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viernes, octubre 4, 2024
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El costoso error de la COFEPRIS

Las millonarias pérdidas luego del bloqueo que la FDA (Administración de Alimentos y Fármacos) de Estados Unidos impuso a las importaciones de moluscos bivalvos de Baja California hacia ese país, a mediados del 2013, dejaron al borde del colapso económico a esta industria, según versiones de productores y comercializadores locales. Durante casi 8 meses, especies como almeja generosa, mejillón, pata de mula, almeja pismo, almeja chocolata y los ostiones, no pudieron ser exportadas hacia Estados Unidos, debido a una falla administrativa en el proceso de certificación de la calidad del producto. Según cifras de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA), durante el año 2012, la producción-extracción de ostión en Baja California superó las 1 mil 379 toneladas, lo que representa ingresos en una primera venta (pues su valor se incrementa casi exponencialmente una vez se mueve en los mercados extranjeros) por 25 millones 693 mil 511 pesos. También en 2012, la extracción de almeja tanto en captura como en acuacultura, fue superior a mil 724 toneladas en Baja California, con un valor de 53 millones 505 mil 481 pesos de acuerdo a las estadísticas de la CONAPESCA. 1 millón 404 mil toneladas en cultivo de almeja generosa fue registrada ese mismo año en todo el país. Baja California registra más de mil toneladas al año en esta sola especie de alto valor comercial. Este problema llegó después de que la FDA hizo cambios a las regulaciones y requisitos para certificar los moluscos, que no se adaptaron a tiempo en los laboratorios de Baja California, generando un retraso y pérdidas de producto en todo el Estado. Las acusaciones al interior del sector fueron directo a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS). Señalaban a sus funcionarios de no haber avisado a tiempo a los laboratorios certificadores en el Estado de las nuevas disposiciones del gobierno norteamericano. Durante meses, los productores y comercializadores de moluscos optaron por mantener el tema lejos de los reflectores mediáticos, de las declaraciones públicas. Intentaban dar oportunidad a la COFEPRIS de arreglar el problema en el que decían los había metido. Desde julio del año 2013 hasta las primeras semanas de febrero del 2014, los productores tuvieron que soportar el bloqueo. Finalmente, al darse las autorizaciones para la exportación hacia Estados Unidos empezaron a llegar. Las dependencias federales y estatales recibieron avisos a lo largo de los últimos días, de que podrían ser exportados ya los moluscos. Los primeros permisos llegaron para las zonas de Laguna Manuela cerca de Villa Jesús María; Guerrero Negro norte; y norte y sur de San Felipe. Rincón de Ballenas en la Bahía de Ensenada, Bahía Falsa en San Quintín, y Bahía Soledad en la región de Santo Tomás recibieron la autorización en el transcurso del 10 de febrero. Juan Manuel Morán, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera y Acuícola (Canaipesca) delegación Baja California, habló con ZETA respecto a esta crisis en el sector de los bivalvos. “El problema se derivó en una homologación de procedimientos entre los laboratorios de Estados Unidos y laboratorios terceros autorizados en México. Eso fue derivado de una reunión que se realiza trinacional, cada 2 años, donde México en ese año no tuvo participación, eso hace aproximadamente como 3 años”. La homologación entre los procedimientos de esos laboratorios, los reconocidos por la FDA en Estados Unidos con los reconocidos en México, derivó en un procedimiento para un análisis en específico y en una auditoría que tuvo la FDA en México. Se percataron de que no había eso (el procedimiento que no advirtió la COFEPRIS). No porque hubiera algún daño o que la calidad de nuestros productos no fuera la correcta, sino de procedimiento principalmente para determinar una bacteria. Eso derivó en la actualización de los procedimientos de los laboratorios autorizados. Y esos muestreos se llevaron aproximadamente 8 meses”, explicó Morán. — ¿Qué hicieron con el producto cuando no se pudo exportar? “Se perdieron muchísimos empleos, se perdieron clientes. Las tallas comerciales que al momento sacan, se piden cierta talla y si el producto lo dejas ahí al no haber suficiente consumo nacional, principalmente de exportación, sobrepasan las tallas, entonces se ha perdido muchísimo dinero y empleo”. — ¿Sabe de alguien que será sancionado por no haber dado seguimiento en esto, quizá en la propia COFEPRIS? “Yo no sé, a final de cuentas, si la responsable de no haber llevado esta parte es COFEPRIS…de hecho sí cambiaron algunas personas de parte de COFEPRIS, que los quitaron de sus áreas, rescindieron sus contratos de sus áreas por este tipo de procedimientos que están existiendo. Pero en realidad es algo que te mentiría si te dijera fulano de tal tiene que pagar. Ya hay algunas personas, que han caído las cabezas de ellos. Esperemos que este problema sea resarcido y de alguna manera, no es que paguen (los funcionarios que no advirtieron a tiempo el nuevo procedimiento), por lo menos haya más apoyos para los productores ante estas afectaciones tan grandes”, agregó. La certificación de otras especies también será puesta en las mesas de discusión que la Canaipesca está buscando con las autoridades federales. Señalan que hay rezagos en este ámbito y ponen como ejemplo la almeja generosa. Un rezago que ha llevado a la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y al Centro de Investigación Científica y de Investigación Superior de Ensenada (CICESE) a comenzar a construir sus propios laboratorios