Elección: Burocrática y en riesgo

Desde que Martín Plascencia Ávila llegó a la Secretaría General del Sindicato de Burócratas ha utilizado ese cargo para buscar otros de mayor rango. A la fecha, esos brincos políticos peligran las próximas elecciones dentro del gremio. Sindicalizados temen que dada la separación (temporal) que Plascencia solicitó como trabajador del Ayuntamiento y por lo tanto como burócrata para convertirse en regidor, ponga en duda la personalidad de secretario general del sindicato y constituya una imposibilidad jurídica para convocar a las elecciones. Es decir, temen que una vez ocurridas las votaciones, el gobierno del Estado demande la invalidez de los comicios internos. Plascencia, a partir de coronarse en el Sindicato ha buscado cargos de elección popular. En 2012 quiso ser diputado, pero solo consiguió la candidatura suplente a diputado federal, consecutivamente en el 2013 buscó una candidatura para integrase como diputado local y consiguió una regiduría en la planilla de Jorge Astiazarán. Hoy, desde ahí despacha. El detalle cae sobre que, para registrarse y desempeñarse como regidor, tuvo que separarse del empleo en el Ayuntamiento. Todavía aparece en la nómina del portal de trasparencia como “jefe de sección” en Oficialía Mayor. Pero es en el artículo 80 IV de los estatutos del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado, Municipios e Instituciones Descentralizadas de Baja California (SUTSPEMBC), donde se establece que para ostentar el cargo de secretario general, se necesita “no tener empleo, cargo o comisión en el gobierno federal, estatal o municipal, en los organismos descentralizados municipales o estatales, e instituciones educativas; salvo que se separen, en forma provisional, noventa días antes del día de la elección”. Y es que el mismo reglamento de los trabajadores define al agremiado, entre otras cosas, como a quien “preste sus servicios a los diferentes gobiernos” de los tres niveles. De esta forma, en el artículo 37, párrafo cuarto, fracción A se solicita que el secretario general sea “miembro del sindicato”. Pero el 5 de abril de 2013, Plascencia pidió licencia sin goce de sueldo al Sindicato para separarse de sus labores y así registrarse en la planilla de Astiazarán. Bajo estas condiciones de incertidumbre, agremiados temen que el gobierno estatal exija la nulidad de las elecciones, ya que como secretario general, Martín Plascencia carece de la personalidad jurídica para encabezar la convocatoria lanzada para buscar su sucesor. Esta serie de acontecimientos legales en cadena, se podrían resumir escuetamente así: para ser regidor ocupó separarse de su empleo como burócrata, al hacerlo no cumple el requisito para ser Secretario General del Sindicato y por lo tanto sin autoridad de convocar elecciones. Como antecedente, en las elecciones de 2012 Ricardo Medina Fierro, al ser líder sindical de los burócratas a nivel estatal, se registró como suplente del hoy diputado federal Hirata Chico. En respuesta, el gobierno de Baja California lo demandó por falta de personalidad jurídica y nulidad del Sindicato.   La elección   El 6 de febrero, 6 mil 500 burócratas en Tijuana, elegirán a la planilla que los representará los siguientes tres años. Entre el sindicato y el gobierno hay mucho que negociar, el incremento salarial que los colocaría como los pocos trabajadores en el país en recibir un aumento de más del 5 por ciento – según sus exigencias – y la estabilidad laboral, principalmente. Entre los candidatos hay quienes deberían estar jubilados, gente de confianza del propio Plascencia y denunciados penalmente. Mientras Plascencia reparte su tiempo entre el salón de burócratas y la sala de regidores, aplaza el periodo para definir los candidatos oficiales. Así, quienes no gozan del padrinazgo del actual dirigente, sospechan que de alguna forma, Plascencia dirigirá sus últimas fuerzas sindicales para colocar a Adalberto Ortega, quien fuera su encargado de Finanzas estos últimos tres años, en la Secretaría General.   Desde la oposición, Juárez   Juan José Juárez sostiene que de llegar a la Secretaría General, conducirá revisiones y auditorías exhaustivas a la actual administración. En mayo, Juárez denunció a Martín Plascencia, Adalberto Ortega – también candidato – y a tres integrantes más de la Secretaría General por abuso de confianza y administración fraudulenta. En junio de 2013, ZETA publicó las propiedades a nombre de Plascencia, adquiridas después de llegar a Secretario. Entonces, en agosto, Juárez fue señalado por Plascencia de contubernio con la Secretaría de Vivienda para comercializar terrenos adquiridos para el sindicato, pero vendidos a terceros y cuyo dinero de la venta nunca llegó a las arcas gremiales. Más que cualquier otro candidato, Adalberto Ortega invadió la calle Séptima del Centro de Tijuana con propaganda. La cara del trabajador del gobierno estatal aparece lo mismo en lona, flyers que en cada poste de luz frente al Sindicato de Burócratas. Para el candidato de la planilla dorada, esta campaña se muestra no solamente agresiva, sino sospechosa. “Siendo