¿ELMA O ELDA?

¿ELMA O ELDA? Una grabación al otro lado del teléfono: “Se ha comunicado a la Procuraduría de los Derechos Humanos y Protección Ciudadana de Baja California. Si conoce el número de extensión, márquelo ahora”. (Tres tonos de teclas) — Derechos Humanos, buenas tardes. “Señorita, buenas tardes… ¿me puede comunicar con Elma Acosta Chávez?”. — ¿Con quién, perdón? “Elma Acosta Chávez”. — Elma o Elda… “Elma Acosta Chávez”. — No, no… aquí no está. “Mire, lo que pasa estoy viendo el directorio y aparece como visitadora adjunta, y aparece ésta extensión, la 121”. — Hay una Elda Acosta. “No es la persona que busco, ¿Usted dice Elda Elías Acosta Ludibeth?”. – Sí. “No, busco a la señora Elma Acosta”. — A ver, déjeme preguntar. Transcurren unos minutos y hay respuesta: — “No, no  hay alguien que se llame Elma. “Gracias, señorita”. Como si fuera necesario para un diputado de Baja California con sueldo de más de 111 mil pesos, y más para el coordinador de la fracción priista, la mamá de René Mendivil Acosta, cobra pero no labora en la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado, la cual dirige Arnulfo de León Lavenant. No hay empleado que la haya visto en las oficinas. En la extensión telefónica donde aparece su nombre dentro del directorio oficial, simplemente no la conocen. En teoría, la señora Acosta es visitadora, es decir, una de las encargadas de recibir, admitir o rechazar quejas o denuncias a las víctimas por las autoridades, en todo caso, un trabajo de oficina. Por si fuera poco, si hubiera trasparencia en la PDH, Mamá Mendivil podría figurar en la nómina del portal, la cual se encuentra oculta. Pero tratándose del puesto en que fue dada de alta y comparado con la administración anterior, la señora Elma -no Elda- devenga un aproximado entre 14 y 21 mil pesos mensuales. A este paso, la PDH podría convertirse en protectora de desplazados y cadáveres políticos.     COBRO DE PISO. Empresarios de la vida nocturna, de tugurios y antros, están pensando si denunciar formalmente o no a dos funcionarios del gobierno municipal del Tijuana. Se truenan en los labios la cruz de sus dedos, jurando que a pesar de tener todo en regla y ser los hombres más limpios de la ciudad, los del ayuntamiento reventaron y clausuraron varios negocios. Supuestamente José Antonio Olivas, director de Inspección y Verificación, y César González, coordinador de delegados, piden a cambio la módica cantidad de 5 mil billetes verdes para dejarlos operar. Seguramente -creen- Bernardo Padilla, actual secretario del ayuntamiento, entenderá de lo que se habla, pues él era precisamente el encargado de aplicar los “reglamentos” cuando Jorge Hank fungía como su patrón.   JUNIERCITO PARTE II. Apenas la semana pasada esta columna contaba alegremente cómo el director del Instituto Municipal para la Juventud de Tijuana, Mario Madrigal junior, aprovechaba sus salidas hacia la capital del país con la mentada y gastada promesa de “gestionar recursos”  para salir “de noche” y viajar con señoritas de su edad. Hoy se amplía la declaración. Quienes conocen al hijo de Mario Madrigal, secretario del sindicato de empleados de Grupo Caliente (SINTOLED), saben que el universitario presumió que además de irse de fiesta en esas fechas, acudió también a uno de tantos banquetes por el cumpleaños de quien considera jefe de jefes en el gobierno de Astiazarán, Jorge Hank Rhon. Allá se retrató el junior, rodeado de juventud, y fue su misma empleada-acompañante del IMJUV quien presumió las imágenes en internet. Por cierto, después de la anterior edición de ZETA, las imágenes desaparecieron de la red social.