El éxito en asistencia que consiguió sin problemas la cantante Natalia Lafourcade, no logró trasladarse por completo a la propuesta que ofreció fuera de “Mujer Divina: Homenaje a Agustín Lara”, reciente disco en el que le rinde tributo a “El Flaco de Oro”. Impregnándole el mismo concepto musical a las canciones escritas por ella, lo que comenzó por ser una sorpresa grata y de calidad, terminó por convertirse en un espectáculo monótono que se extendió por más de hora y media. El perímetro del Centro Cultural Tijuana (CECUT) y sus alrededores, incluyendo parte de los carriles del Paseo de Los Héroes y el camellón, apenas se dieron abasto para albergar a los miles de asistentes que la noche del sábado 5 de octubre, acudieron a ver a la veracruzana que, entre ovaciones apareció para decir: “Muchas gracias a todos por venir, pensé que no me tocaría venir con este disco. Estoy feliz de estar aquí en Tijuana, una vez más después de casi tres años”. Comenzado su participación puntualmente con “María Bonita”, a unos minutos de las 10:00 pm y con apenas un canto de segundos, pausó su entrada por problemas técnicos. Sin embargo, retomó la melodía luciendo a plenitud su voz, que con la tesitura dulce que la caracteriza creó una atmosfera de quietud y disfrute, a la que le siguió “Piensa en Mí”. Entre el sonar de las sirenas de bomberos que en ese momento pasaban por el bulevar, se escuchó “La Fugitiva” para seguir recordando al compositor fallecido en 1970. Con guitarra o mandolina a su cargo, más colegas en timbales, trompeta, órgano, guitarras, bajo y batería, la música transportaba a otra época y los visuales en la pantalla central la complementaban. Mientras ella, en calma y esbozando sonrisas, se daba breves oportunidades para interactuar con la gente: “Con todo mi cariño para las mujeres divinas”, fue su introducción al canto que le dio a “Mujer”, para después seguir con “Amor de Mis Amores” que cerró la primera parte del concierto. La interpretación de esas cinco canciones ajenas en autoría, pero propias en arreglos y colaboraciones para su grabación con ayuda de artistas como Adanowsky, Jorge Drexler y Devendra Banhart, eran hasta ese instante el ejemplo perfecto de cómo la cantante logró fusionar su estilo con temas del pasado sin darles detrimento alguno. Pero la segunda parte de su presentación en Tijuana fue lo contrario. Forzando el estilo y balance que logró para el tributo, permearle la misma dinámica a temas como “Amarte Duele”, “Casa”, “Elefantes” y “Un Pato”, opacó la esencia con la que logró darlas a conocer. Cierto es que, por lo menos, reveló un lado más multifacético de ella, en el que se filtraron las posibles evoluciones que quizá tenga en un futuro. No obstante, su decisión no dejó de traducirse a ser un rechazo a sus inicios. Cuestión que por lo visto le genera ruido y está intentando reconciliar con modificaciones más sofisticadas en sonido, a raíz de lo conseguido con “Mujer Divina”. Justo como lo externó al presentar “En El 2000”: “Esta canción que sigue es para recordar los muy viejos tiempos, ayúdenme a cantar mucho esta canción que por mucho tiempo no quise cantar y ahora amo tocarla”, dijo anticipadamente la artista para luego ofrecer una versión completamente distinta del tema que marcó su incursión en la música. Fue hasta ese momento que irónicamente se le vio libre en el escenario, pues sin preocupación alguna lo recorrió en su totalidad entre pequeños brincos e intentos de baile; otro de sus complejos del pasado que ha logrado superar. La primera hora de su presencia apenas se cumplía y un segundo repaso por temas de Agustín Lara era el pendiente a cubrir. Así fue como “Oración Caribe” llegó para ser dedicada “a México que ahorita necesita una oración muy poderosa, una oración que alivie”, debido a la situación de violencia y desigualdad que enfrenta. La que es una de las canciones favoritas de la cantante, le abrió el paso a la parte final de una exitosa presentación en cuestión de convocatoria. A ésta le siguieron “Si No Pueden Quererte” y “Dame Un Poquito de Tu Amor”, que con algunos temas extras de Natalia Lafourcade sellaron una noche que fue de más a menos, cuando el concepto se convirtió en algo plano y repetitivo conforme transcurrió el tiempo. El próximo 21 de noviembre, “Mujer Divina” competirá en el Grammy Latino dentro de las categorías a Mejor Álbum de Música Alternativa, Mejor Video Musical Versión Larga y Mejor Ingeniería de Grabación. La ceremonia se llevará a cabo en Las Vegas, Nevada.