Cirugías estéticas ordenadas por funcionarios de primer nivel para sus recomendados. Envío discrecional de pacientes a hospitales de mejor categoría. Más de 300 intervenciones quirúrgicas postergadas. Así opera la Dirección Municipal de Salud de Tijuana, denuncian personal y ex trabajadores. Para conocer la repuesta a los señalamientos específicos, ZETA tramitó una entrevista con el doctor Jorge Ángel Bórquez Pesqueira a través de Comunicación Social. Por más de tres semanas consecutivas, se explicó el tema a su asistente personal. La respuesta oficial fue que el titular del área médica municipal tenía conocimiento de la solicitud, pero no había respondido. Con un presupuesto de 72 millones de pesos anuales, la dirección ofrece servicios generales, de medicina interna, cirugía, obstetricia, pediatría y cirugía, a más de 5 mil afiliados, entre trabajadores municipales y sus familiares. Las cirugías como especialidad están contempladas solo para las condiciones de salud “que pongan en peligro la vida de los pacientes”. Mediante esta justificación, los médicos se reservan la decisión de autorizar cirugías solicitadas por los afiliados. Por ejemplo, hasta marzo del presente año, 336 pacientes esperaban ser intervenidos. Un médico que laboraba en la institución explica: “Retrasan las cirugías porque justifican la falta de presupuesto, y el filtro para aprobarlas era si la vida del paciente corría peligro en caso de no realizarla”. Sin embargo, trabajadores revelaron la aprobación de cirugías estéticas para un reducido grupo de afiliados, que no eran necesarias para “salvar la vida de los pacientes”. En una lista de cirugías aprobadas entre marzo de 2012 y marzo de 2013 -entregada a ZETA-, surgen algunos de estos ejemplos. Hasta cirugías reconstructivas femeninas El 5 de noviembre de 2011, una empleada de la delegación Otay solicitó una “plastia de labio mayor”, clasificada dentro de la categoría de cirugía vaginal plástica, estética y reconstructiva femenina. No es el único caso. En octubre de 2012, se autorizó para una trabajadora del Instituto Municipal del Deporte otra reconstrucción vaginal. La plastia es un procedimiento que “le devuelve a la mujer las dimensiones vaginales apropiadas”. De acuerdo a médicos consulados, estas cirugías son solicitadas, en la mayoría de los casos, para fines estéticos o funcionales. Sin embargo, sería un “caso extraordinario” si se realizase para salvar la vida de una mujer. Otro ex empleado confió a ZETA: “Estas cirugías no estaban dentro de las autorizadas para realizarse, entonces los médicos modificaban el diagnóstico para que se justificara y poder solicitar la cirugía, mientras intervenciones importantes quedaban suspendidas”. En ocasiones, relatan, una llamada telefónica determinaba la autorización de estas prácticas. Hay algunos casos menores como la remoción de várices para una trabajadora del Instituto Municipal de Arte y Cultura, que si bien, no se trata de un procedimiento sofisticado, sí implica el retraso de otras cirugías urgentes. Por ejemplo, para un empleado de la Delegación Centro, se aprobó una “plastia de pared abdominal”, en la cual el cirujano “extirpa el tejido graso y la piel suelta de las secciones medias y bajas del abdomen para hacerlas firmes y planas”. Al igual que en el caso de las cirugías vaginales, por lo general, no son procedimientos necesarios por razones de salud, sino estéticas. También en septiembre de 2012, se autorizó una “septumplastia” para un integrante de la Dirección de Transporte Público. En ella, se corrigen las deformidades del tabique nasal, aunque generalmente es practicada por motivos estéticos, también puede servir para corregir algunas otras enfermedades como tumores o sangrados nasales. Para el ingeniero Francisco Rico Murrieta, jefe del Departamento de Servicios Generales de Oficialía Mayor y empleado de confianza, se aprobó la cirugía conocida como “hilos rusos”. La técnica quirúrgica estética consiste en insertar hilos bajo la piel para suspender o tensar “las partes caídas o flácidas de la cara”, y así lograr una apariencia más juvenil. Por último, a Alejandro Arce Roberto, también empleado de confianza perteneciente a la Dirección de Policía y Tránsito Municipal, se le colocó una manga gástrica para el control de obesidad. Favoritismos Además de las autorizaciones de cirugías estéticas, trabajadores municipales inconformes con el servicio, advierten la discriminación de empleados según su nivel socioeconómico o cercanía a funcionarios de primer nivel. La Dirección Municipal de Salud tiene convenios con algunos centros médicos para ofrecer los servicios de especialidad: Hospital Guadalajara, Instituto Nefrológico de Tijuana, Centro Médico Florence, Hospital Nova, Hospital Excel y Hospital del Prado. Pero el envío de pacientes, refieren, es a discreción de los jefes médicos. Quienes están en lo más alto de la jerarquía municipal, son remitidos a los centros más costosos, mientras el resto de la población afiliada es atendida en clínicas menores o en la pequeña dependencia, donde reciben medicamentos genéricos.