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sábado, febrero 24, 2024
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El moche azul

El jueves 16 de enero de 2014, cerca de 60 empleados de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana se sintieron consentidos. Desde la oficina del director, Alfonso Álvarez Juan, les llamaron a cada uno para invitarlos, ese día, a las dos de la tarde, a una carne asada con el titular. Creyeron que el Día de la Candelaria se había adelantado. En día hábil, aunque ciertamente a la hora de la comida, los trabajadores de la CESPT acudieron en carros oficiales y, aun con su camiseta puesta, hasta el salón Il Doumo en Otay Constituyentes, por cierto, propiedad de Miguel Zavala Pantoja, subdirector de Obras de la paraestatal. Cuando llegaron ya estaba ahí el director Álvarez Juan, también el dirigente del PAN, Raúl Felipe Luévano, y hasta el secretario de Finanzas del partido. Antes de la carnita asada, les cambiaron la pichada. A todos les entregaron una carta con su nombre, datos de cargo en la CESPT y sueldo, donde al firmarla, se comprometían a “donar voluntariamente” el 2 por ciento de su sueldo. El texto dice así: “Que me sea descontado vía nómina la cantidad del 2% de mi salario neto catorcenal (o mensual, según sea el caso) y demás prestaciones que me sean otorgadas, a partir de la fecha de mi alta y hasta el término de mi función”. O sea, que también de vacaciones, bonos y aguinaldo, se les mochará el 2% y en retroactivo al día del alta. Los colaboradores que acudieron perciben en promedio unos 40 mil pesos al mes. Estaban ahí desde Luis Torres, pasando por el ingeniero José Manuel Sández, Jesús Franco, subdirectores, coordinadores y jefes de área. La carta se las entregaron los panistas, pues en la entrada del texto se lee: “Yo___ en mi calidad de miembro activo/adherente y/o simpatizante del Partido Acción Nacional, por mi propio derecho y en cumplimiento a lo establecido en el…”, se comprometen a donar esa parte de su sueldo, con lo que al PAN de Luévano le entrarán unos 45 mil pesos por mes. Luego dicen que el PAN-Gobierno no existe, pero bien que les piden moche a quienes les dieron encomienda, precisamente, en el gobierno. Lo que llama la atención de los empleados burlados de la Comisión Estatal de Servicios Públicos, es lo rápido que el empresario Alfonso Álvarez Juan aprendió de política partidista…  ¿O será línea del gobierno de Kiko Vega?, se preguntan.


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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