Sobre todo en el mes patrio, las fuerzas castrenses llaman verdaderamente la atención. El patriotismo casi primitivo de ver a los uniformados, sus armas, sus vehículos, sus formas. En la semana, un hummer recorría la zona industrial de Otay en búsqueda de cualquier cosa rara, un patrullaje común que, tratándose de la zona se pensaría en espera de develar un narcotúnel. Fue más sorprendente aun ver a la docena de soldados debajo del carro, esperando a que llegaran en su ayuda. El carro que trasportaba al grupo simplemente se quedó sin gasolina. Echaron las armas al lomo y empujaron para orillarlo y esperar el galón de combustible que les salvara la vida.