En verdad, cuando se trata de escribir la cartita decembrina, los diputados locales desatan sus más codiciosas ambiciones. En varias de tantas reuniones extraoficiales de los legisladores de Baja California para aprobar el presupuesto de egresos del Estado. A Julio César Vázquez, diputado del Partido del Trabajo, ex regidor de Tijuana y colocado por default en la lista pluri, le pareció buena idea compartir su precio en público. Quienes lo escucharon, se sorprendieron de lo cándido y sobreestimado que se siente el robusto diputado. A decir de tantos testigos, el de izquierda (así se hace llamar de broma) propuso que a cambio de aprobar el presupuesto del Ejecutivo, él quería 10 millones de pesos; 5 millones para hacer gestión social, y 5 millones más “en el bolsillo”. Los que supieron del caso, cuentan que a una de las oyentes del PRI, que por respeto se emite su nombre, pero sus apellidos no (Fuentes González, del Distrito 7), le entró la duda que, de recibir el efectivo, ¿dónde lo iban a meter? Ah, qué diputados tan pícaros.