A horas de iniciar su gestión como alcaldes en los cinco municipios de Baja California, estos funcionarios electos están obligados a tomar conciencia que llevan sobre sus espaldas la fe y la confianza depositada por los miles de ciudadanos quienes les dieron su voto, y llegó la hora de ganarlo. Jorge Astiazarán en Tijuana, Gilberto Hirata en Ensenada, y César Moreno en Tecate están obligados a hacer su mejor papel porque como representantes del PRI, la ineficiencia ya los hizo perder en el pasado proceso electoral, nuevamente dos municipios. Incluso en el caso de los panistas que repiten y recuperaron para su partido dos ayuntamientos, como Silvano Abarca en Rosarito y Jaime Díaz en Mexicali, tienen el deber de superarse. En esta primera etapa, no cuentan las deficiencias de sus antecesores, la fama generalizada de los políticos, los vicios identificados con sus respectivos partidos, porque dependerá de ustedes si repiten modelos de ineficiencia y corrupción, o son capaces de generar los cambios que reclama y le urgen a la sociedad. De inicio cuentan con el apoyo, la voluntad y la participación ciudadana. Como sucedió con sus antecesores hace tres años, la hoja está en blanco y dependerá de sus acciones lo que se vaya a escribir. Será decisión de ustedes si se desvían de la obligada misión de administrar con austeridad y eficiencia. Si deciden contratar onerosas empresas asesoras externas, solicitar préstamos y endeudar las arcas municipales, otorgar contratos de obra a sus parientes y conocidos, o a empresas costosas a cambio de comisiones. Está en cada uno si resuelve favorecerse y beneficiar con acciones de gobierno a su prole, contratar delincuentes como guardaespaldas o basificar irregularmente a su familia, amigos o amiguitas con las que se enrede afectivamente. Todas, acciones presentes en uno o varios de los ayuntamientos que concluyen el 30 de noviembre de 2013, y que llevaron a sus titulares acabar con el enorme capital político-social con el que llegaron. Finaliza un trienio donde el alcalde menos cuestionado, el mexicalense Francisco Pérez Tejada, no logró mejorías para su municipio, porque nunca encontró la forma de sacar al ayuntamiento de la crisis económica en que lo encontró. Como los que salen no cumplieron, para quienes están a punto de estrenarse –o restrenarse– la oportunidad es enorme, y las expectativas ciudadanas mayores, tienen las dimensiones de las necesidades de la población. Sí, señores, se espera mucho de ustedes, que tengan la capacidad de reducir el gasto corriente, de ser eficientes en la recaudación y de reorientar recursos a la inversión en obra pública y obra social. Que paguen la deuda pública en lugar de acrecentarla, que eviten el lucimiento y no gasten lo que no tienen. Que tengan la vista puesta en sus funcionarios, que corran a los corruptos y a los ineficientes, porque no saber planear y no cumplir metas, también es una forma de traicionar a la sociedad. La crisis que viven las administraciones actualmente son tan críticas que cualquier acción en positivo tendrá repercusiones importantes. Fiscalicen de cerca los ingresos y gastos de sus secretarías, obliguen y fomenten la transparencia para que la ciudadanía los apoye en esa labor de supervisión. En este inicio de administración la comunidad está con ustedes, pueden o no aprovecharlo para sentar las bases del tipo de administración que exige el momento actual: moderna, austera, transparente y con rendición de cuentas.