Al momento de la detención del ex subdirector operativo de la Dirección de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal de La Paz, Joel Martínez Rosas “El Coreano”, éste iba saliendo del hotel Hacienda del Río de la ciudad de Tijuana, a las 4:30 pm. El ex jefe policiaco no se percató que era seguido a corta distancia, hasta que -en un discreto operativo- agentes de la Policía Ministerial de Tijuana cerraron el paso y le solicitaron rendirse porque “estaba detenido”. Visiblemente nervioso, quien fungiera como escolta del ex gobernador Leonel Cota Montaño, no supo qué hacer ni cómo reaccionar. “La noticia cayó como balde de agua fría”, relató a ZETA uno de los efectivos que participó durante el operativo de captura. De acuerdo con uno de los investigadores, la esposa del “Coreano” tenía cita en Tijuana para tramitar su visa y así viajar hacia Estados Unidos. La Policía Ministerial de Baja California supo de la llegada de Martínez Rosas un día antes, cuando recibió un reporte que había orden de detenerlo y “andaba por Tijuana”, por lo que iniciaron su búsqueda hotel por hotel, hasta que le ubicaron. Con su foto y datos de complexión física, los policías inmediatamente dieron con su paradero. “Éste es”, dijo uno de los investigadores, cuando lo observaron dentro del hotel tras haber pedido información de su registro en la recepción; fue entonces que establecieron un plantón afuera del hotel, localizado sobre Bulevar Rodolfo Sánchez Taboada, en el corazón de la conocida Zona Río de Tijuana. “El Coreano” salió del hotel hasta el día siguiente, fue entonces que se le detuvo en la vía pública. Al momento de la captura, dijo estar de vacaciones en Tijuana, pero su esposa -tras ser interrogada- reveló que estaban de paso en la ciudad, porque “pretendía sacar mi visa”. El ex escolta y ex subdirector operativo de la Policía Municipal de La Paz en el gobierno de la ex alcaldesa Rosa Delia Cota Montaño, fue llevado a los separos de la Policía Ministerial del Estado de Baja California, donde permaneció un día completo, hasta que vía aérea, fue trasladado el jueves 17 de octubre de Tijuana a La Paz. El ex funcionario fue trasladado en un vuelo comercial de la compañía Aeroméxico, que arribó aproximadamente a las dos de la tarde a la capital de Baja California Sur. Los agentes policiacos de Tijuana entregaron al detenido en el Aeropuerto Internacional de La Paz, en medio de un fuerte operativo. Se le llevó a los separos de la Policía Ministerial del Estado para ser puesto a disposición del Agente del Ministerio Público del Fuero Común Investigador Especializado en Delitos Dolosos. Al cierre de esta edición, Joel Martínez Rosas “El Coreano” rendía su declaración preparatoria, para su posterior arraigo en el Centro de Ejecución y Medidas Cautelares de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE). La investigación El nombre del ex subdirector operativo de la Dirección de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal de La Paz, salió a relucir en la investigación del doble atentado armado en contra de los hermanos Antonio y Leobardo Alcántar López, bajo el número de averiguación previa LPZ/046/HOM/2013, cuando uno de los dos detenidos, de nombre Jesús Eduardo Hernández “El Rojo”, terminó por delatarlo durante los interrogatorios, argumentando que “El Coreano” estaba implicado como “presunto responsable de haber planeado el ataque”. El nombre del jefe policiaco aparece en el expediente del crimen del ex vocero del ex gobernador Narciso Agúndez Montaño, y del intento de homicidio de su hermano, Leobardo Alcántar López. Según las primeras investigaciones de la PGJE, Joel Martínez Rosas habría planeado el ataque en contra de los Alcántar, y de acuerdo a “El Rojo”, se encargó desde la contratación de sicarios hasta la logística, “incluidas armas, vehículos y hasta rutas de escape”. Hoy se sabe, inicialmente en el plan de ataque en contra de los dos hermanos “participarían dos ‘halcones’, dos guías de reconocimiento y tres sicarios”. Sin embargo, uno de los pistoleros desistió participar, y en base a las investigaciones, se determinó que los matones fueron reclutados en la colonia 6 de Marzo de Los Mochis, Sinaloa, “quienes