La frase lo resume todo: “Un solo sueño, un solo equipo, con pasión”; y es que al paso de 32 años el Grupo Tersa se ha consolidado entre las empresas más reconocidas de México, gracias a su ardua labor, trato cordial al cliente y a la calidad en los productos y servicios que maneja. Con presencia en cinco estados: Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Nayarit; y más de 90 sucursales, ha sido reconocida en los últimos tres años por instituciones y organismos a nivel local, nacional e internacional, en donde ha obtenido premios como: Galardón Nacional a la Excelencia en Mercadotecnia (2010), Premio a Baja California a la Calidad y Competitividad (2011), Las Mejores Empresas Mexicanas (2011- 2012), Great Place to Work Retail 2012, Nacional 2012, Noroeste 2012-2013; Súper Empresas Expansión (2013). Y uno más que se suma a la lista; en noviembre próximo el Grupo Tersa, será reconocido por la revista Tire Review, quien otorga el galardón “Top Shop Award”, siendo la primera empresa mexicana en recibir la distinción. Rodrigo Valle Hernández, presidente ejecutivo del emporio, compartió a ZETA la pasión y entrega que representa estar al frente de la empresa. “El espíritu y pasión que he podido compartir con el personal desde que empezamos…es un sueño; pues logré convencer a aquellos compañeros de trabajo, que en aquel entonces éramos 12. La situación en 1982 era muy difícil, teníamos las devaluaciones, controles de cambio, producto importado que se debía en dólares, ya que el producto nacional no entraba en la frontera; todas las llantas eran importadas, no teníamos siquiera relación con el interior de México. La maquinaria y el equipo lo habíamos importado y lo debíamos a Estados Unidos. Lo que fueron buenas decisiones en su momento, fueron las peores. Empezamos con pasivos en dólares e ingresos en pesos. La fórmula no se daba; pero la gente confió. “Hicimos una estrategia financiera y comercial para poder seguir adelante. Ampliamos los plazos con los proveedores de Estados Unidos, pues era una afectación externa. Involucré al personal, todos muy jóvenes; yo tenía 27 años, había empleados de 19 a 23 años. Les dije que si empezamos con una tienda –ubicada en aquel entonces en el bulevar Salinas– íbamos a poder salir adelante, y así fue”, comentó orgulloso. Valle recordó que cuando empezó la empresa sabía que estaba en desventaja con la competencia, pero eso sirvió para sacar lo mejor del equipo. “Teníamos desventajas; pero vimos la manera de convertirlas en ventajas. Nos acercamos a un segmento que estaba muy discriminado, que eran las mujeres. Cuando acudían a una llantera había un lenguaje impropio, lo que hicimos nosotros fue poner a una mujer y un hombre frente al mostrador. Hicimos salas de espera, con televisión, periódico, café, galletas; eso marcó la diferencia; obviamente que la competencia nos decía que así no vendían las llantas; pero nos funcionó”.