una de ellas, abastecería los ejidos de Camalú y Padre Kino. Brindaría 40 lps y sería construida en el periodo 2011-2013, a un costo de 68.2  millones de pesos. Otra, dotaría de agua a la zona de Leandro Valle y Los Pinos, en San Quintín, generando 40 lps, para construirse entre 2010 y 2011, con un costo de 80 millones de pesos. Y una tercera, la Planta Desaladora en Isla de Cedros, que produciría 5 lps, sería erigida en el periodo 2010-2011, a un costo de 14 millones de pesos. Semanas atrás, el domingo 25 de febrero de 2014, el gobernador Kiko Vega visitó la delegación de Isla de Cedros. Ahí, como si fuera una novedad, informó a los pobladores que trabajan en un proyecto para construir una desaladora. Acompañando al gobernador, el secretario de Infraestructura y Desarrollo Urbano del Estado, Manuel Guevara Morales, anunció que la planta tendría, en una primera fase, una capacidad de 5 lps, que la inversión sería superior a 4 millones de pesos (10 menos que lo proyectado en 2008), y “esperan” tenerla lista antes de que concluya este año. La segunda fase de esta obra, anunciada por Guevara, que no incluye un estimado de fecha ni de dimensiones, es la construcción de dos tanques de almacenamiento, “para facilitar la distribución y suministro de agua”. Desde 2005, la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) registraba cuatro acuíferos sobreexplotados en Baja California, de un total de 18. Los cuatro acuíferos estaban en territorio de Ensenada. El acuífero de Ojos Negros presentaba en esas fechas una extracción de 25.52 hectómetros cúbicos (hm3) anuales. Un hectómetro equivale a un Gigalitro, es decir, mil millones de litros. La recarga anual en ese acuífero era de 19 hm3 al año. También en 2005, el acuífero de Maneadero registraba una extracción de 30.61 hm3, y una recarga media de 20.8 hm3. Al acuífero de San Quintín, se le extraían 24.4 hm3 y se recargaba con 19.1 hm3; mientras que el acuífero de Valle de Guadalupe, se recargaba con 23.87 hm3 y le eran extraídos 33.51 hm3. Aunado a ello, los acuíferos de Maneadero y San Quintín, presentaban intrusión marina, por lo que además de la falta de agua, comenzaban a ser más salados. Las cifras de sobreexplotación no mejoraron. Con datos de la CONAGUA, para el año 2008, el Gobierno del Estado registraba 146.30 millones de metros cúbicos sobreexplotados, ya no en cuatro, sino en nueve acuíferos de la región de Baja California. Siete de ellos en Ensenada (Ojos Negros, Maneadero, La Trinidad, Camalú, Colonia Vicente Guerrero, San Quintín y San Simón), uno en Mexicali (Valle de Mexicali), y otro más en San Luis Río Colorado (Mesa Arenosa de San Luis Río Colorado, Sonora). Después de que José Guadalupe Flores Trejo tomara protesta como director de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CESPE), el 30 de diciembre de 2009, el funcionario advirtió en eventos públicos, que a partir de 2012, la ciudad comenzaría a tener desabasto de agua en colonias. Pero sus declaraciones no generaron ninguna reacción, ni aceleraron algún proyecto. Para febrero de 2011, Flores Trejo fue removido del cargo de director, siendo actualmente coordinador de Desarrollo Institucional de la CESPE. Su lugar fue tomado por José Alfredo Salazar Juárez, quien permaneció en el cargo hasta el 31 de octubre de 2013, y fue reemplazado el 1 de noviembre del mismo año por el actual director, Arturo Alvarado González. En algún momento, en los últimos años del sexenio de Osuna Millán, las fechas para el inicio de las obras de las plantas desaladoras y la obra de la derivación del Acueducto San Luis Río Colorado-Tijuana (ARCT), comenzaron a cambiar en las diapositivas y documentos de la CESPE, y de la Comisión Estatal del Agua (CEA). En septiembre de 2011, la planeación de abastecimiento de agua potable de la CEA tenía en su agenda que la planta desaladora de “El Salitral” se comenzaría a construir en 2012, con una inversión inicial de 407 millones de pesos, y 110 millones de pesos para 2013, año en que estaría concluida. Sin embargo, a la fecha no ha sido colocado un solo bloque o varilla de este edificio que solo se conoce en dibujos hechos en computadora, y distribuidos por la CEA. Nuevamente les falló el cálculo. Además de no iniciar en el tiempo previsto, la CEA cambió la ubicación de esta planta, pasando de “El Salitral”, a un lote baldío ubicado frente al humedal conocido como “La Lagunita”, en una zona industrial de la Avenida Pedro Loyola, más cerca de la mancha urbana. Aun sin contar con el permiso de uso de suelo correspondiente por parte del Cabildo de Ensenada, para ese tipo de construcción en la nueva ubicación, pues era incompatible, la CEA ya había confirmado el cambio desde el año 2012 a la empresa ganadora de la licitación, denominada GS Inima. Bajo el argumento de que Ensenada necesitaba agua, el Cabildo del XX Ayuntamiento, dejó pasar el descaro de la CEA y aprobó el cambio de uso de suelo en la