Mi nombre es Raúl Rodolfo Alonso Moreno, propietario de una carreta de tacos de nombre “Tacos el Paisa” en avenida Del Fuerte y Mochis, en el fraccionamiento Campestre Murúa de esta ciudad, que existe desde el año 1996. En 1999 el Ayuntamiento regularizó mi permiso para poder operar legalmente, pero resulta que desde hace aproximadamente cuatro meses el sobre ruedas se amplió con la complacencia de autoridades de la Dirección de Inspección y Verificación Municipal de las asociaciones “24 de Junio” y “Margarita Maza de Juárez” a cargo del líder de nombre Martín Sánchez y Amalia Pérez Romo, quienes se instalan cuatro días de la semana en esas avenidas. Los vecinos y comerciantes de la zona estamos hartos, pero es inútil quejarse pues Sindicatura Municipal debe integrar expediente contra los servidores públicos Mauricio Calles Lira, Ana Carolina Álvarez Moncayo, Vanessa Maldonado Bueno y Zamira Esperanza Ochoa Ruelas, quienes además de ejercer indebidamente el cargo favorecen a los líderes corruptos del mercado sobre ruedas. Sindicatura Municipal debe no solo iniciar el procedimiento administrativo sino que además debe dar vista de estos hechos al Ministerio Público por la probable comisión de los delitos de coalición de servidores públicos y ejercicio indebido del cargo, encubrimiento por favorecimiento y lo que resulte. Pero eso lógicamente no ha sucedido porque como son todos del mismo partido político, o sea del PRI, únicamente están simulando como que hacen algo cuando en realidad no hacen absolutamente nada que no fuera favorecerlos. Muy fuera de mi alcance visual está el entender los compromisos que estas autoridades tienen con los mercados sobre ruedas, quizás porque en las campañas políticas les arriman acarreados o les hacen ciertos favores, pues ahora resulta que éstos ni permiso tienen y yo que sí tengo mi permiso y le pago al ayuntamiento las contribuciones, no puedo disfrutar de la autorización que ellos mismos me dieron. El gafete que me dieron para operar dice que debo instalarme frente al Mercado Coronado, pero debo instalarme afuera del mercado y no en donde siempre me he instalado, o sea enfrente del mercado. Lo que no entiendo es por qué los inspectores no les dicen nada a los del sobre ruedas, es más ni los molestan. Si ellos se equivocaron en la redacción de mi permiso es cosa que debe solucionar el Ayuntamiento de Tijuana, pues el error de la autoridad no tiene por qué perjudicarme; yo les solicité un permiso y ellos me lo otorgaron, y ahora me quieren quitar de ahí para que se instale el sobre ruedas, porque lógico, ya vendieron el lugar a otros comerciantes, porque usted ha de saber, señor alcalde, que los líderes de los mercados sobre ruedas venden las plazas, o sea los lugares hasta en 15 mil pesos. La Dirección de Inspección y Verificación Municipal dice que se trata de un problema entre particulares, pero ¿quién se supone que debe regular a esas autoridades? La respuesta es muy lógica, ¿pero por qué no lo hacen? Porque sabrá usted que ahí se hace lo que los líderes dicen, no lo que la autoridad dice. Es ilógico que hayan expedido dos permisos para ocupar el mismo lugar, ¿pero cuál permiso?, si ni permiso tienen. Tampoco son autoridad para que hagan lo que les dé su gana. Pero claro, vaya usted a saber, señor alcalde, qué tanto compromiso tengan, ¿o es acaso que también usted tiene compromiso con ellos? La animadversión por parte de los líderes hacia mi persona ha llegado a las amenazas y hasta me han dicho que no ha sucedido nada porque ellos las pueden de todas, todas. No basta con simular los procedimientos administrativos, aquí se trata de resolver, de que se respete el permiso que ustedes me otorgaron para poder trabajar y se hagan las cosas como se deben de hacer, para que dejen de proteger a los líderes del sobre ruedas y a los servidores públicos. Este es un llamado al Lic. Arnulfo de León Lavenant, procurador de los Derechos Humanos y Protección Ciudadana del Estado, así como a Sindicatura Municipal para que ejerzan facultades y no sigan evidenciándose ni siendo tan obvios, porque como dice el dicho, “está bueno ser cochi pero no tan trompudo”. Raúl R. Alonso Moreno
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