Según el último anuario estadístico del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), 228 millones de mexicanos asistieron al cine durante 2012. Sin embargo, solamente 10.9 millones de éstos lo hicieron para ver alguna de las 67 películas nacionales que se estrenaron durante ese periodo. Con el reciente éxito de comedias ligeras y la incursión de temáticas que combinan el español e inglés, en días pasados el Instituto estimó que 2013 cerrará con 30 millones de espectadores atraídos por filmes nacionales. Aunque la cifra representaría un récord en los últimos diez años, la realidad es que se está logrando mediante películas carentes de contenidos, mientras que la parte del cine mexicano reconocido alrededor del mundo, no tiene el suficiente espacio y permanencia en su propio país. En defensa de la comedia, Joaquín Bissner, que con filmes como “Me Late Chocolate” y “Todas Mías” ha hecho del género su estandarte, declaró en entrevista con ZETA: “Lo ‘padre’ es que haya todo tipo de cine, yo aplaudo que haya cine de denuncia y de concientizar al público, pero el cine es entrenamiento, siempre lo ha sido desde que surge como tal. El cine es para que te la vayas a pasar bien, compres tu refresco, palomitas y te entretengas”. Lo que el director no apunta, es el reducido espacio en exhibidores que tiene el cine mexicano sin importar el tipo de producción que sea. En su Capítulo IV, dirigido a la exhibición y la comercialización, la Ley Federal de Cinematografía determina en el Artículo 19 que “los exhibidores reservarán el diez por ciento del tiempo total de exhibición, para la proyección de películas nacionales en sus respectivas salas cinematográficas, salvo lo dispuesto en los tratados internacionales, en los cuales México no haya hecho reservas de tiempo de pantalla”. Asimismo, “toda película nacional se estrenará en salas por un período no inferior a una semana, dentro de los seis meses siguientes a la fecha en que sea inscrita en el Registro Público correspondiente, siempre que esté disponible en los términos que establezca el Reglamento”. En marzo de este año, “Nosotros los Nobles” (Gary Alazraki), comenzó uno de los primeros casos actuales en rebasar la expectativa en tiempos de exhibición, regularmente no excedida de quince días. Al final, la sátira a las clases sociales mexicanas consiguió estar en salas por 17 semanas. Para hacer una comparativa que dimensione la cifra, durante el seminario “¿Cómo Distribuir Películas de Bajo Presupuesto?”, organizado a finales de noviembre por el IMCINE, se expuso que “Titanic” estuvo 20 semanas en proyección. Protagonizada por Gonzalo Vega, Juan Pablo Gil, Luis Gerardo Méndez y Karla Souza, quienes dan vida a la familia Noble, a un mes de su estreno la película se colocó como la más taquillera en la última década, por delante de “El Crimen del Padre Amaro” (2002) y sus 162 millones 557 mil pesos de recaudación, al obtener 165 millones 300 mil pesos para ese momento. Prácticamente con tres meses por delante en salas, la ópera prima de Alazraki casi duplicó sus números, al cerrar con 327. 52 millones de ingresos. Con ello, la tendencia por comedias light comenzó. “Nos hemos dado cuenta, bueno, creo que toda la industria se dio cuenta de que hubo una época en que todo el cine mexicano era tráfico de drogas y crimen. Era enseñar un México muy negativo, un México pobre, que hasta cierto punto refleja una parte de la realidad de nuestro país que desafortunadamente sí es así. Pero también yo creo que hay cosas maravillosas en México, y un humor en el mexicano que existe ahí, y hay una necesidad de la gente por identificarse y divertirse con temas que también no sean relevantes para nosotros, de ahí vienen el boom de estas comedias”, declaró a ZETA Alberto Llera, director de Mercadotecnia en 20th Century Fox en México, que durante 2014 estrenará lo propio con “El Crimen del Cácaro Gumaro”. A