El populismo de Robles

La gira de Rosario Robles por Tijuana no fue distinta al populismo que ha caracterizado a la Secretaría de Desarrollo Social. Lucimiento personal, acarreo condicionado a ayuda, embellecimiento de sedes y promesas federales. Ex dirigente del Partido de la Revolución Democrática, Robles ahora trabaja para un gobierno del PRI, y en el asistencialismo tricolor se sabe mover. Anunció que su dependencia será la administradora de los fondos federales para la frontera, con la intención de menguar los efectos del incremento del Impuesto al Valor Agregado (IVA), del 11 al 16 por ciento en la frontera. La gira de Robles inició con un acto engrosado por acarreados que fueron “convencidos” de asistir bajo la amenaza de perder los beneficios que les otorga SEDESOL, como el programa Oportunidades. Su anuncio de destinar 821 millones de pesos a Baja California, provenientes del Fondo para la Frontera, se vio opacado por la clara intención de presumir un aumento en los beneficiarios de la Secretaría de Desarrollo Social a nivel nacional, y cuando se le preguntó al gobernador si el fondo fronterizo pudiera resarcir el impacto de la homologación del IVA, respondió con un contundente “claro que no”. Superficial Cruzada en Tijuana Para contextualizar la visita de la funcionaria de Desarrollo Social, vale recordar el paso de su programa distintivo, la Cruzada Nacional contra el Hambre, que en julio de 2013 aterrizó en Tijuana. El miércoles 17 del mencionado mes y año, SEDESOL tocó las puertas de los hogares de la colonia El Niño, localizada al Este del municipio. Familias que relataron a ZETA sus vidas diarias, carentes de seguridad social, empleo, recursos para una alimentación adecuada; jefas de familia y ancianos desprotegidos. Uno de esos casos, es de la señora Guadalupe Santos, jefa de familia con tres hijos, uno de ellos con Síndrome de Down, que no ha podido ser atendido desde hace 10 años, precisamente por falta de recurso. Con 500 pesos a la semana que le aporta el padre de sus hijos, apenas puede pagar sus gastos básicos, no contaba ni siquiera con techo y no recibía apoyo gubernamental alguno. Desde aquella fecha, Marco Antonio Corona Bolaños Cacho, delegado de SEDESOL en Baja California, se comprometió a dar apoyo inmediato a través de los diferentes programas de esa dependencia, o de las otras 19 secretarías federales que participan en la estrategia, junto a los gobiernos estatal y municipal. No obstante, la ayuda llegó cuatro meses después, el miércoles 16 de octubre, un camión lleno de material arribó a un parque deportivo de la zona, cuando los vecinos entrevistados por este Semanario se sentían desesperados. Previo a la visita de Rosario Robles, se entrevistó a Lourdes Santana, secretaria del comité vecinal en aquella colonia, para conocer su balance del proyecto. Sus números no son alentadores: fueron alrededor de 950 paquetes de techumbres los que se entregaron, y solo unas 50 o 60 personas se beneficiaron con el empleo temporal. Desconoce con exactitud cuántos materiales fueron efectivamente colocados, y para colmo, hay por lo menos cuatro vecinos a los que no se les han pagado sus 3 mil pesos por la colocación de los techos, “vienen a cobrar y vienen a cobrar”, comenta. A Iván Santana, hijo de Lourdes, se le pide una opinión sobre lo hecho en la Cruzada y responde: “Se me hace algo superficial, se necesita algo más de fondo, pero todo ayuda, porque algo que se les dé es bueno”. Algo “más de fondo”  en su opinión, sería iniciar con la pavimentación de la colonia, mejorar el servicio de recolección de basura y  hacer más eficientes los servicios de salud pública. Los Santana también apuntan la falta de sensibilidad del personal de SEDESOL para tratar con personas de bajos recursos, “notamos falta de experiencia, falta de capacidad para resolver”. Iván hace cálculos y se da cuenta que desde octubre o noviembre, el programa en su colonia está parado, “algo es seguro, casi terminamos marzo y no han avanzado nada, entonces, tengo entendido que quieren dar un reporte en agosto de que el índice de pobreza bajó, estamos hablando de que estamos en marzo, tenemos cuatro meses, a mí se me hace muy poco tiempo si quieren hacer algo de fondo”. Asistencia por beneficio El trato fue estar ahí desde las 9:30 de la mañana, para algunos hubo transporte, otros debieron llegar por sus medios; no hubo promesa de torta, ni jugo, pero sí la advertencia que de no asistir, los recursos de programas como Oportunidades no llegarían a sus localidades.  