Hace unos días, el alcalde de Rosarito, Javier Robles, y su encargado de seguridad, Francisco Castro, anunciaron que los recursos suspendidos del subsidio para la seguridad de los municipios, habían regresado. La razón por la que no les había sido entregado, fue –aunque lo niegan– que el mando de la seguridad, Castro, no aprobó los exámenes de control, evaluación y confianza. No es novedad. Aquí lo nuevo, es que por segunda ocasión –dicen en la Ciudad de México y en Mexicali– el alcalde de Rosarito envió como justificación al Subsemun para que le reactivaran la entrega de dinero: una carta diciendo que ya estaba la renuncia de Francisco Castro Trenti. La misiva la tomaron en México como válida para dar trámite al recurso, aun a sabiendas que la información es falsa.