se conocían entre sí”. Los dos guías de reconocimiento “son ex policías de La Paz, quienes en su momento estuvieron al mando de Joel Martínez Rosas, cuando fue subdirector de Operaciones en la Policía Municipal de La Paz”. Uno ya está detenido (“El Rojo”), y otro continúa prófugo de la justicia. Según un integrante del Grupo de Coordinación de Seguridad Pública, los asesinos del ex director de Comunicación Social del gobierno de Narciso Agúndez Montaño, eran “aprendices de sicarios”, porque en el caso de Antonio, solo asestaron tres de siete tiros, y en el de Leobardo, cinco de siete, nunca hubo un intento de pegar el tiro de gracia. A decir por el miembro de este grupo, la lectura del doble atentado es que “fue un trabajo sucio”, el cual apunta a resolverse en los próximos días, porque “ya cayó el principal responsable”. Al cierre de esta edición, los presuntos responsables del crimen de Antonio Alcántar López no habían sido detenidos, no obstante que ya están plenamente identificados. La línea de investigación Con la captura del ex jefe policiaco, la investigación del doble atentado se perfila hacia una venganza o un ajuste de cuentas, y prácticamente quedaron descartadas las siguientes hipótesis: 1. El crimen por adeudo de un millón 400 mil pesos que el ex vocero tenía con su ex socio del fugaz negocio Baja Mármol, Adán Mendoza García, prácticamente despojado por el ex funcionario. Según el expediente, cuando Antonio Alcántar López estaba en prisión por el caso del desvío de 820 mil pesos del Gobierno del Estado, Mendoza tuvo serias diferencias con Leobardo y su cuñado, Alfredo Pérez Robinson “El Robinson”, quienes en un arranque de coraje, sacaron del negocio literalmente a golpes al entonces socio del ex vocero. Como era de esperarse, Adán Mendoza García reaccionó con amenazas, y una vez que salió el ex funcionario, quiso arreglar en buena lid, pero Alcántar no aceptó y lo despojo de su inversión en el negocio; incluso una vez que cerró, vendió el local y no entregó un solo centavo a su otrora socio. 2. El crimen por un adeudo con uno de sus proveedores de mármol, el cual era enviado del Estado de Coahuila. 3. El crimen por la labor periodística, ya que desde 2005, Alcántar no ejercía la profesión que en su momento lo llevó a ser reportero, corresponsal de Notimex y jefe de información del diario El Sudcaliforniano. Hoy por hoy, las dos principales hipótesis de la PGJE son: – La venganza por deudas, negocios o chantaje en contra de algún político o empresario. – El ajuste de cuentas por lavado de dinero de los cárteles Arellano Félix o de Sinaloa. En la opinión de uno de los investigadores del caso y con base a testimonios recabados, el 7 de septiembre de 2013, Leobardo Alcántar López confesó a un agente de la policía que “ya los traían y querían chingarlos”. El consanguíneo expuso que “el problema era en contra de Antonio, pero él también estaba bajo amenazas, porque sabía todo lo que estaba sucediendo en torno a su hermano”. El empleado de Oficialía Mayor no dijo quién ni por qué, pero sí que “había una videograbación de Antonio donde hablaba de quiénes y por qué lo querían matar”, de la cual “había orden de entregar, en caso de que le sucediera algo a él o su hermano”. Incluso “sacó a su hijo del estado porque querían secuestrarlo, y obligarlo a devolver un dinero”. La confesión en tono de plática sucedió justo cuando el ex vocero del anteriormente gobernador Narciso Agúndez Montaño declaraba en la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común acompañado de su esposa, Luz de Monserrat Pérez Robinson, sobre el hostigamiento en su contra y la vigilancia que “alguien” había montado afuera de su casa. Ese día -según el parte de la Policía Municipal de La Paz- fueron detenidos Pablo Alfonso Zazueta Arce y Geismar Hugo Quiñonez, consignados a la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común por el delito de allanamiento de morada. Los dos montaban guardia de vigilancia en la residencia del ex funcionario en el fraccionamiento Fidepaz, en el municipio de La Paz, siendo detenidos y posteriormente, puestos en libertad. Los hechos quedaron asentados en la averiguación previa LPZ/798/DET/2013.