Marcha de maestros afectó a más de 400 turistas San José del Cabo, Baja California Sur. El miércoles 4 de septiembre, los maestros de Baja California Sur hicieron eco de las protestas que ese día tuvieron lugar en el Distrito Federal. La sorpresiva toma por cuatro horas del Aeropuerto Internacional de este destino turístico, sacudió a empresarios, políticos, líderes sindicales, obreros y patronales en esta entidad. La noticia de que la puerta principal de entrada de turistas nacionales y extranjeros había sido bloqueada por integrantes del Movimiento Sindical Cabeño, adheridos a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), fue una bofetada en la cara de los secretarios de Educación y de Turismo, Héctor Jiménez Márquez y Rubén Riachi Lugo. Al momento del bloqueo, más de 400 turistas descendían de dos vuelos internacionales y uno nacional: – 1225 de American Airlines, procedente de Dallas, Texas. – 532, de US Airways, que despegó de Phoenix, Arizona. – 2801 de Interjet, que venía de la Ciudad de México. Durante más de una hora, los turistas tuvieron que esperar en una de las salas del Aeropuerto, mientras un grupo de agentes de seguridad privada contratado por Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP), bloqueaba las principales puertas de entrada que conectan con las salas de vuelos nacionales, internacionales y privados, mientras los profesores pretendían apoderarse de esos accesos. Dentro del Aeropuerto, los viajeros estaban desconcertados. Nadie decía nada, solo les avisaban que tenían que esperar “un momento”. En tanto, el sonido de gritos y la voz un poco difusa de un hombre lanzando consignas en contra del Presidente Enrique Peña Nieto, podía oírse hasta ese punto. En medio de los manifestantes, el secretario de Turismo, Rubén Riachi Lugo, pretendía dialogar con los inconformes, pero no fue bienvenido por los profesores, quienes determinaron bloquear la entrada y salida de pasajeros, ya que -según datos recabados por ZETA- “la Policía Federal Preventiva cerró el paso a automóviles que pretendían pasar por el Aeropuerto en un gallo vehicular, y entonces decidieron bajarse y meterse caminando hasta el lugar, dejando regadas sus unidades automotrices por todos lados”. Después de un rato y tras convencer a inconformes, finalmente, la mayoría de los turistas fueron conminados a salir, y cuando estuvieron afuera, observaron a un grupo de profesores protestando. Portaban pancartas, mantas y, a través de un altavoz, lanzaban consignas en contra de la Reforma Educativa. No obstante, no tenían en qué irse, porque no había taxis ni transportadoras estacionadas, como de costumbre, sobre la zona de ascenso y descenso. Con equipaje en mano, los extranjeros -principalmente- se veían entre sí, como tratando de comprender la situación que estaban viviendo en ese momento y de cómo le harían para llegar a sus destinos, hasta que un taxista se acercó a ellos para explicarles que se trataba de una protesta de maestros. “¿Qué puedo hacer?”, preguntó una turista al taxista. El chofer dijo que desgraciadamente no podían llevarla, porque la mayoría de las unidades habían quedado atrapadas en el bloqueo y desconocía cuánto tiempo duraría la manifestación. Pero ofreció una opción: “Salga del lugar, va a caminar un kilómetro y, sobre la carretera, puede tomar un taxi”, pero lejos de recibir un agradecimiento por la información, la respuesta de la extranjera -en tono molesto- fue: “Esto es inconcebible”. La turista y otros extranjeros caminaron en medio de maestros, algunos de los cuales comenzaron a tomar fotografías, enfilándose hacia la salida del Aeropuerto. Posteriormente, tuvieron que caminar más de un kilometro para llegar hasta la Carretera Transpeninsular, y tomar un taxi que pudiera llevarlos a su destino. Las movilizaciones Aunque la movilización es de carácter nacional, en el Estado de Baja California Sur, los profesores del Movimiento Sindical Cabeño encabezaron una protesta paralela que, de acuerdo con el coordinador, Alí Flores, “el plan de acción era un gallo vehicular que recorrería la Carretera Transpeninsular, pasaría por el Aeropuerto y terminaría en un mitin en la Plaza Mijares en San José del Cabo, donde hablaría de lo que está sucediendo a nivel nacional, y aclararían dudas sobre la Reforma Educativa”. Sin embargo, dijo que cuando circulaban por el Aeropuerto Internacional, el camino fue bloqueado por agentes de la Policía Federal Preventiva, por lo que se sintieron provocados y entonces se bajaron, desencadenando el caos. Los más de 200 profesores que participaron en el suceso habían anunciado un paro de 24 horas, y el 5 de septiembre, regresaron a dar clases a las aulas de San José del Cabo y Cabo San Lucas. Pero la protesta no solo fue en Los Cabos. En La Paz, alrededor de 500 profesores de la llamada Disidencia Magisterial, adheridos a la CNTE, hicieron paro laboral de 24 horas -el mismo día del bloqueo del Aeropuerto de San José del Cabo- y una manifestación en Palacio de Gobierno. El líder del Comité Ejecutivo Democrático, Luis Enrique Ojeda, expuso que el paro era en apoyo a la jornada nacional de lucha que estaban