La mañana del domingo 24 de noviembre, un grupo entre 150 y 200 personas intentaron traspasar la barda fronteriza que separa a México de Estados Unidos, a la altura de la canalización del Río Tijuana. Captadas en cámaras por tres documentalistas, las imágenes registraron la respuesta de los agentes de la Patrulla Fronteriza, quienes dispararon balas de goma y esparcieron gas pimienta entre el grupo de personas, donde también se encontraban mujeres y, por lo menos, un menor de edad. Bryan Andrade, Jesús Guerra y Ana Andrade, se acercaron a los medios de comunicación horas después del acontecimiento para vender las imágenes y vídeos. Describieron el hecho como un “intento de cruce masivo”, del cual no estaban enterados, pero que lograron filmar porque se encuentran realizando un documental sobre habitantes del “Bordo”. Pero días después, comenzó a circular una hoja donde se invitaba a deportados e indigentes, a unirse a “Viva Villa”, movimiento a forma de protesta que culminaría con el cruce de quienes así lo intentaran. Aunque el grupo de documentalistas se deslindó de tal comunicado y se dijeron “no enterados” de lo que se llevaría a cabo, fueron los únicos que captaron el movimiento que dejó como saldo dos personas heridas. Por su parte, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) aclaró que los agentes fueron agredidos con piedras y otros objetos, hechos que justificaron el uso de gases lacrimógenos y balas de goma. Testimonios de quienes participaron en el intento de cruce masivo, no lograron identificar a los convocantes al movimiento, quienes continúan en el anonimato. Sin embargo, activistas pro-migrantes como Christian Ramírez, en San Diego, descalificaron el acto y condenaron las acciones de quienes utilizan a un grupo tan vulnerable como los deportados, poniendo en riesgo su integridad física.