el secretario de Finanzas del sindicato, vemos que no hay límite en su publicidad, eventos que patrocina, lonas, camisetas”. Sobre las plazas negociadas entre Carlos Bustamante en sus últimos días de gobierno y Martín Plascencia (reportaje publicado en ZETA, en noviembre de 2013), Juárez considera que son esas negociaciones políticas las que perjudican no solamente la imagen del sindicato, sino su estructura interna. “En nada beneficia a la clase trabajadora porque todos tienen un familiar que está esperando una base sindical mientras trabajan por contrato o con saldos inferiores”, reitera. De los 6 mil 500 trabajadores burócratas, 2 mil 500 se encuentran trabajando para el Ayuntamiento. Juan José Juárez prefiere pensar en el sindicato como un contrapeso del gobierno y no como su enemigo. Más que incrementos salariales, el candidato piensa en la estabilidad laboral como una prioridad por la cual pugnar. “La fuente laboral está en riesgo por algunas reformas aprobadas y que la Secretaría General no ha sabido manejar. Por ejemplo, los empleados de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Procuraduría General de Justicia serán considerados de confianza, entonces conforme algunos se jubilen o se separen de su cargo, quienes están en el escalafón de bases, no los podrán reemplazar”, explica. La segunda gran preocupación de Juárez es la política de ahorro y de austeridad del gobierno del Estado, “no sabemos hasta dónde las van aplicar y cómo nos van a afectar, entonces tenemos que estar ahí para ver cómo solucionarlo”, finalizó.   El tercer intento de Oceguera   En teoría, Manuel Oceguera debería ser uno de los más de 800 burócratas jubilados. Con 35 años de servicio y 33 de base sindical, el candidato labora en la PGJE y se ha desempeñado antes en el departamento jurídico, la secretaría de escalafón y ajustes y en la de organización. Es su tercer intento por ocupar la Secretaría General, Manuel Oceguera señala el “retroceso en liderazgo e incrementos (a) salarios y los deméritos en seguridad social”, como sus principales críticas de la administración de Plascencia, a quien considera un mal negociador con el gobierno estatal. Respecto a las bases otorgadas a las jóvenes secretarias y trabajadores de confianza de Carlos Bustamante y sus cercanos, Oceguera confía en que los 800 burócratas que se quedaron sin oportunidad de ascender de nivel, desconfíen de Adalberto Ortega, el “candidato oficial” de Plascencia. “Quienes han trabajado más de 15 años sin base sindical, se preguntan a unas señoritas edecanes y abriéndole sus botellas de agua a Bustamante, les hayan entregado bases  cuando hay quienes tenían el derecho escalafonario”. Más allá del coraje, el candidato de planilla guinda pretende revocar esas bases sindicales. “Vamos a hacer todo lo posible por que estas bases sean revocadas porque están viciadas de origen y no están debidamente autorizadas”. Estas condiciones, afirma Oceguera, han recaído en una “deplorable condición sindical, los compañeras la están padeciendo con una sensación de desencanto, impotencia e indefensa”. De ahí que espere, en esta ocasión alcanzar los votos suficientes para ser el secretario general. “Martín Plascencia está detrás de la elección, pretende favorecer sus intereses muy personales y de su candidato (Adalberto Ortega) hará lo posible para que esta persona sin experiencia, capacidad ni oficio político, gane”.   Ortega quiere suceder a Plascencia hasta en la regiduría   Adalberto Ortega fue el secretario de Finanzas de Martín Plascencia durante la Secretaría General, de ahí que haya sido denunciado por Juan José Juárez cuando detectaron el enriquecimiento del líder sindical y las anomalías en las cuentas sindicales. Como el candidato de la planilla rojinegra, Ortega cuenta con el apoyo de Plascencia para colocarlo como secretario general, no solamente por la cercanía entre ambos, sino para evitar revisiones y auditoría, sostienen, por separado, Juárez y Oceguera. Ortega confirma que existen “carencias” en el sindicato, pero sin abundar en cuáles. Luego afirma que su “trayectoria limpia” le ganará votos. Coincide en la estabilidad laboral para los burócratas y el incremento salarial. Justifica las 13 bases sindicales otorgadas a Bustamante como “un convenio de basificación, ninguna de las vacantes fueron para jefes de departamento, las vacantes que nos toca como sindicato fueron debidamente entregadas”. Sin admitir el perjuicio a cientos de trabajadores, Ortega lava sus manos y las de su patrón, Martín Plascencia, “el gobierno puso a quien mejor vio, entró gente sin tanta antigüedad, pero ellos fue el gobierno quien lo hizo”. Agrega que la “falta de información del comité actual” alimenta las ideas de malos manejos en el Sindicato. Por lo que, de llegar a secretario general, “buscaré la unidad sindical, porque el enemigo es el gobierno patrón que atropella nuestros derechos”. Tras despotricar en contra del “gobierno patrón”, a Ortega se le pregunta sobre su interés en ocupar la Secretaría General. “Pues llego sin aspiraciones políticas, pero tampoco estoy peleado con la regiduría”.