certificadores en Ensenada, por un lado para abatir el rezago de las áreas certificadas (por ejemplo, la Canaipesca busca certificar zonas en Playas de Rosarito y Punta Colonet que no están dentro de las zonas que pueden exportar) y por el otro para involucrarse en lo económico y científico en las revisiones de calidad, sanidad e inocuidad de agua y de especies. En entrevista con ZETA el Secretario de Pesca y Acuacultura del Estado de Baja California (SEPESCA), Matías G. Arjona Rydalch, comentó que luego de esta crisis, los acuacultores en Baja California deberían comenzar a ver alternativas de exportación hacia otros países que no sean los Estados Unidos. “Sinceramente debieran, algunos lo hicieron, voltear a otros países, voltear a otras fronteras y desplazar sus productos. Vamos, Estados Unidos no es el único mercado en el mundo”, comentó el funcionario. —Pero para exportar por ejemplo a Asia usan los puertos estadounidenses, ¿no? “Correcto, pero en esos casos en tránsito, si no van a consumirse en Estados Unidos pueden ir en tránsito, siempre y cuando el destino final sea otro país. Yo he platicado con algunos acuacultores y estos acuacultores, pues sí exportaron a otros países como China, como Corea, y lograron de alguna forma desplazar su producto y también incrementaron su distribución en el mercado nacional, que eso también es muy importante, es bueno para el  país”, explicó Arjona. El viernes 7 de febrero de 2014, la SEPESCA anunció en rueda de prensa, que la COFEPRIS finalmente había aplicado los procedimientos que requería Estados Unidos para recibir los moluscos. Las nuevas políticas administrativas en las que se habían rezagado. “Ya los productores bajacalifornianos, fueron certificadas sus plantas, sus zonas de cultivo. Entonces la COFEPRIS manda toda información a la FDA y FDA dice entonces, señores, su producto está perfecto y es bienvenido”, explicó el Secretario de Pesca. Como resultado del retraso de las certificaciones, 70 acuacultores en la región resultaron afectados en la exportación de moluscos hacia Estados Unidos. Tras haber librado la crisis en el sector, el miércoles 12 de febrero, el Consejo Nacional Ostrícola (CONAOS) a través de un comunicado de prensa, anunció que buscarían coordinarse con el gobierno del Estado y la federación, para que no vuelva a ocurrir un bloqueo como éste. Sergio Guevara Escamilla y Juan Carlos Lapuente Landero, presidentes del Comité Estatal de Sanidad Acuícola (CESAIBC) y el CONAOS, respectivamente, anunciaron la apertura de las últimas 3 zonas que continuaban con bloqueos: Rincón de Ballenas, Bahía Soledad y San Quintín. Lapuente refirió que todavía se requiere la certificación de laboratorios de análisis de la calidad del agua, para el sector de la industria ostrícola. El mismo miércoles, Lapuente, Guevara, Arjona y otros funcionarios sostenían reuniones en el Distrito Federal con funcionarios de la CONAPESCA y de la COFEPRIS, para acelerar las mejoras en las certificaciones. En dicha reunión se anunció el “plan para el reconocimiento y operación del laboratorio FICOTOX del CICESE y del laboratorio del CESAIBC”. Armados con un largo listado de peticiones, equivalentes a su molestia, los ostricultores anunciaron que pedirían apoyos a productores para amortiguar la afectación de los poco menos de 8 meses sin posibilidades de exportar, y la capacitación a su personal para revisar plantas y áreas de cosecha. “Es solo el inicio de un largo proceso de recuperación”, plantearía Lapuente en el comunicado. Anexo a la lista de peticiones a la CONAPESCA y COFEPRIS, estará la propuesta de eliminar el cobro de los análisis de los laboratorios, y apoyos para adquirir semilla. De acuerdo a Leopoldo Jiménez Sánchez, director de protección contra riesgos sanitarios del ISESALUD en Baja California, su dependencia realizó el muestreo durante otra auditoría en el mes de diciembre de 2013, que realizó la FDA en Baja California, siguiendo ya los nuevos requisitos. “En ese tiempo la FDA revisó que todo se estaba haciendo, y se hizo muy bien, tan es así que la FDA al Laboratorio Anda (el único que decidió revisar) le da la conformidad”, explicó Jiménez. De acuerdo a este funcionario, la FDA hizo del conocimiento sobre los nuevos lineamientos al gobierno mexicano, después de la auditoría realizada en julio de 2013. Y fue desde ese momento cuando la COFEPRIS comenzó a informar, e incorporar en los laboratorios autorizados, los nuevos procesos. Una declaración que se contrapone a lo dicho por productores, comercializadores y el titular de la Canaipesca. La falla en esta certificación, que la COFEPRIS no ha admitido como suya, fue calificada por miembros del sector ostrícola en Ensenada, como “el oso más grande en la historia” de la exportación de moluscos hacia Estados Unidos, y todo recae en un aparente descuido por parte de los funcionarios federales, aunque las versiones se contraponen. Durante décadas, los moluscos de Baja California habían sido exportados a ese país sin mayores problemas, y lo que es un hecho, es que ahora tienen un negativo antecedente ante la FDA que descubriría la falla a mediados del 2013 en los 3 únicos laboratorios que operaban entonces y que son: FICOTOX (en CICESE); Laboratorio Microbiológico Anda (en la ciudad de Tijuana); y el Laboratorio Estatal de Salud Pública del Estado de Baja California. Los acuerdos y resultados de las reuniones que sostienen esta semana los ostricultores y funcionarios estatales en el D.F. comenzarán a ser dados a conocer a lo largo del fin de semana. La buena noticia para el sector, es que ya todos, por ahora, pueden exportar.  

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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