diferencia de Bissner, Llera considera que además de entretener, el cine debe cumplir con la función de crear productos de arte, entrando en esa categoría el cine de denuncia y los documentales; lo cierto es que el espacio en exhibidores, se rige en relación a la asistencia del primer fin de semana, lo que deja a producciones de ese tipo rápidamente fuera de éstos, e inclusive, de las estadísticas generales de preferencia, donde la comedia vuelve a liderar los gustos de la gente. Tan solo en las Encuestas Nacionales de Consumo y Percepción de Cine Mexicano de 2010 y 2012, el género se llevó el 54 por ciento y 52% del total, respectivamente. Por su parte, IMCINE confirmó recientemente que en cuestión de producción nacional, las comedias son la segunda prioridad de los creadores, solo por debajo del drama. El fenómeno Derbez Distribuida por Videocine, la cinta “No se Aceptan Devoluciones” estuvo más de dos meses en cartelera. En la última semana de noviembre consiguió superar los 600 millones de pesos en recaudación. Más de 15 millones de asistencia acumulada, cifra de Rentrak, la colocaron arriba de “Nosotros los Nobles”, convirtiéndose en la película más taquillera y vista en la historia del cine mexicano, y por ende, de 2013. Co-escrita, actuada y dirigida por Eugenio Derbez, la historia de un hombre al que la paternidad lo sorprende, también tuvo éxito en Estados Unidos: 347 copias abrieron su primer fin de semana, con 2 millones de dólares, pero en total consiguió 37 millones más. La buena racha de “No se Aceptan Devoluciones” no termina ahí, pues tendrá un remake brasileño y uno francés. “2013 rompió todas las barreras que teníamos existentes en el cine mexicano. (La comedia nacional) Tenía un 4%, 7% o hasta el 10 por ciento en su mejor año, (del global de taquilla). Ahora se sale totalmente de su parámetro, porque entre dos películas mexicanas, son casi mil millones de pesos. Este año todavía no es un buen medidor, hay que esperarnos un par de años para poder ver y evaluar el nuevo parámetro”, comentó a ZETA el titular de Mercadotecnia de Paramount Pictures México, Carlos Jiménez Muñoz. Si Derbez marcó una tendencia, es el combinar español e inglés dentro de la trama. Dinámica que seguimos y seguiremos viendo, aunque él prefiere no “sonar muy prepotente” al confirmar “si es o no un parte aguas” ese modo de hacer cine. En la misma línea, “Amor a Primera Visa”, de Pedro Pablo Ibarra, es otro ejemplo. En similitud a historias, vuelve a poner a un padre y su hija como protagonistas. “De repente se hizo una fórmula, fue lo que pasó con la de Eugenio Derbez, le abrió las puertas al mundo. Hizo que Estados Unidos nos volteara a ver y dijeran: ‘¿Quién está haciendo este cine?’, porque la gente justamente se identificó de un cine que está acostumbrado a ver”, declaró para este Semanario Aurora Papile, actriz de “Amor a Primera Visa”. En la película protagonizada por Jaime Camil, ésta interpreta a “Carol”, cónsul de Estados Unidos en la Embajada de México, por lo que su personaje solo habla inglés. Pese a ser producción extranjera, durante el próximo año “El Cielo es Azul” nos acercará nuevamente a la dualidad de idiomas. Dirigida por Andrew Fierberg y protagonizada por Miguel Rodarte y Osvaldo Benavides, quienes dan vida a un par de mexicanos adinerados, la trama se desarrolla a lo largo de un viaje que hacen a Nueva York. “Cada vez se está viendo una correlación del público y de la audiencia México-Estados Unidos o Latinoamérica-Estados Unidos, al tener tanto público latino, allá tu trabajo también empieza a tener impacto. Nos obliga a buscar estar en ambos lados y entender ambos mercados. De manera muy natural empieza a surgir esta cohesión tanto lingüística como cultural”, expuso a ZETA Miguel Rodarte. Encasillarse, un riesgo latente El diagnóstico sobre la naturaleza del consumo de cine mexicano en salas cinematográficas de 2012, arrojó