El atrevimiento de Joselito Adame, de convertirse en triunfador absoluto de la temporada grande 2013-2014, al cortar cada tarde dos orejas por toro, y el de “Atrevido”, que salió a defender como fiera, nobleza y recorrido los colores de su divisa obispo, verde y oro, que supo enaltecer, lo hicieron merecedor al arrastre lento. Ambos, marco perfecto de una tarde llena de entrega y verdad. Aún restan corridas, pero difícilmente se le podría superar en cifras. Entrada superior en la décimo sexta del serial de lujo en la Plaza México. Vestido de acero, oro y caireles, Adame citó por verónicas del tercio al centro, dos medias, llevando a “Atrevido”, número 160 de 464 kilos, negro zaino, a los caballos con su capote mágico; chicuelinas antiguas. Inició su trabajo matizado de estatuarios. El desdén. Prosiguieron tandas interminables de muletazos y naturales, además de trincherazos. El burel tomaba el engaño con franqueza, y Joselito procedió a correr la mano con temple, aprovechando todo el tiempo el recorrido de “Atrevido”, rematando con los de pecho en labor inteligente saturada de formidables derechazos y naturales. Hay instantes en que el toro duda, probando el valor de Joselito, quien mostró un dominio sobre el animal, provocando el júbilo en medio de molinetes. “Atrevido” tenía una distancia muy especial. Molinetes, doblones muy toreros con una rodilla en tierra. Con el público entregado, se perfiló Ejecutando impecablemente la suerte de recibir. Dos orejas. Con su segundo, “Va por Ti”, de 500 kilos de Villa Carmela, Adame dio las buenas tardes con un farol rodillas en tierra. Principió por caminarle en chicuelinas, conduciéndolo al caballo. El subalterno Héctor Rojas fue ovacionado, luego que colocó certeros pares. Ya con el trapo rojo, se sentó en el estribo, toreándolo por alto. De pie. Hubo series de derechazos largos y los naturales, siguió larga labor de aliño. Se perfiló: pinchazo y estocada. Palmas al diestro y pitos al ejemplar. Por su parte, luego de su espectáculo que monta al arribar a la plaza y posteriormente el paseíllo, Rodolfo Rodríguez “El Pana” concentró su trabajo en torear por alto y en dos trincherazos, eternizándose al tratar de matar. Morante de la Puebla corrió con una suerte similar, con la diferencia que tiene al público en su contra, porque no ha visto la suya en el embudo de Insurgentes. Mató defectuosamente, despidiéndose entre abucheos. El domingo 2 de febrero se anuncia a Federico Pizarro, Pedro Gutiérrez Lorenzo “El Capea” y Jerónimo, con un encierro de Santa Bárbara. arruzina@gmail.com
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