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martes, octubre 1, 2024
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Emmanuel, derroche de talento

Era el año de 1976 cuando Emmanuel iniciaba su recorrido por la música, su singular manera de interpretar y esa tesitura de voz, le dio un lugar dentro del ambiente artístico, pero no fue sino hasta su tercer disco “Al final”, que el intérprete mexicano lograría el reconocimiento del público cuando participó en el Festival de la OTI con ese mismo tema de la inspiración de Roberto Cantoral. Luego vendría la internacionalización y con ello éxitos, giras, presentaciones en televisión, rotación en radio y una larga trayectoria que hasta la fecha suma 37 años, 23 discos (entre estudio, en vivo, compilatorios y remixes). Fue de la mano de Manuel Alejandro que Emmanuel se posicionó como uno de los ídolos de los años 80 con temas como: “Tengo mucho que aprender de ti”, “Quiero dormir cansado”, “Todo se derrumbó” e “Insoportablemente Bella”; luego vendrían: “Tú y yo”, “Ven con el alma Desnuda”, entre otras más. Con toda su historia musical, Emmanuel llegó a los viñedos de LA Cetto cargado de energía, vitalidad, feliz de observar un lugar totalmente lleno, en donde la gente se le volcó en júbilo y con aplausos incesantes agradecían la presencia del artista que solo se dejó querer por su público. Presentando un show renovado, lleno de luces multicolores, una escenografía que solo los grandes artistas montan, con 6 pantallas gigantes y 4 más pequeñas de leds que iluminaban literalmente cada uno de los temas que la noche del 28 de septiembre el cantante regaló, en un verdadero ensamble entre músicos, artista y visuales. Simplemente espectacular, así se mostró Emmanuel, que no escatimó en el más mínimo detalle para que su show luciera de principio a fin, aderezando la velada con temas que el público los ha colocado de catálogo, al pasar los años y siguen estando de moda. El reloj marcaba las 8:20 de la noche y tras una batucada a ritmo de “Corazón de Melao” de 5 minutos por parte de sus 11 músicos que pusieron en ambiente a las 3 mil 800 personas antes de que el artista saliera al escenario, preámbulo de que sin dudarlo éstos disfrutarían el concierto de principio a fin. Luego, Emmanuel hace su aparición, mientras luces multicolores iluminaban el entablado. Con una sonrisa a flor de piel, éste comenzó su recital interpretando éxito tras éxito, envolviendo al público en una verdadera fiesta musical que no terminaría sino hasta pasada la hora y 50 minutos de concierto. “¡Wow, son maravillosos, eh! Venir a cantar aquí también es un placer, éste es un lugar lindísimo, la noche está increíble. La penúltima vez que vine había luna llena, pero al ratito la luna llena la hacen Ustedes”, dijo feliz de ver el recibimiento de la gente. “Tengo”, “Seguía lloviendo afuera”, “Hay que arrimar el alma”, “Pobre Diablo”, “Quiero Dormir cansado”, “Detenedla ya” y “Bella Señora”, fue el primer combo de historias que el artista regaló a su público, mientras en las pantallas gigantes los visuales hacían lo propio con imágenes que complementaban la canción, volviendo todo aquello un deleite para los ojos. “Qué quieren que les cantara… (‘Lo que quieras, papacito’, gritó una fanática).  Acabo de cambiarles a los músicos todo lo que viene, se están volviendo locos”, mientras el artista volteaba con su director musical, buscando el tema ideal para seguir consintiendo a los presentes. Le siguieron: “En Otra Vida”, “Este Terco Corazón”, “Si Ese Tiempo Pudiera Volver”, haciendo una pausa en el tema “Enséñame” dijo: “Yo les quiero decir que hace algún tiempo esta canción tuvo, un cambio dentro de mi corazón el día que tuve un encuentro maravilloso en mi corazón con la virgen María y Jesús, desde ese día, cuando me subo al escenario el tema tiene otra connotación, y me han pasado muchas cosas bellísimas en el escenario. Me di cuenta que este país que es maravilloso, y esta Baja California que es increíble, tienen que estar en Dios”, poco a poco los presentes comenzaron a guardar silencio para escuchar lo que el artista les estaba expresando. “Si pudiéramos detener las muertes que existen en este país, tenemos que poner nuestro corazón a la Virgen y si queremos pagar la muerte de tantos bebés inocentes que se derraman en los vientres de sus madres, tenemos que regresar a  Dios. Y Ustedes hicieron posible que la ley se detuviera en el país, así que quiero un aplauso muy fuerte para todos Ustedes, para esos pantalones y para esas mujeres a las que hoy les canto”, y cerró dicho bloque ante el aquelarre del público cuando escucharon “El Rey Azul”; es en ese preciso instante que Emmanuel observa cómo la gente disfrutaba, se divertía, cantaba, se paraba de sus asientos, bailaban y de paso, aquellos que tuvieron el privilegio de comprar en las zonas preferenciales, pudieron tocarle la mano saludándolo. Emmanuel no les dio tregua a sus fanáticos a que se fastidiaran, les ofreció todo un repertorio de éxitos que del gozo y deleite de éstos para con el artista, el tiempo se les fue como humo, al despedirse con “La chica de Humo”, sin embargo, aún faltaban dos clásicas por compartir: “Toda la vida” y “Última Luna”, con la que desapareció del escenario entre aplausos y ovaciones a quien después de 37 años de trayectoria tiene bien ganado el título de ídolo. Un hombre que a sus 58 años tiene la vitalidad de un adolescente, que baila como siempre, que canta como nunca, que no deja de sorprender con un espectáculo lleno de luces, color, visuales, parafernalia, excelente músicos y su pasión por la música.

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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