C. Lic. Enrique Peña Nieto – Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Me dirijo a Usted con el respeto que me merece su cargo, nada más. Mi carta va dirigida a Usted porque dispone de más recursos y tiene más facultades que cualquiera para hacerle frente a los problemas de México y de los mexicanos. Sabemos que para un buen desempeño de funciones, se necesita saber, poder y querer, y con lo que he visto hasta ahora, no me deja claro ni que sepa, ni que pueda, ni que quiera. Es cierto que los problemas que aquejan al país no son culpa suya, muchos de ellos tienen más años de añejamiento que los que Usted tiene de vida, sin embargo, ahora le toca hacerles frente, priorizarlos y resolverlos utilizando para ello todos los recursos del estado. Discúlpeme pero ni a Usted ni a su equipo, que a la sazón le ayuda poco, no los veo a la altura de los problemas que se deben resolver. Hace 20 años el Lic. Colosio veía “…un México con hambre y con sed de justicia”, yo lo sigo viendo, la sociedad lo seguimos viendo, las manifestaciones de justicia están por todas partes y Ustedes, los gobernantes, pareciera que son los únicos que no las ven. ¿Y sabe por qué no los ven? Porque vivimos en Méxicos distintos (si se me es permitido el plural). Vivimos en Méxicos distintos, Señor Presidente, porque su México, no es igual al mío, ni al de muchos otros mexicanos. Quizá a Usted solo le gusta ser Presidente del México que se ve por su ventana, solo de los que lo adulan, de los que le aplauden, de los que controlan las cámaras de televisión para que las tomas salgan editadas. Pero no es así, Señor, Usted es presidente de todos, también del México corrupto, del México de la gente que se quedó sin casa y sin bienes y en muchos casos sin familia porque todo se lo llevó el agua. Del México que contrata y paga obras mal hechas, que sucumben al paso de un huracán dejando incomunicadas a familias y pueblos. Del México de la gente que delinque porque no tiene trabajo. Del México de miles de familias que no tienen casa y cada vez está más lejos el sueño de adquirir una, del México de tantos funcionarios públicos que ven en su puesto la oportunidad de su vida para llenar sus arcas personales. Usted también es Presidente de esos Méxicos, del de la impunidad donde la justicia se doblega ante las relaciones públicas. Del México donde la gente trabaja diariamente y a pesar de eso vive con el agua hasta el cuello. Usted también es presidente del México que está lleno de gobernantes insaciables de poder y de dinero, que comenten abusos hasta el cansancio y nadie los llama a rendir cuentas. Del México de los legisladores que ridículamente han denigrado el quehacer político. Del México de miles de niños que están perdiendo otro año escolar porque sus “maestros” tienen otras prioridades. Del México de los líderes sindicales, que van lastrando al país mientras gozan de privilegios que sus agremiados jamás verán. Del México de los que buscando una mejor forma de vida tienen que emigrar al extranjero porque aquí no hay manera. Usted también es Presidente de esos Méxicos, donde los recursos públicos se destinan a beneficiar intereses personales, donde la educación es poca y mala. Del México que se ensaña con el empresario en vez de estimularlo a generar más empleos. Del México que le hinca el diente a los trabajadores cautivos cobrándoles más impuestos y del México de los evasores fiscales al amparo de la autoridad. Discúlpeme pero no lo veo fungiendo como un vínculo capaz de ver por los intereses de todos los mexicanos. ¿Será que tiene un as bajo la manga? ¿Será que ve cosas que yo no veo? Seguramente así será, pero mientras a mí no me quede claro, me seguiré preguntando, ¿por qué le aplauden los que le aplauden? José Valenzuela – Correo: [email protected]
¿Por qué le aplauden los que le aplauden?
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