En Baja California Sur es común observar en muchos lugares, osamentas y partes de ballenas, en la mayoría de los casos por tráfico ilegal o venta en mercado negro. Es una actividad pocas veces penada, ya que las personas no lo saben y se llevan alguna pieza que se encuentran en las costas, como alguna una costilla, vértebra o colmillo. “Es ilegal el venderlos, nosotros los tenemos aquí bajo resguardo para que las personas vengan y los conozcan, sepan los diferentes tipos de dientes que tienen todos los cetáceos”, comentó Karina Flores, bióloga y voluntaria del Museo Comunitario de la Ballena. En la Bahía de La Paz, una ballena de la especie cachalote, se varó y murió. De inmediato la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) puso en resguardo el cuerpo de la ballena para que se le realizaran los estudios biológicos. Se acordó que el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste haría los estudios, y el Museo Comunitario de la Ballena se encargaría del esqueleto y los colmillos. “Uno de los detalles importantes, es este tipo de material, da muchísima información, por ejemplo en los estudios de isotopos estables que se pueden realizar con éstos, se puede saber cuál era la dieta de este organismo, identificar núcleos poblacionales, incluso saber la edad del organismo que lo portaba”, aseguró Francisco Javier Gómez Díaz, director ejecutivo del Museo Comunitario de la Ballena, donde se encuentran las 42 piezas dentales, resguardadas y en proceso de limpieza. Según los expertos, cada pieza llega a cotizarse hasta en 500 dólares, y son los turistas extranjeros quienes más gustan de ellas. Para la comunidad científica, la información que contiene cada pieza dental sobrepasa el valor que se le pueda dar en el comercio ilegal, ya que es posible identificar las características biológicas y cronológicas del mamífero.
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