Cargando bajo el brazo su más reciente producción, “Primera Fila-Día 1”, y un recopilatorio de las canciones que le han dado reconocimiento y éxito, Cristian Castro llegó puntual a la cita con sus fans tijuanenses la noche del 21 de septiembre, ante un recinto lleno. Con asombro y una gran sonrisa en su rostro, “El Gallito Feliz” comenzó su recital al ritmo de “Enamorados”, con guitarra en mano y un grupo de bailarines que hicieron lucir el inició del espectáculo. “¡Hola Tijuana! Bienvenidos, cómo están. Vamos a empezar con muchas cosas lindas; quiero darte la bienvenida Tijuana, que bonita estás, qué bonita eres, qué bonita es la gente aquí. Los voy a admirar un poco yo también, los voy a mirar toda la noche. Vamos a pintar de un solo color este lugar hoy. ¿De qué color les gusta?”, seguido de esa pregunta, interpretó “Azul”. El recorrido musical incluyó temas de José José, sus éxitos del pasado y lo más reciente, sin dejar de interpretar aquella memorable canción que alguna vez cantó su madre, Verónica Castro, “Aprendí a Llorar”, mientras imágenes de la también actriz se proyectaban en las pantallas laterales del recinto. “Es Mejor Así”, “Me Basta”, “Preso”, “Desesperado”, “La Nave del Olvido”, “Lloran las Rosas”, “Amor”, “Cuando me Miras Así”, “Lloviendo Estrellas”, “No Podrás”, “Por Amarte Así”, entre otras, fueron parte del ramillete de éxitos que Cristian regaló a sus fanáticos, al tiempo que dio oportunidad de subir al escenario a un par de chicas, a quienes les cantó muy de cerca. Convencido de que la gente de Tijuana es carismática y agradable, el cantante se dejó consentir recibiendo flores, saludando a quien se acercaba al escenario y dedicando su concierto a los bajacalifornianos. Gracias a su excelente equipo de músicos, el espectáculo que Cristian Castro ofreció en la entidad, dio muestra de su gran capacidad vocal, dominio del escenario, facilidad para manejar al espectador y dejar un buen sabor de boca a la gente que no dejó de cantar y disfrutar de la presencia del artista que, ante la euforia de una noche llena de entrega, se despojó de su saco, camisa y camiseta, regalándolas al público como símbolo de un cariño mutuo; el concierto había llegado a su fin con el tema “Mañana, Mañana”. Lo cierto es que cada que Cristian se sube a un escenario todo puede pasar: entre canciones y romances, se reparten besos, abrazos, caricias y mucha pasión.