Urbi, Geo y Homex serían las únicas empresas mexicanas que cotizan en la bolsa que podrían quebrar o bien, salir de la bolsa. Así lo explicaron economistas consultados por ZETA. Cabe recordar que en conjunto las empresas adeudaban hasta el año pasado 15 mil 620 millones de pesos. De acuerdo a las cifras del INEGI el valor de la construcción de las empresas constructoras acumula ya 9 meses a la baja, al caer 3.9 por ciento anual hasta enero de 2014. El personal ocupado en dichas empresas registró un descenso del 4.3 por ciento y las horas trabajadas 4.5 por ciento menos en el comparativo de enero de 2014 con el de igual fecha de 2013. La importancia del sector en el desarrollo del país es vital, pues por cada empleo directo se generan seis indirectos. Las empresas cayeron en crisis ya que a lo largo de dos sexenios se dieron a la tarea de edificar grandes desarrollos en la periferia de las ciudades, sin acceso a servicios públicos y donde la principal carencia es el transporte público. Esto originó que las personas dejaran sus casas y por consiguiente incumplieran con sus pagos de créditos hipotecarios. El tiro de gracia para el sector han sido las reformas estructurales de Enrique Peña Nieto: la laboral, que no ha generado los empleos esperados y por ende las personas no tienen para adquirir un hogar o bien seguir pagando el que adquirieron; la de lavado de dinero, que ha contraído la adquisición de vivienda, pues se ha vuelto más burocrático y problemático el proceso de adquisición. Cabe recordar que en enero de 2014, el Secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), Jorge Carlos Ramírez Marín, afirmó que no habría un rescate de las “vivienderas” y que estaban a punto de alcanzar acuerdos con sus acreedores, permitiéndoles así regresar al mercado. Bastaron dos meses para que dicha afirmación se fuera al suelo. El lunes 31 de marzo, Urbi (Urbi Desarrollos Urbanos, S.A.B. de C.V.) dio a conocer que BANAMEX (Banco Nacional de México) inició “acciones para el cobro de un crédito en contra de Urbi y algunas de sus subsidiarias, incluyendo la solicitud de ejecución de la garantía fiduciaria respectiva, reclamando el pago de la cantidad aproximada de 320 millones de pesos más intereses”, En torno al tema, el abogado fiscalista, Adolfo Solís Farías dijo que las empresas públicas tienen altas susceptibilidades a los riesgos denominados contingentes (donde se genera incertidumbre en torno a la presencia de un evento imprevisible que lleva a una pérdida). “Una empresa pública al verse sujeta a un proceso judicial altera el comportamiento de sus acciones. La cotización en bolsa es eminentemente especulativa y si dentro de ese ambiente, un riesgo contingente, automáticamente altera en sentido negativo el valor de las acciones”. Por su parte el economista Rubén Roa, dijo que en Baja California, el sector de la construcción ha sido uno de los más golpeados en años recientes. Según los datos de INEGI, el valor de la construcción tiene 9 meses a la baja al situarse casi en 4 por ciento hasta enero de 2014. “Definitivamente las condiciones del mercado son muy diferentes a las que imperaban hace un par de años, lo mismo sucede con la política pública del gobierno federal que permea en todo territorio nacional. “Difícilmente se seguirá construyendo vivienda en la periferia de la ciudades sin subsidio, no observo incentivos o estrategia de largo aliento en ello, la alternativa es enfocarse en la vivienda media en los centros de las ciudades, aunque para ello tenemos que lograr productos atractivos y competitivos, así como mejoras sustanciales en el nivel de ingreso de las familias, y desde luego buen ánimo que aún no vemos reflejado en el Índice de Confianza del Consumidor”. A decir del consultado el resto de las empresas tendrán que ajustarse a lo que el mercado gradualmente dicte, y desde luego el sentido que los subsidios brindan. “Fraccionar solares entre los núcleos de población y detonar la oferta de vivienda vertical son las áreas de oportunidad que observo, no sin antes repensar la estrategia y competitividad de las grandes empresas constructoras, probablemente la segmentación de sus diferentes áreas de negocio y la subcontratación de las no rentables pueda ser el siguiente paso a dar”. El economista Jorge Fonseca abundó: “A las constructoras las veo quebrando, interpreto las acciones que han realizado en los últimos meses, y ha sido una postura muy pasiva no los veo con ganas de salir al mercado y menos como está, porque saben que está saturado, se van a dedicar a hacer qué. Ya desarrollaron. El giro quedó en el asiento de atrás. “Cuando menos en Tijuana no tenemos falta de oferta en casas. Van a pasar más de 5 años para que esta oferta sea absorbida por el mercado. No les veo razón para que sigan desarrollando o cuando menos en las tasas que venían haciéndolo cuando tuvieron expansión en masa. Es muy probable que dejen de cotizar en la bolsa, van a dejar de ser importantes y volverán a ser privadas y pequeñas”. Cambios en Urbi En escueto despacho informativo, la desarrolladora Urbi dio a conocer que Gastón Luken Aguilar y Pedro Antonio Suárez Fernández presentaron sus renuncias como parte independiente del Consejo de Administración, esto como parte de un proceso consensuado, que busca agilizar el funcionamiento de los órganos de administración en el marco de la reestructura financiera que está llevando a cabo la empresa. A decir de Luken Aguilar, Urbi se encuentra en un proceso de reestructuración y como parte de ella hay un cambio de consejo. Dijo que dicho cargo es independiente y en el que no hay un interés económico. “Sobre la reestructuración no estoy en libertad de comentar al respecto”, finalizó.