Así se acarrearon las masas al primer evento de Rosario Robles en el ayuntamiento de Tijuana. Previo a la visita de la funcionaria, uno de los empleados de la Secretaría de Desarrollo Social, contó a ZETA la estructura del acarreo que se planeó. Se supo que diez personas identificadas como “RA” (Responsables de Atención) fueron instruidas para “invitar” a 200 personas cada uno e “ir a hacer bola en el evento”. Los cálculos matemáticos dan un total de 2 mil acarreados, aunque debe sumarse a empleados y funcionarios de los tres niveles de gobierno. Pero ni con el acarreo lo lograron. Los “invitados” arribaron desde temprano al lugar de la cita, donde los esperaba una jornada asistencialista. El populismo puro. Módulos de dependencias federales, del Ejército Mexicano, tiendas de Liconsa y Diconsa, más dependencias estatales, municipales y paraestatales para atender sus necesidades. Por lo menos durante la estancia de Robles en la ciudad. Dentro de Palacio Municipal se instaló la parafernalia para recibir a Rosario Robles: pantallas gigantes con el logo de la Cruzada Nacional contra el Hambre, una tarima para invitados especiales y cientos de sillas más para otros funcionarios y muchos beneficiarios de los programas de SEDESOL. En agenda, Robles llegaría alrededor de las doce del mediodía, sin embargo, ingresó al lugar a la una de la tarde, tiempo en que el objetivo de los programas sociales entró en una contradicción: los acarreados tenía hambre. Martha Ochoa, presidenta del comité comunitario de la colonia Villa Urrutia cuarta sección, dentro de la delegación Sánchez Taboada, arribó acompañada de veinte personas de su colonia desde las nueve de la mañana, sin alimento ni bebidas. Se dolió: “Tenemos hambre, ni siquiera un vasito con agua”. Fondo que no alcanza y discreta mención de la Cruzada vs. el Hambre Robles llegó acompañada del gobernador de Baja California, Francisco Vega de Lamadrid, de los cinco alcaldes y otros funcionarios federales, estatales y municipales. Para la bienvenida, Jorge Astiazarán, alcalde de Tijuana, tomó el micrófono y habló de una “estrategia de resultados” liderada por la funcionaria, e hizo mención de la Cruzada Nacional contra el Hambre y de las campañas de afiliación promovidas durante el actual sexenio, sin detallar cifras. Kiko Vega destacó los fenómenos sociales de migración y deportación en la entidad, 56 mil mexicanos que llegan a Baja California de otras entidades y 100 mil deportados de Estados Unidos anualmente. Refirió: “En Baja California, el desarrollo ha sido resultado del esfuerzo de sus habitantes”, sumó a sus palabras para hablar de una entidad con características atípicas al resto del país. Después, la secretaria de Desarrollo Social se paró frente al micrófono para dar cifras de afiliación y anunciar beneficios que llegarán a la entidad. Lo primero fue presumir resultados nacionales de un año de afiliación en programas de apoyo como “65 y Más” y “Seguro para Jefas de Familia”. Dos millones y medio de adultos afiliados en el país, 34 mil en Baja California, tres millones de mujeres jefas de familia que a partir de su registro en SEDESOL, son beneficiarias de un seguro que otorga a sus hijos becas estudiantiles en caso que ellas fallezcan. Además, dio la noticia que a partir del próximo ciclo escolar, los jóvenes estudiantes que terminen su bachillerato y que sean beneficiarios de Oportunidades, podrán adquirir una beca para sus estudios universitarios. Para las mujeres en el mismo programa, que como dijo la secretaria, “ponemos un puesto de quesadillas en la esquina y nuestros hijos salen adelante”, informó que tendrán acceso