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sábado, octubre 5, 2024
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Infidelidades

Una mujer está en la cama con su amante cuando oye al marido llegar. “¡Vamos, de prisa! Quédate parado allí en la esquina”. Rápidamente, ella cubre el cuerpo del amante con aceite y lo salpica con talco por encima. Le advierte: “No te muevas hasta que yo te diga, finge que eres una estatua, yo vi una igualita en casa de los Almeida”. En eso, el marido entra y pregunta: — ¿Qué es esto? “¿Eso? Ah, es sólo una estatua. Los Almeida colocaron una en el cuarto de ellos y me gustó tanto, que compré una igual”, contestó fingiendo naturalidad. Y no se habló más de la estatua. A las dos de la madrugada, la mujer está durmiendo y el marido todavía está viendo televisión. De repente, el marido se levanta, camina hasta la cocina, prepara una torta con todo y chilito jalapeño, agarra una lata de cerveza y va para el cuarto. Allí, se dirige a la estatua y le dice: — Toma idiota, come y bebe algo, yo me quedé dos días parado como menso en el cuarto de los Almeida ¡y ni un vaso de agua me ofrecieron! Dos amigos se encuentran y uno le dice al otro: “No sabes lo que me pasó ayer. Llego a casa y me encuentro a mi mujer en la cama con un fisicoculturista. El caso es que para mi sorpresa, el fulano también es boxeador, así que cuando quise reclamarle… ¡que me agarra del cuello, me empuja a un rincón, me pinta una raya en el suelo y me dice!: ‘Si pisas esta raya, te mato’. Y acto seguido, regresó a la cama con mi mujer a continuar la faena. — ¡Vaya situación! Tú, ¿qué hiciste? “¿Yo? Pues no sé qué se creería ese imbécil, pero cuando no miraba, ¡yo pisaba la raya! Autor: Un escultor.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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