Los vitivinicultores terratenientes, se han opuesto -de manera sistemática- a la presentación de un nuevo estudio elaborado para el Valle de Guadalupe en Ensenada. Se han abalanzado cual marabunta a las oficinas del gobierno municipal, alzando la voz y soltando manotazos al aire, para evitar que el Comité de Planeación para el Desarrollo Municipal (COPLADEM) pueda mostrar una serie de diapositivas de lo que sería tan solo una propuesta de modificación al programa sectorial de desarrollo urbano-turístico de los valles vitivinícolas en la zona norte de Ensenada. Y su programado show les ha funcionado. El documento no ha podido ser visto por nadie en el COPLADEM. De hecho ningún residente de Ensenada, aunque hubiese querido, pudo verlo. Aun cuando la decisión definitiva de lo que ahí se mostraría, recaería posteriormente en el Cabildo. Sin embargo, los trece regidores, el síndico municipal y el alcalde, poco pueden reclamar cuando el 8 de agosto de 2013 hicieron algo similar, con una propuesta de reglamento de zonificación y uso de suelo de la regidora María del Carmen Íñiguez Casanova. Un borrador de reglamento que ni siquiera quisieron enviar a Comisiones para su revisión, donde lo que proponía Íñiguez, era precisamente regular el programa sectorial de los valles vitivinícolas. Mismo programa cuya presentación de modificación ha sido bloqueada por los vitivinicultores. Ahora sí que pónganle como le pongan, los vitivinícolas se oponen y presionan para que en los preciosos Valles no se amplíe la gama de atractivos turísticos, más allá de los viñedos. O sea, o lo suyo, o nada. Comesolos. Hugo De Acosta López se ha destacado como el líder de la intifada, en contra no solo de la presentación de la propuesta de modificación al programa sectorial en el COPLADEM, sino de los planes, todavía en borrador, del empresario Carlos Lagos Yagües en el Ejido El Porvenir, quien busca crear un megaproyecto para el Valle de Guadalupe, que podría detonar turística y económicamente a la zona. Pero De Acosta ha guardado silencio ante otros casos igual de ambiciosos, como ha sido el proyecto Cuatro Cuatros, colindante al Valle de Guadalupe. El de la familia Turrent, la de su cuñada, pues.
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