a créditos y condiciones preferenciales para que inicien proyectos de negocios. Sobre la Cruzada Nacional contra el Hambre, que según dijo, ha atendido a 3 millones de personas de los 7 millones que se plantearon como objetivo, la calificó como un compromiso “moral y ético” del Presidente Enrique Peña Nieto, “No podemos estar tranquilos y descansar, ni los gobernantes ni la sociedad, si hay niños y niñas que se acuestan sin a haber comido lo suficiente”. Sobre la inclusión de Tijuana y el resto de los municipios del estado en la estrategia, mencionó: “Nos dijeron, ¿por qué en Tijuana, si es una gran ciudad? Porque en este país, el 60 por ciento de las personas que están en condición de pobreza viven precisamente en las grandes ciudades, y es esa desigualdad la que rompe el tejido social”. De la estrategia emblema en materia de desarrollo social del Gobierno de la República no sé dijo más, y en el discurso avanzó al anuncio del Fondo para Fronteras que surge para “compensar” los daños que podría ocasionar la aprobación de la homologación del IVA en la franja fronteriza, “y para proteger a las familiar más vulnerables del estado”, dijo. Se trata en total de 3 mil millones de pesos, no obstante, corresponde a SEDESOL aportar 2 mil 500 millones, de los cuales 821 millones serán para Baja California en tres diferentes programas.  “Por votación salieron ganones, señor gobernador… o Kiko, como le dice cariñosamente su pueblo”, espetó Rosario Robles. El presupuesto se ejercerá en 56 mil familias del estado a través de la tarjeta “Sin Hambre”, que otorga mensualmente 638 pesos que solo pueden intercambiarse por 14 productos básicos en tiendas Liconsa. También en la instalación de 182 comedores comunitarios para niños, mujeres embarazadas, en etapa de lactancia y adultos mayores de escasos recursos. Robles comentó que, aunado a lo anterior, se impulsará un programa de empleo temporal para que la ciudadanía participe mejorando su entorno. Después de los discursos,  los reporteros cuestionaron al gobernador del estado sobre si efectivamente el fondo de las fronteras menguaría el impacto de la homologación del IVA, respondió con un “claro que no” y siguió su camino hacia el estacionamiento del ayuntamiento. Buena comida, por visita de funcionaria “Ahora sí está rica la comida, no siempre está buena”, fue la expresión de Luis, uno de los menores asistidos en el Club de Niños y Niñas de Loma Dorada, en Tijuana, el centro que haces seis años dio origen a las estancias comunales infantiles replicadas en 11 puntos más del país. Entre sesiones de fotos para el recuerdo con autoridades locales, estatales y el constatar cada actividad realizada por los menores, media hora le llevó a Rosario Robles realizar el recorrido por el primer club. De beneficio, solo dejó una buena comida servida ese día, y la promesa de avalar un convenio nacional que garantice una comida al día a los 4 mil 500 niños a los que asiste el Club de Niños y Niñas. Escuchó de voz del fundador y presidente nacional del Club de Niños y Niñas, Enrique Gamboa Núñez, las bondades de contar con un proyecto de esta naturaleza en zonas marginadas de la ciudad. Y aunque se le requirió apoyo para el desarrollo de un proyecto de aguas residuales que permita al centro cultivar sus propias hortalizas, no comprometió ayuda alguna, hasta ver una propuesta en forma y realizar un acuerdo nacional. Otro acuerdo El último compromiso de Rosario Robles fue en el Centro de la Cultura de la Legalidad, donde se firmó el Acuerdo Integral para el Desarrollo Social Incluyente, que compromete a las diferentes dependencias federales, estatales y municipales a trabajar en coordinación en pro del desarrollo social. Concretamente, se logró consolidar el Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social con 35 millones de pesos, que tiene como objetivo invertir en el desarrollo y mejoramiento de viviendas de personas en situación de pobreza. Robles fue despedida con las palabras de los cinco alcaldes y del gobernador del estado, con la promesa de regresar pronto a Baja California.