zona, el 8 de marzo de 2013. Sin opciones de abastecimiento funcionando, y a más de un año de la advertencia de Flores Trejo, la ciudad vivió una de las peores crisis de desabasto de agua en su historia, la cual llegó en verano de 2013. Hubo cortes de agua en colonias a lo largo y ancho de la mancha urbana, sin previo aviso. En algunos puntos el desabasto resultaba más crítico, semanas completas sin agua. La CESPE comenzó a recibir miles de quejas, mientras los colonos acudían a sus instalaciones a manifestarse en demanda del servicio. La CESPE anunciaba tandeos y horarios que no cumplía, y continuaban las quejas, hasta que pasó la temporada de verano y la reducción de calor trajo consigo la reducción en el consumo en Ensenada, lo que dio un respiro a los empleados de la paraestatal. Sectores organizados en la ciudad comenzaron a manejar con mayor frecuencia en sus agendas, reuniones con funcionarios vinculados a la temática del agua, como Grupo Madrugadores, el Consejo Coordinador Empresarial de Ensenada (CCEE) y la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (CANACINTRA), que el 7 de marzo de 2014, llevó a cabo el “Foro del Agua: Problemáticas y Soluciones”, enfocado específicamente al tema. Ahí estuvieron investigadores de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), del Instituto Municipal de Investigación y Planeación de Ensenada (IMIP); del Centro de Investigación y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), de la CESPE; el diputado federal David Pérez Tejada y los diputados locales Armando Reyes Ledesma y Marco Antonio Novelo Osuna. Todos coincidieron en la urgente solución y en la falta de comunicación entre dependencias, algo que se evidenció recientemente. El 7 de enero de 2014, el Consejo de Desarrollo Económico de Ensenada (CODEEN) publicó un documento denominado “Proyectos Estratégicos para el Desarrollo Económico Sustentable de Ensenada, B.C.”, en el cual se aborda el tema del agua como el número uno de los proyectos prioritarios para el municipio. En específico, se refería a la derivación del ARCT, que conectará el conocido como Tramo Tanamá en el municipio de Tecate, con el Sistema Morelos en Ensenada. El mismo proyecto abordado desde 2008 por el Gobierno del Estado y previsto en las obras para este municipio. Días después, a mediados de febrero de 2014, declaraciones del director general de la CONAGUA en Baja California, Eduardo Ledesma Romo, para el periódico El Vigía, sugerían que en las oficinas de la Comisión Nacional del Agua nunca habían tenido el proyecto de la derivación del ARCT hacia el Valle de Guadalupe. La declaración dejó “secos” a funcionarios municipales y estatales, pues no hubo comunicado ni de la oficina del gobernador, ni de la CESPE, ni de la CEA, o de algún representante del gobierno estatal que lo desmintiera. La dependencia federal parecía tener la razón, no contaba con un documento respecto al proyecto que desde hace seis años, el Gobierno del Estado destacaba como una obra prioritaria junto a las plantas desaladoras. Para el 5 de marzo, el presidente del CCEE, Wenceslao Martínez Santos anunció haber entregado el proyecto de la derivación del acueducto a Eduardo Ledesma, de la CONAGUA. Ambos personajes se tomaron una fotografía con el documento en mano, una gruesa carpeta, y el CCEE incluyó la imagen en un comunicado, anunciando que con ello “se eliminan todas las dudas que había en torno al tema y la dotación de agua del Río Colorado, al municipio de Ensenada”. Al tiempo en que esta historia se desenvolvía, otro proyecto de abastecimiento de agua para Ensenada, comenzaba a darse a conocer, ahora por parte del Gobierno Federal y de la propia CONAGUA. Planteado como una nueva alternativa ante la necesidad del municipio, resultó una sorpresa para especialistas en materia de agua en Ensenada, investigadores del CICESE, de la UABC, e integrantes del Comité Técnico de Aguas Subterráneas (COTAS) Valle de Guadalupe A.C., por citar algunos. Con mil 800 millones de pesos de inversión, el nuevo proyecto no está vinculado al ARCT, sino a la recepción de aguas grises provenientes de la ciudad de Tijuana, y es promovido como el compromiso 127 de la campaña del ahora Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, según declaraciones del diputado federal David Pérez Tejada. “Nos cambiaron el agua del Colorado, por la caca de Tijuana”, acusaría el presidente del COTAS del Valle de Guadalupe, Roberto Lafarga, en entrevista con ZETA, mientras intentaba resumir la situación que impera en el valle vitivinícola. Para una parte de los integrantes del COTAS, incluyendo a su presidente, el no conocer a detalle este proyecto, que el Gobierno Federal estima tener listo en tres años, no les permite respaldarlo. Y si no lo conocen, “lo van a rechazar”, advirtió Lafarga. “La importancia de este proyecto es la producción de uva del Valle de Guadalupe en más de 15 mil toneladas, lo cual