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lunes, octubre 7, 2024
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Juan Villoro, homenajeado

Guadalajara, Jalisco. Una de las figuras literarias que se paseó sonriente por la tumultuosa Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), firmando amablemente libros, recibiendo abrazos, felicitaciones, presentando sus libros y que recibió merecidamente el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural “Fernando Benítez” 2013, fue el intelectual Juan Villoro. Entre otras actividades, la agenda del homenajeado incluyó dos abarrotadas presentaciones con el letrero de “cupo lleno”: “Espejo Retrovisor” (Planeta, 2013) y “El Libro Salvaje” (FCE, 2013). Para empezar, en “Espejo Retrovisor”, Villoro propone una apasionante antología de crónica y cuento escritos durante los últimos 30 años seleccionados por el propio autor, título donde precisamente comulgan no ficción y ficción, respectivamente. “Todos los autores tenemos un problema en México: tú has publicado un libro y luego ya no se consigue, no se ha reeditado, es difícil llegar a él. Pasan los años y esto no se remedia, y una antología como ‘Espejo Retrovisor’ permite reunir trabajos de 30 años, y al mismo tiempo, actualizar un poco lo que estoy haciendo, porque incluye no solamente textos que son difíciles de conseguir o imposible de conseguir, algunos, sino también adelanto textos que formarán parte de otros libros; y pues quise combinar dos aguas, ficción y no ficción”, expresó a ZETA Juan Villoro, entre montañas de libros del estante de Grupo Planeta en la FIL. “El Libro Salvaje” es un clásico no solo en la obra de ficción del intelectual, sino en la literatura contemporánea para jóvenes. Fue publicado en 2008 por el Fondo de Cultura Económica. En 2013, para festejar su 80 Aniversario, el FCE propone precisamente una edición conmemorativa: “Éste es un libro que ha tenido mucha suerte, realmente las ventas han sido muy masivas, cosa que me gusta porque he podido conectar con lectores que son muy exigentes: los lectores jóvenes, se ha traducido a algunas lenguas; es un libro que me ha permitido a mí ejercer su tema, que es la lectura”. Ovacionado en la FIL La clausura de la FIL estaba estrictamente reservada para Juan Villoro. Por lo menos desde media hora antes, el Auditorio “Juan Rulfo” empezó a llenarse al grado de que cuando dieron las 5:30 pm del domingo 8 de diciembre, las edecanes tuvieron que colgar la advertencia de “cupo lleno”. En el centro de la mesa, Villoro era escoltado por Marisol Schulz, Ricardo Cayuela, René Delgado, Ricardo Rocha, Sergio González Rodríguez y Tonatiuh Padilla, que le hizo entrega de una placa conmemorativa de su homenaje. La ceremonia con Villoro transcurrió entre risas y aplausos, ya que el festejado compartía sus dotes de ironía y humor en su brillante discurso de aceptación del Homenaje Nacional de Periodismo Cultural “Fernando Benítez” 2013: “Hace apenas unos meses, el epigrafista Guillermo Bernal descifró por entero el Templo de las Inscripciones de Palenque, se trata de un libro en piedra escrito en el Siglo VII. Uno de sus pasajes más notables, es una autocrítica del poder, ahí Pakal II señala la importancia que para un mandatario tiene aprender de sus errores. El Templo de las Inscripciones desafía a los políticos que ignoran la autocrítica, forma esencial de la cultura, o a los que ignoran la existencia de al menos tres libros”, recordó Villoro a Enrique Peña Nieto, quien por cierto, prefirió no asistir a la FIL en este año. “Periodismo cultural en México está siempre amenazado” Previo a su merecido homenaje, Juan Villoro aceptó amablemente platicar con ZETA. Para empezar, mostró su entusiasmo por la histórica distinción: “Por un lado, me da mucho gusto estar asociado con el nombre de Fernando Benítez, porque yo trabajé con él en el proyecto de un periódico que no llegó a salir, se iba a llamar El Independiente, no el que posteriormente hizo Carlos Ahumada, sino otro; nos tardamos tanto en salir que ya nos