28.1 C
Tijuana
lunes, octubre 7, 2024
Publicidad

¡Ahhh… las tardeadas!

1.- Tenía yo que ahorrar un poco de dinero para el domingo, mi ropa bien planchada, limpia, pantalones “acampanados” por supuesto, camisa con estampados de moda, cinto grueso con la hebilla de lado, zapatos bien lustrados, de tacón y plataforma, el cabello un tanto largo, cubriéndome la oreja pero, eso sí, bien peinado. Mi madre –ya ven que sí tengo– me cuestionaba, con quién iba, a qué hora regresaba y a qué sitio acudiría: “Ay de ti donde no llegues a la hora debida”, me sentenciaba, y eso era suficiente para darme cuenta del castigo que me esperaba si me “pasaba de la raya”. Apenas si rebasaba los 14 años. Eran tiempos de ir descubriendo nuevas cosas, nuevas emociones… Llegado el domingo me apresuraba para llegar a la “tardeada”; bien podía ser en el Nicte-Ha en el bulevar Agua Caliente, en el Salón Mutualista por la calle 4ª.,  en el Machu-Pichu de La Mesa, o en La Capilla de la Avenida Revolución; contadas veces asistí al Salón Versalles en la zona centro de Tijuana, allí era “otra onda”. Los Freddys, Los Solitarios, Los Moonlights, La Batalla, La Capilla, Los Corazones Solitarios, La Edición, La Cruz, El Pueblo, Los Kaminos, y muchos otros grupos eran los que se escuchaban, pura música en vivo. La cita era de las 4 de la tarde a las 9 de la noche cuando mucho. Puro refresco y papas fritas de botana, un cigarrillo de vez en cuando y sí, cómo negarlo, algunos, fumaban  y bebían otras cosa, eran los menos. Y ahí andaba uno, bailando las canciones de moda y tratando de “pegar el chicle” con alguna adolescente atractiva; poca suerte tenía yo en eso de “agarrar barco”; de vez en cuando –dependiendo del dinero– invitaba a mi novia. Una vez me quedé sin tapas en los zapatos para poder pagar su boleto de entrada y las sodas; cada que daba un paso mis zapatos hacían un ruido extraño y me resbalé en más de dos ocasiones, pero, ¡qué caray! Valía la pena nada más con tomarla de la cintura y sentirla cerca al bailar “las de cachetito”. 2.- El fin de semana pasado, aquí en Tijuana, padres de familia de un grupo de adolescentes que asistieron a una “Fiesta al 100” (tradúzcalo a lo que usted guste y desee) se quejan porque a sus hijos, la policía municipal los detuvo, los “paseó” y luego los presentó al Ministerio Público siendo señalados como responsables de escandalizar por la noche, algunos –se dice– intoxicados con alcohol y otras sustancias. Los adolescentes habían asistido a esa fiesta “al 100” luego de que se enteraron de ello por Facebook, tal y como desde hace tiempo se acostumbra ya, el festejo iniciaría a las 9 de la noche, algunos padres de familia han manifestado que ellos mismos los llevaron al domicilio particular –entre las colonias El Chamizal y Buena Vista–donde se llevó a cabo esa reunión, dicen ahora que para “festejar” a un alumno expulsado de una escuela del centro escolar de Agua Caliente. 3.- Los padres de familia indignados y molestos por el trato que recibieron sus vástagos así como las autoridades que intervinieron, tienen cada quien, su propia versión de los hechos. Lo cierto es que la “Fiesta al 100” empezaba cuando se supone que debía terminar, dada la edad de los “ciber–invitados”, según testigos, les habían prometido que habría de todo, incluida la bebida conocida como “agua loca”, un DJ y su respectivo “sellito” a la entrada previo pago; bueno sería que los progenitores también pensaran un poco más en la seguridad de sus hijos; cierto, el tiempo pasa y son otras las formas de divertirse pero, la responsabilidad del cuidado de los menores de edad sigue siendo de los padres de familia. Por lo que respecta a la policía municipal de Tijuana le va “como al cohetero”: si actúa le silban, si no hace nada, también le silban; ahora que si se extralimitaron en sus funciones sería bueno investigarlo y proceder en consecuencia. De los cinco adultos detenidos –al parecer familiares entre sí– y consignados por los delitos de corrupción de menores y lesividad social, lo más probable es que a más tardar, hoy viernes se resuelva su situación jurídica. Todo apunta hacia su libertad. P.D.- Hoy no hay… Se fue a una “tardeada” de aquéllas.   Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana. Correo: profeohe@hotmail.com

Autor(a)

- Publicidad -spot_img

Puede interesarte

-Publicidad -

Notas recientes

-Publicidad -

Destacadas