que el 20% de la población -índice más alto de la estadística- decide ver una película nacional en base a los actores que participan. Coloca la calidad con un 3% de su interés, y que esté hablada en español, con 1%. Por lo que enganchar al público con elenco que ya está dentro de su preferencia es garantía. Lo mismo que la publicidad empleada, que se lleva el 50% de los motivos, si el parámetro es elegir entre sinopsis y recomendaciones. “Tengo el tipo de sangre más exclusivo: azul”, “Soy como tú, pero bien” y “Amor y paz, con cargo a mi tarjeta de crédito”, fueron las frases de promoción que representaron al elenco joven de “Nosotros los Nobles”, y que bien retrataron a capitalinos fresas en su mejor y peor momento. Publicidad que dio pauta a ‘memes’ en la red que clasificaban a los histriones con su rol, sobre todo por ser su primer despunte considerable en el cine. Ante ello, Karla Souza (Bárbara Noble) comentó a ZETA: “La verdad me emociona que la gente crea que yo no me pueda salir de ese papel porque no tienen idea de quién soy realmente. Me emociona romper con los prejuicios, no me importa que me quieran encasillar, porque la verdad es que yo sé que tengo más que dar y no va a pasar. Al revés, creo que es más ‘padre’ que ellos piensen que es lo único que puedo hacer, y que en un futuro volteen para atrás y vean lo que llevo haciendo, y se den cuenta que no he repetido ni una vez un personaje y que salgan otros más”. En el mismo orden de ideas, Aurora Papile agregó: “En Estados Unidos se hacen películas como ‘Thor’ con Natalie Portman, y también la vemos ganando el Óscar por ‘Cisne Negro’ y nadie dice nada. Es que es comercial, todo es comercial, nada más cambia el contenido. Eso es lo que está cambiando ahorita en México, nos estamos dando cuenta que no podíamos ir contra la corriente”. El factor público Al entrar en vigor la Presidencia de Enrique Peña Nieto, el productor Jorge Sánchez Sosa tomó el mando del Instituto Mexicano de Cinematografía, poniendo entre sus prioridades la difusión del cine nacional para que los propios mexicanos lo acojan. Tarea titánica si se considera que, según los propios datos del IMCINE, el 54% de la población prefiere ver una película extranjera por encima de una mexicana, que solo atrae al 18%; mientras que al 26% le es indiferente la decisión, y el 2% no sabe por cuál optaría. Ante los hechos, el reto adoptado por la nueva administración es de crear nuevos públicos y recuperar los existentes, aunque conseguirlo parezca una tarea imposible. “El público se forma a sí mismo hasta cierto punto, desgraciadamente o afortunadamente, ellos dictan qué le interesa y qué no. Creo que el cine no tiene que formar al público, el cine solo es un reflejo de los intereses de la gente, y los resultados de las taquillas es el resultado de lo que en ese momento le interesa. Si entramos a más profundidad, creo que inclusive es un tema de educación nacional, de que la gente tuviera este interés por ver diferentes tipos de temas y cosas más profundas, pero eso es más bien parte de cómo está educada en general”, comentó Alberto Llera, en una opinión que se complementa con la de su colega Carlos Jiménez, para quien “el consumidor tiene cambios y preferencias muy marcadas y fuertes, y es una evolución normal que se va dando”. Lo mismo tendría que pasar con el fenómeno de las comedias light, para dar paso a otro tipo de producciones, y quizá, en un futuro, elevar dosificadamente el gusto del consumidor a películas más pensantes. La realidad es que filmes como “La Jaula de Oro”, “Workers”, “Los Insólitos Peces Gato” y “Quebranto”, por mencionar algunos, siguen sin tener presencia fuerte en el país, pese a ser reconocidos y premiados tanto nacional como internacionalmente; o en el caso de “Heli”, de Amat Escalante, llegan a cartelera solo por un par de días, de forma desfasada, con pocas salas y horarios complicados.