Los Medias Rojas de Boston lograron su octavo campeonato de Grandes Ligas al derrotar en seis juegos a los Cardenales de San Luis. Inspirados por David Ortiz, completaron su extraordinaria temporada de redención con una victoria 6-1 ante los Cardenales de San Luis, que les permitió celebrar la conquista de una Serie Mundial en el Fenway Park, el estadio más vetusto de Grandes Ligas con 101 años de existencia, que estuvo colmado con 38 mil 447 aficionados y donde se coronaron por primera vez desde 1918. Sellar el título en casa fue una satisfacción que no pudieron tener Ted Williams, Carl Yastrzemski ni Carlton Fisk, los mitos de la franquicia. Tampoco Pedro Martínez, Manny Ramírez y Curt Schilling, los integrantes del equipo que hace una década puso fin a la sequía de 86 años sin campeonatos. Cuando ganaron su última Serie Mundial en casa, Babe Ruth, Carl Mays y Harry Hooper fueron las estrellas de ese septiembre de 1918. En aquel entonces, los juegos se disputaban de día. Esa fue una temporada que debió ser abreviada por el estallido de la Primera Guerra Mundial. Es su tercer campeonato en 10 temporadas, 2004, 2007 y 2013, fue labrado con cuatro carreras impulsadas de Shane Victorino y una aguerrida apertura de John Lackey. Metódicamente, los Medias Rojas minaron a Michael Wacha, el novato sensación de los Cardenales que no pudo pasar del cuarto inning. Un doble de Shane Victorino contra el Monstruo Verde vació las bases en el tercero y disparó el ruido a niveles desmedidos. Boston también rayó tres veces en el cuarto, en el que Stephen Drew conectó un jonrón solitario directo a la zona del bullpen de los Medias Rojas. Mike Napoli, de vuelta a la alineación como primera base con Ortiz en su puesto habitual de bateador designado, añadió un sencillo remolcador en el episodio, lo mismo que Victorino. Lackey se convirtió en el primer lanzador en abrir y ganar un juego que sentenció el título del Clásico de Otoño con dos equipos distintos, luego que en su año de novato superó a los Angelinos y a Barry Bonds, en el séptimo juego de la edición 2002. El derecho lo hizo cubriendo seis innings y dos tercios, en los que permitió nueve hits. Pero los Cardenales solo pudieron anotarle una carrera, en una noche en la que dejaron a nueve hombres en circulación. Junichi Tazawa relevó a Lackey con las bases llenas y retiró a Allen Craig con una roleta para poner al inning, esencialmente apagándole la luz a San Luis. Brandon Workman se encargó del octavo y Uehara sacó los tres outs del noveno. Boston apenas registró un promedio colectivo de .211 al bate, el porcentaje más bajo de un campeón en 39 años y hasta 13 puntos por debajo de los Cardenales. Pero, blindados con el bateo de Ortiz y una efectividad acumulada de 1.73 de sus pitchers abridores, los Medias Rojas no se amilanaron tras verse abajo 2-1. “Big Papi” David Ortiz, elegido el Jugador Más Valioso, no bateó hits por primera vez en los seis juegos de la serie, pero recibió cuatro boletos, tres intencionales. El astro dominicano solo falló en su intento de embasarse en cinco de sus 25 apariciones al plato, y se aseguró su tercer anillo de campeón con la franquicia tras los ganados en 2004 y 2007. “Esto es para ti, Boston. Ustedes se lo merecen”, dijo Ortiz al levantar su trofeo de JMV y aludir al atentado terrorista durante el Maratón en abril: “Pasaron por muchas cosas malas este año, y esto es para ustedes y todas esas familias que sufrieron”. Ortiz, el único miembro del equipo campeón de 2004 que sigue con el equipo, bateó para .688 en la serie (11 hits en 16 turnos), con dos jonrones, seis empujadas y ocho boletos. “Su bat habla por sí mismo, porque es bastante especial”, dijo el manejador de los Medias Rojas, John Farrell, quien se unió a Terry Francona (2004), Ed Barrow (1918) y Jake Stahl (1912) como los únicos pilotos en la historia de los Patirrojos en ganar la Serie Mundial en su primera temporada frente al club. Entre los jugadores en la historia con al menos 10 presentaciones en el plato en Clásicos de Otoño, solo Billy Hatcher por los Rojos de 1990 ha tenido mejor promedio (.750) y mayor porcentaje de embasarse (.800) que Ortiz. Luego de registrar su mejor campaña regular en tres años con 30 cuadrangulares, 103 empujadas y OPS (porcentaje de embasarse más slugging) de .959, Ortiz siguió con una postemporada para el recuerdo contra los Rays, los Tigres y los Cardenales.