emprendiendo en todo el país, con la intención de ir preparando el terreno para una huelga nacional, hasta que la polémica Ley Profesional de Servicio Docente sea derogada. Sin dar datos precisos, el líder de la disidencia indicó que estimaban que el 65 o 70 por ciento de las escuelas habían cesado las clases en los cinco municipios del estado. No obstante, los paros laborales oficiales tuvieron lugar en Los Cabos, La Paz, Comondú y Loreto, salvo Mulegé. Posteriormente, tras enterarse de lo sucedido en Los Cabos, los profesores arrancaron de Palacio de Gobierno rumbo al Aeropuerto Internacional de La Paz, donde a escasos tres kilómetros antes de llegar, eran esperados por un convoy de agentes de las policías Federal y Estatal Preventiva. El gallo vehicular de los maestros paró, y entonces descendieron de los vehículos. Fueron recibidos por el secretario estatal de Seguridad Pública, Adonaí Carrón Estrada, quien solicitó que “el gallo vehicular fuera más rápido y no ocupara los dos carriles, porque estaban afectando a terceras personas”. El funcionario preguntó hacia dónde se dirigían, recibiendo como respuesta que “al Aeropuerto Internacional de La Paz”, pero una nube de agentes ya esperaban en la entrada, algunos de los cuales estaban apostados hasta en la azotea de la base aérea. Carrón pidió “calma” y que no fueran a “tomar el aeropuerto”. Los profesores disidentes hicieron el compromiso y se marcharon escoltados por un convoy de policías. Oficialmente, según el secretario de Educación, Héctor Jiménez Márquez, alrededor de mil profesores pararon labores totalmente, dejando sin clases a 15 mil alumnos de 72 escuelas del estado, distribuidas de la siguiente manera: – 24 en La Paz. – 35 en Los Cabos. – 13 en Comondú y Loreto. El titular de Educación informó que no se descontará el día no trabajado a los profesores que participaron en el paro laboral, siempre y cuando “regresen a sus labores”. Las reacciones El primero en pegar de gritos fue el secretario de Turismo, Rubén Riachi Lugo, quien aseveró, “es importante que no se envíe una señal equivocada a los mercados emisores de turismo con este tipo de acciones. El tema nos preocupa porque el que menos debe sufrir es el turista, sobre todo porque Los Cabos vive del turismo y debemos ser conscientes de que es la actividad económica más importante del Municipio y del Estado”. El funcionario llamó a la responsabilidad, ya que “al final, el día de mañana nos va a pegar en el bolsillo a todos los habitantes de este destino turístico”. Según datos recabados por ZETA, y en base a información del Consejo Coordinador Empresarial de Los Cabos, el Aeropuerto Internacional de San José del Cabo realiza 108 operaciones diarias, entre salidas y llegadas, incluidos vuelos privados que representan el 25 por ciento. En suma, la base aérea registra por año 39 mil 500 operaciones. En números cerrados, cada operación es representada por 80 turistas. Tomando como referencia estos números, y según el análisis, frenar solo un día las operaciones en el Aeropuerto, representa la afectación a 8 mil 640 turistas que por estancia -de tres a cinco días-dejan en promedio una derrama de mil 200 dólares, algo así como 10 millones 368 mil dólares; que a su vez, afectaría el pago del taxista, la propina del mesero, camarista y bell boy, así como compra de artesanías, renta de hotel y consumo en restaurantes. El director del Aeropuerto Internacional de San José del Cabo, Martín Pablo Zazueta, confirmó que no se afectaron o cancelaron vuelos durante el incidente: “No hubo cierre de la terminal aérea ni de instalaciones”, salvo el acceso, por la posición que tomaron los inconformes, empero, admitió que “pudo haberse dañado la imagen del destino de playa”. Por su parte, el presidente de Consejo Coordinador Empresarial de Los Cabos, Julio Castillo Gómez, lamentó el bloqueo del Aeropuerto: “Es la entrada del turismo a Los Cabos”, y peor aún, registrada en temporada baja, “cuando la mayoría de prestadores de servicios estamos interesados en captar visitas”. El empresario solicitó “no copiar modelos de otros estados”, porque afecta a todos los que viven del turismo, que es un detonante para muchas actividades económicas en el estado. Dijo respetar “la libre manifestación”, pero también, “que respeten nuestro derecho a cuidar nuestras fuentes de trabajo y sustento de los sudcalifornianos”. Sobre el bloqueo del Aeropuerto, la Asociación de Hoteleros de Los Cabos fijó postura y solicitó respetar los derechos de las personas que puedan ser afectadas, porque el destino turístico es la principal fuente de ingresos, y bloquear o impedir el paso a turistas, afecta enormemente la imagen del destino. “Construir una imagen positiva del destino y promover el destino para que turistas puedan visitarnos, cuesta mucho trabajo y esfuerzo, y al momento que se perturba directamente al turista, no solo afecta la imagen del destino, sino el bolsillo de los habitantes y ciudadanos que viven directa e indirectamente de esta fuente de trabajo. Por lo anterior, esperamos que esta situación no se vuelva a repetir”, fue la declaración textual de los hoteleros.