En la semana que concluye, dos denuncias ha habido contra elementos del Servicio de Administración Tributaria (SAT). En la primera señalan a un grupo de agentes pertenecientes a Auditoría Fiscal de Comercio Exterior, que comanda Gabriel García Coppel. Los denunciantes refieren cómo este grupo -que aparte se ostenta como de Aduana- extorsiona a comerciantes en tianguis y mercados populares. El otro señalamiento, es para agentes del SAT que favorecen a vendedores de autos de segunda mano, pero que no están importados. Un hombre que se ha dedicado a este negocio durante veinte años, cumpliendo con sus obligaciones de importación y formalidad comercial, ha visto minado su negocio, debido a su competencia desleal. Lo peor, dicen, es la fanfarronería de quienes a cambio de un soborno, obtienen impunidad, pues al lote de carros en referencia, por cierto en Tijuana, llegan los del SAT, además de policías municipales y hasta estatales preventivos, todos para vanagloriarse y sacar provecho de la ilegalidad.