decían ‘El Inexistente’. “Estuvimos dos años trabajando hacia fines de los años 80 y principios de los 90, como del 89 al 91, y ahí yo dirigí la sección de Cultura, y para mí fue una especie de maestría en periodismo porque era el más joven del grupo; había periodistas de primera fila y todos dirigidos por Fernando Benítez, al que traté mucho, fue el fundador moderno de los suplementos culturales, entonces, me he sentido muy cerca de su  trayectoria y fui muy amigo de él hasta su muerte en 2000. “Por otra parte, el homenaje también está asociado con gente que ha trabajado con Fernando, como Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, José Emilio Pacheco, que antes estuvieron ahí; yo he participado como comentarista en varias de estas entregas con Vicente Leñero, García Terrés, Roger Bartra, entonces me parece que es un honor muy vinculado al trabajo que me interesa en el periodismo, y al tipo de periodismo cultural que he tratado de defender”. — Después de recibir premios como el Xavier Villaurrutia, Mazatlán, Herralde, y sobre todo algunos relacionados con el periodismo, como el Premio Internacional de Periodismo “Vázquez Montalbán” 2006 o el Premio Internacional de Periodismo “Rey de España” 2010, ¿qué significado tiene para ti el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural “Fernando Benítez”? “Sí, por la figura de Fernando Benítez, porque colegas muy queridos míos lo han recibido antes, y además, porque tiene que ver con el ejercicio del periodismo cultural en México, que está siempre amenazado. A mí me ha dado mucho gusto el Premio Cervantes a Elena Poniatowska, entre otras cosas, porque es el reconocimiento de la mezcla entre periodismo y literatura que ella hace; la mayor parte de su obra pues la ha hecho desde las páginas culturales de la prensa mexicana, entonces, eso me parece muy importante en el caso del Premio Cervantes a Elena Poniatowska.  Y por supuesto, a una escala mucho más reducida, el Homenaje ‘Fernando Benítez’ tiene que ver con defender esa misma causa, por eso no es casual que Elena Poniatowska haya sido una de las primeras (la tercera, en 1994) en recibir ese homenaje”. — Mencionaste que el “periodismo cultural en México, está siempre amenazado”. ¿Podrías abundar un poco más sobre la situación actual del periodismo cultural en nuestro país? “Hay muy buenos periodistas, pero en ocasiones, se piensa que el periodismo cultural es como una mezcla de la sección de sociales y una expansión de la cartelera. La mayoría de las secciones dan cuenta de los estrenos que hay, y de las novedades, rara vez hacen investigación por su cuenta para ofrecer una crónica, un reportaje más amplio sobre lo que está pasando en la cultura en México; entonces, yo creo que es una sección que casi siempre está limitada por el espacio. “Yo creo que todo buen periodismo es cultural, en el sentido de que todo buen periodismo debe estar bien escrito, eso ya es un rasgo cultural muy importante, y al mismo tiempo, todo buen periodismo nos da una representación del mundo en que vivimos, y mientras más viva y completa sea esta representación, más tendrá que ver con aspectos culturales. Porque la cultura no es solamente el estreno de una película, sino son los códigos con los que nos comunicamos, la manera en que nos representamos a nosotros mismos, la identidad que tenemos, la ideología que representamos, todo esto; entonces, yo creo que no es una rama secundaria del periodismo, sino que en realidad es el periodismo en su sentido más completo y más alto”. Balance final  La entrega del Homenaje Nacional de Periodismo Cultural “Fernando Benítez” al escritor y periodista Juan Villoro, y el paso de la estafeta de Israel a Argentina como país invitado de honor para 2014, marcaron el cerrojazo de la edición número 27 de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara. Con el Auditorio “Juan Rulfo” a reventar, Juan Villoro recibió el galardón de manos del presidente del comité organizador de la FIL, Raúl Padilla López, y se refirió a la violencia de que son objeto