Con una agenda que destaca por sus constantes vistas a la a ciudad de México, a 113 días de iniciada su administración, el Gobernador Francisco Arturo Vega de la Madrid, “Kiko”, como le gusta que lo mienten, sigue sin fijar el rumbo del Gobierno Estatal, y pretende que la sociedad lo siga y apoye a ciegas cual si fuera “el escogido”. Pareciera que el titular del poder ejecutivo de Baja California creyera que sigue en campaña y sus compromisos pudieran continuar siendo palabras vacías incluidas en peroratas sin sentido. Casi 4 meses llevamos los bajacalifornianos moviéndonos por mera inercia, con un gobierno que asegura –en boletines y discursos– guiarse por un Plan Estratégico 2013-2019 que nadie ha visto, ni conoce. En la práctica el simple ser humano que es el Gobernador, está pidiendo a sus gobernados creer en la veracidad de sus palabras con lealtad y confianza, está exigiendo un acto de fe –reservado para la vida religiosa o espiritual– que como político conocido, está muy lejos de merecer. Según los comunicados oficiales, y el discurso de toma de posesión de Vega, sus secretarios de gobierno sí están al tanto del Plan, por lo menos de resúmenes. Pero evidentemente, él considera que los ciudadanos solo tenemos derecho a conocer de su presunta existencia, a través de generalísimos ejes centrales que son: Bienestar social con equidad; el desarrollo económico humanista; la educación de calidad; un gobierno democrático y eficiente; y el desarrollo de los derechos humanos, legalidad, seguridad y justicia. Pero nada de proyectos concretos, y menos de establecer metas con fechas específicas, de tal suerte que Vega de la Madrid puede dejar pasar el tiempo en su gobierno, tranquilo y sin presiones. Sin que alguien le cuestione o reclame por qué llegó a febrero de 2014, sin cumplir con determinados objetivos; pues hábil y oscuro, simplemente no se fijó, ni ha fijado, compromisos reales públicos y con fechas y metas determinadas, como está obligado. Luego, con el único compromiso que planteó al inició de su gestión, “…terminar con la pobreza de la entidad en el año 2015”, no ha sido capaz de explicar cómo lo va a lograr. Todavía más grave: la ciudadanía desconoce el mentado Plan Estratégico de Baja California 2013-2018, debido a que el gobernador y su gabinete impidieron a ciudadanos, activistas, empresarios o colegios, participar en su elaboración, bajo la excusa que los votantes sí fueron tomados en cuenta, pues supuestamente se hizo con las propuestas que el panista propagó en campaña. Pero las preguntas siguen siendo ¿cuáles propuestas? ¿Qué intereses titulan? ¿Quién seleccionó? ¿Cuáles proyectos-necesidades se deben tomar en cuenta y cuáles deben desechar?, ¿Con cuáles criterios? Las acciones indican que el hombre que aseguró “conmigo la gente manda” decidió que tratándose del desconocido Plan, se mandaba solo. A lo anterior habría que sumar sus ausencias. A la Ciudad de México, ya realizó cinco viajes entre noviembre y diciembre de 2013 con la excusa de tramitar recursos. Y ya aprobado el presupuesto de Egresos y la Ley de Ingresos, Kiko sigue yendo y viniendo a la capital del país. Para que se dé una idea, en los primeros 18 días de febrero, estuvo el día 5 en Querétaro, y del 13 al 18 en la capital del país, siete de 18 días fuera, y no es que sin su presencia se caiga el estado, pero en términos reales, durante su gobierno ha estado más veces en México y otros estados, que en los municipios que gobierna, Tecate, Rosarito, y Ensenada. También han sido notorias sus desapariciones como autoridad, ante los trances que ha padecido el estado. Previo a su toma de posesión, se fue de pesca, de vacaciones y de luna de miel, mientras el gobierno y los legisladores federales le endilgaban la homologación del impuesto al valor agregado los fronterizos. En ese momento no había sido envestido, pero ya era el electo y él se había comprometido a defender a los bajacalifornianos. Al tomar posesión de nuevo aseguró que trabajaría para dar marcha atrás a la medida, los diputados actuaron, igual los senadores, los empresarios locales hicieron su parte y Kiko, de nuevo se quedó en palabras. La figura del gobernador también se desdibujó en la crisis generada tras el derrumbe de la carretera escénica Rosarito-Ensenada, donde compromisos siguen sin concretarse en soluciones y resultó que nadie fue culpable a pesar que las autoridades conocían del peligro y no cerraron la vialidad. Donde de plano desapareció fue con los temas del mal manejo de la atención a la Influenza y la negativa de la ciudadanía a realizar el trámite de verificación vehicular. Al final, secretarios y hasta diputados salieron a dar la cara. Luego su discrepancia entre el decir y el hacer: mientras promete reducir el gasto, en el Presupuesto de Egresos incluye un incremento del 5 por ciento a la partida dedicada a sueldos y prestaciones, e incrementa en 236 por ciento al rubro de “Honorarios Asimilables a Salarios”. Además, tampoco contuvo los abusos de los diputados al presupuesto. A la fecha su mayor logro ha sido condonar 2 mil 155 millones de pesos a 52 mil usuarios incumplidos que han usado el servicio de agua potable sin pagar. Aunque no ha explicado cómo su gobierno sin dinero, va a solventar esté déficit. Las promesas de un aeropuerto y ferrocarril para Ensenada o el compromiso de continuidad y celeridad en la modernización de los puertos fronterizos, no son suficientes; los bajacalifornianos necesitan con urgencia un gobernador presente, que además de destinar tiempo y esfuerzo en pedir dinero a la federación o asistiendo a los actos protocolarios de Enrique Peña, gobierne su estado, que explique y presente con transparencia su plan de trabajo con metas medibles, pues en términos legales, reales, Vega es el votado para encabezar la administración pública estatal con los recursos que son de los bajacalifornianos, por tanto es urgente que por lo menos, marque el rumbo a seguir.