El Partido Movimiento Ciudadano comenzó el recién agotado proceso electoral coqueteando con el PAN. Luego, en un arrebato de última hora, minutos antes de registrarse ante el Instituto Electoral, rompieron nupcias y MC salió de la alianza. Fue así como cayó -en estrategia supuestamente secreta- en los brazos de colorado partido, el PRI. Con ellos escogieron candidatos, planillas, operaron campaña, declaraciones y propaganda. Pero en el inter, los constantes roces de la roña partidista los hicieron distanciarse. Los que vivieron la campaña de cerca saben que el MC volvió a sus deleites iniciales, los panistas. Terminaron de ese lado. Tanto, que ubican a su líder local, Alcibíades García Lizardi, negociando con Kiko Vega, el gobernador electo. Hoy, con siete piezas en el tablero, dos diputados y cinco regidores, Movimiento Ciudadano tiene con qué negociar eso, si logra, primero, calmar los caldos internos. Felipe Ledesma y Salvador Espinoza, ediles ciudadanos electos en Tijuana y Ensenada, prefieren declararse “independientes” y buscarle por su lado un más apegado al tricolor. Ahora sí que está Partido por una Revolución Institucional.