los representantes de los medios de comunicación. El cronista recordó el homicidio de la periodista Regina Martínez, de la revista Proceso, ocurrido en abril de 2012. Considera que estos asesinatos encarnan el valiente desafío de no cerrar los ojos, y recordó a su maestro Fernando Benítez: “Me dijo, ‘el miedo no se controla a voluntad’. Durante cada desafío del oficio, escucho la voz de Benítez exigiendo entereza. Comencé escribiendo para él y nunca dejaré de hacerlo…”. En ceremonia especial, Israel se despidió de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara con la satisfacción de haber integrado la mayor delegación cultural fuera de sus fronteras en sus 65 años de historia como nación. “Nuestro pabellón fue un éxito, fue muy emocionante ver a la gente tomando fotos e interesándose en sus 130 actividades artísticas”, apuntó Rodica Radian Gordon, embajadora de Israel en México. La representante diplomática agradeció al pueblo mexicano y sus habitantes por haber establecido puentes de comunicación durante la feria. “Nos dieron gran visibilidad, la gente participó y nos mostró su amistad”, expuso. La delegación estuvo encabezada por el Presidente de Israel, Shimon Peres; la química ganadora del Premio Nobel, Ada Yonath; los escritores David Grossman y Etgar Keret; además de escritores, artistas contemporáneos y músicos. Argentina recibió oficialmente la estafeta como país invitado de honor para la siguiente FIL en Guadalajara. La embajadora del país sudamericano en México, Patricia Vaca, entregó de manera simbólica un set de mate con arreglos de plata a su homóloga israelí, quien respondió con un talismán de buena suerte, basado en un diseño antiguo. Por su parte, la directora general de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina, Magdalena Faillance, dio a conocer un avance de lo que la delegación de su país ofrecerá en el festival literario más importante de habla hispana el año entrante: “Toda nuestra presentación, nuestros debates, nuestro arte, todo lo que queremos mostrar en nuestro pabellón, va a estar presidido por la figura áulica de nuestro gran Julio Cortázar”. Argentina ya tuvo la oportunidad de mostrarse al mundo a través de la FIL en 1997. Para esta nueva ocasión, se anuncia la presencia de autores como Ricardo Piglia, Luisa Valenzuela y Alan Pauls, por citar algunos. Previo a la clausura de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara edición 2013, se registraron eventos extraordinarios, como el acontecido en la última sesión del Salón de la Poesía, donde el magnetismo de la poeta israelí Hammutal Bar-Yosef, arrancó literalmente las lágrimas de los asistentes. Pocas veces se es testigo de la íntima comunión entre texto y público, que en estos tiempos de rapidez y escasa rapsodia, no abunda. La feria logró cumplir sus metas, y es que el propósito de llegar a cada vez más personas, se hizo posible con la asistencia de más de 750 mil visitantes durante los nueve días de la exposición de mil 932 editoriales de 43 países, y las miles de actividades, entre éstas, la presentación de 552 libros. Raúl Padilla López, presidente del comité organizador, informó que este año la FIL costó 79 millones de pesos y es autosuficiente en términos financieros: “Una vez más, se convirtió en un lugar de encuentro para 656 autores, provenientes de 28 países, quienes acudieron a este espacio privilegiado para reunirse con sus lectores”. Atrás quedaron los padecimientos de los visitantes, sobre todo en los primeros dos días, cuando se implementaron severas medidas de seguridad con motivo de la presencia de funcionarios israelíes. Padilla López minimizó el impacto de las férreas revisiones en el desarrollo del evento, “incluso hubo un momento en que a mí mismo no me dejaban entrar al recinto ferial. Hay que entenderlo, son medidas de seguridad”, reiteró. (Luis Carlos Sáinz Martínez/ZETA)

Autor(a)

Redacción Zeta
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Redacción de www.zetatijuana.com
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