derivará en grandes ganancias para la zona, incrementando 100 hectáreas para superficie de cultivo. Cabe señalar que la obra en cuestión generará 525 empleos directos y 300 indirectos. De igual forma, se busca abatir el rezago de agua para consumo doméstico que se ha convertido en un problema en los meses recientes, y deriva en tandeos programados por la CESPE”, expresó el diputado David Pérez Tejada en un comunicado de prensa relacionado con esta obra. Investigadores de la UABC han manifestado su preocupación por la calidad del agua que estaría llegando a Ensenada, y esperan, al igual que los integrantes del COTAS Valle de Guadalupe, tener más información sobre este proyecto, que ya ha sido rechazado abiertamente, por los mismos motivos, por el presidente de la CANACINTRA en Ensenada, Mario Ezequiel Zepeda Jacobo. Desde 2004, el único proyecto conocido de reúso de aguas para la zona del Valle de Guadalupe provenía de la CESPE, teniendo como alternativa el aprovechamiento de la planta de tratamiento de aguas residuales de El Sauzal para el riego agrícola en viñedos de San Antonio de las Minas, con un gasto estimado de 100lps y una inversión de 127 millones 896 mil 257 pesos. Nunca se concretó. Ahora, con una nueva opción en puerta, estimada en un lapso de tres años, los habitantes de Ensenada se quedan, de nueva cuenta, a la expectativa y sin mejoras al servicio. El cambio de temporada, el incremento en las temperaturas en la región y la sequía que afecta tanto a Baja California como a todo el Estado de California, Estados Unidos, complican el escenario para la temporada de verano en el puerto, y que a inicios de esta semana, parecía haber llegado. La propia CESPE advierte que continuarán con los cortes y tandeos de agua en la ciudad, que podrían ser más prolongados este año, comparado con 2013. Los reclamos del empresariado local, de los integrantes del COTAS Valle de Guadalupe, y de los ejidatarios del Valle de Maneadero, quienes demandan el aprovechamiento de las aguas tratadas de la planta El Naranjo que actualmente son tiradas al mar, también han subido de tono a lo largo de las últimas semanas. En resumen, con el paso de los años, el Gobierno del Estado de Baja California no ha podido resolver una sola de las alternativas que tenía proyectadas. El mandatario estatal Francisco Vega de Lamadrid dedicó tiempo a crear un programa de la Secretaría de Desarrollo Social del Estado que rimara con su nombre, y le puso “Aquí Contigo”, por lo cual, el domingo 9 de marzo, entregó tinacos para agua en colonias populares de esta ciudad, a personas de la tercera edad. El ejecutivo destacó el hecho a través de un comunicado de prensa, haciendo ver que era la primera vez que regalaban tinacos; por lo que, de no aterrizar en tiempo y forma los proyectos de las plantas desaladoras y acueductos, esos tinacos se perfilarán como una de las principales obras en materia de agua en el gobierno de Kiko Vega. Atorada la desaladora, pero con plazo de 20 meses La obra de construcción de la planta desaladora en Ensenada -de acuerdo al titular de la SIDUE, Manuel Guevara Morales- está programada para realizarse en un plazo de 20 meses. Hasta el jueves 13 de marzo de 2014, la única actividad que se ha registrado en el sitio ha sido la de maquinaria con la que despejaron el matorral del predio, que operará bajo concesión de veinte años la empresa OHL Inima. Este desmonte fue realizado semanas atrás y la maquinaria ya no está el terreno. Una casa móvil cerrada y empolvada es lo único que se observa en el lugar. El director de la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano del Estado asegura que hay algunos trámites pendientes dentro de ese proceso de construcción, específicamente ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, proceso que la empresa concesionada está llevando a cabo y no se ha concluido. Advirtió además que otras modificaciones podrían ocurrir en relación al plan original, y están relacionadas con la interconexión de la planta con tanques de la CESPE. El funcionario espera poder cumplir con el plazo estimado, que se muestra en un letrero ubicado en el terreno, donde también se indica la inversión hecha para este proyecto: 517 millones 825 mil 554.50 pesos. Aparecen como participantes de la obra las dependencias federales de BANOBRAS y CONAGUA, además de la Comisión Estatal del Agua, CESPE y Aguas de Ensenada, que es la operadora de la empresa privada OHL. La planta desaladora de Ensenada es uno de varios proyectos que el Gobierno del Estado de Baja California pretende realizar desde 2008 para resolver el problema de abastecimiento de agua para Ensenada. Por motivos poco claros a lo largo de más de seis años, este proyecto ha tenido retrasos, procesos irregulares y constante cambio de planes, incluyendo la ubicación del lugar  

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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