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martes, octubre 1, 2024
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“De delincuentes a celebridades…”

1.- “¡Qué mala onda, agarraron al Chapo!”, “¿Usted cree que lo dejen ir?”, “El Chapo es mi papá’”; es lo primero que escuché la mañana del lunes, luego de que el sábado anterior se anunciara la aprehensión de quien se decía, era uno de los delincuentes más buscados. Quienes se lamentan, cuestionan y juegan con esta noticia, son adolescentes que inician la escuela secundaria, que aún no habían nacido cuando Joaquín “El Chapo” Guzmán ya era todo un capo y ya se había fugado de la prisión. Lo conocen y saben de él por lo que han visto, leído y escuchado, ya en las redes sociales por Internet, en los “narcocorridos”, ya en la televisión y los menos, en diarios, revistas y periódicos porque no tienen la costumbre de leerlos; es decir, lo conocen de oídas y no obstante, muchos lo admiran, se sienten atraídos por la forma de vida del delincuente, por el dinero, las armas y los lujos que lo rodean. No son pocos los jóvenes que abiertamente y al ser cuestionados respecto a su vida futura responden que les gustaría convertirse en narcotraficantes o en sicarios. Son como lo comentamos antes en este mismo espacio, “admiradores de la violencia y de lo ilegal.” Ya en el 2013 la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) realizó una encuesta al respecto entre jóvenes de ocho estados del país, principalmente de la región norte, los números arrojaron un promedio del 26% de los encuestados que manifestaron esa preferencia. 2.- Otra reacción casi inmediata de la detención del “Chapo” Guzmán es el hecho de que a la avenida costera de Mazatlán, hayan acudido personas de todas las edades para tomar una foto del edifico Miramar, lugar de la captura del delincuente que aparecía en la revista Forbes, esa que acostumbra publicar nombres y calcular sus fortunas. Algunos hasta posan en primer plano teniendo como fondo el mismo edificio Miramar, los más discretos, circulan por la costera y al llegar  al sitio, disminuyen la velocidad de sus autos para “admirar” y “reconocer” el ahora afamado escondite del pillo detenido. Llegaban, veían, tomaban la imagen en foto o video cual si se tratara de una reliquia del afamado delincuente. Apenas habían pasado unas cuantas horas de esa detención cuando, hasta el mismo lugar, llegó el primer “compositor” de un corrido narrando el hecho mientras hacía como que tocaba la guitarra con la que intentaba –muy mal por cierto– acompañar su inspiración, dando santo y seña de la fecha, las circunstancias y el personaje principal. Su “actuación” apareció en cadena nacional en uno de tantos cortes informativos habidos ese sábado 22 de febrero, ahora tan mentado. Es tan solo una muestra de cómo –para algunos– los que actúan fuera de la ley, pasan a convertirse de delincuentes a verdaderas celebridades… 3.- Cierto, ha sido un buen golpe del gobierno federal, puntos buenos para “Enriquepeñanieto” que le ha valido la felicitación de gobiernos de otros países, aunque a decir verdad, el gobierno de los Estados Unidos también debería compartir los enhorabuenas. Los del norte pusieron la “inteligencia” y la tecnología para que la SEMAR llevara a cabo el operativo. Si bien, esta detención es importante, también lo será saber qué sucede después de ella. Con esta aprehensión no acaba la narco delincuencia y toda la cauda de males que la acompaña. Hay pues, muchos pendientes al respecto, sin que esto signifique restarle méritos a la reaprehensión de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera. Hay muchos “chapos” en libertad… P.D.- Hoy no vino. Se fue a Mazatlán a tomarse unas fotos. Adendum.- ¿Quién sigue?…   Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana. Correo: profeohe@hotmail.com

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