“Bochornoso y denigrante espectáculo”, acusa oposición La escena del 1 de septiembre de 2013, se pareció a la acontecida el primero de diciembre del 2012, día que Enrique Peña Nieto tomó posesión como Presidente de la República: calles tomadas, recintos legislativos blindados, muestras de rechazo en voz de los legisladores; grupos de la sociedad manifestándose. Una vil repetición de lo que fue el arranque presidencial, resultó el primer informe de gobierno. Tal como en la “tradición” que fundó Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto prefirió ausentarse del Congreso de la Unión para presentar ante éste el Informe que por Ley Constitucional está obligado a entregar. Al igual que el ex presidente, el priista envío de igual forma, a su secretario de Gobernación. Aún más. Como ya se había visto en el sexenio calderonista, Peña también, y al día siguiente, organizó un acto cerrado y ante su familia, funcionarios e invitados especiales, para leer un mensaje en razón de su primer periodo como jefe de la nación. Así pues, el primer informe del gobierno priista se vivió en dos grandes momentos y de dos grandes maneras. Uno, en la Cámara de Diputados (con oposición presente) y, dos, en Los Pinos en plena comodidad. Y, desde el desahogo de los asientos oficialmente resguardados, o desde las calles de los enfrentamientos, los intentos por contener el rechazo hacia los primeros 9 meses de Peña. El informante El calendario constitucional marca una fecha inequívoca para que el Poder Ejecutivo entregue de manera escrita “el estado que guarda” la nación ante el Poder Legislativo. El primero de septiembre de cada año. Mismo día en que da inicio el Periodo Ordinario de Sesiones para los legisladores. De tal forma que casi la totalidad del acto es mero protocolo prestablecido: pase de lista para los legisladores en la Cámara, lectura del orden del día, 15 minutos de uso de voz para cada representante de fracción parlamentaria para fijar posición, un receso, la entrega del informe y, anteriormente el mensaje que desde la máxima tribuna leía el Presidente en turno. El Informe presidencial fue entregado en una sala contigua al recinto legislativo, por parte de Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación. Enrique Peña Nieto evitó la vuelta. El mensaje, lo leyó un día después sin interpelaciones, sin manifestaciones y sin interrupciones, en un patio de la residencia oficial de Los Pinos. Sitiados por segunda vez En las afueras del palacio legislativo el domingo primero y en general las calles del Distrito Federal, se vieron tomadas. Por un lado de fuerza policiaca y por el otro de inconformes manifestantes. Diversos grupos ocuparon y cerraron las avenidas de la capital rumbo a San Lázaro, el palacio legislativo. El grupo más nutrido lo hizo la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) en protesta por la Reforma Educativa. Se incorporaron universitarios, “anarquistas”, entre otros grupos de manifestantes. Para proteger el legislativo, el Gobierno del Distrito Federal –aunque la facultad también es del Gobierno de la República– movilizó, para contener a la sociedad manifestante en el cerco perimetral del edificio de los legisladores: * Más de 30 mil granaderos. * Tanquetas de agua. * Policías Federales. * Cuatro líneas de Federales. * Vallas metálicas. * Zona de seguridad resguardada por policías capitalinos. * 15 filas de granaderos. * Vehículos aéreos no tripulados con cámaras de video en la zona. * Unidad de Caballería de la Policía. * Militares. * Policía Bancaria Industrial en el Interior de la Cámara. Los enfrentamientos se dieron. De nuevo las imágenes de golpes, arrestos, bombas molotov, choques de policías con inconformes, calles tomadas, daños materiales. La capital se convulsiona cuando se trata del presidente y sus ceremoniales. Dentro, no más amigable En el orden del día del primero de septiembre, los partidos políticos fijaron su postura de lo que va de la administración federal. Anteriormente se hacía frente el Presidente, previo que éste presentara el paquete y discursara sus logros. Hoy los “reclamos” del Poder Legislativo se hacen en ausencia del aludido. Ricardo Monreal, diputado por el Movimiento Ciudadano fue en discurso, la posición de mayor contraste: calificó como “bochornoso y denigrante espectáculo” el día del presidente. <img class=”alLeft” src=”http://zetatijuana.com/images/news/enriquepenanieto407.JPG” />Así, Monreal, resumió: “un palacio legislativo amurallado y en Estado de sitio, un movimiento magisterial que no encuentra ni la puerta ni la ventanilla de atención a sus demandas laborales y un titular del ejecutivo que se esconde en su oficina personal para desde ahí rendir su informe de gobierno”. Por su lado, el representante del PAN (uno de los brazos de Peña en el pacto por México), Luis Alberto Villarreal, puso el tema en tribuna: “¿Qué se informa cuando no hay nada que informar?, ésa es la pregunta que millones y millones de mexicanos hoy nos hacemos”. En retrospectiva, Peña de haber ido personalmente a la Cámara a entregar el Informe debió escuchar de viva voz la oposición: “El regreso del PRI significa el regreso de las crisis económicas”, sentenció Villareal. El panista criticó que “mientras se permite el bloqueo del aeropuerto de la Ciudad de México, de las Embajada, oficinas privadas, de los medios de comunicación e incluso de esa soberanía, el gobierno ha decidido abrirle la puerta de los penales a los delincuentes”. En el despeñadero El contra informe se dio en la misma Cámara de Diputados. Un efusivo Monreal no paró en sus 15 minutos de intervención: “Quienes se propusieron mover a México lo están haciendo temblar y a punto del colapso”. Un “cuadro clínico” fue descrito por el ex coordinador de la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador: “regiones completas del país, sumidas en la impunidad delincuencial, pueblos y comunidades sin ley, jóvenes sin escuela y sin trabajo, trabajadores y empleados a los que no les alcanzan sus sueldo, campesinos abandonados a su suerte, amas de casa con bolsas del mandado cada día más raquíticas”. Mencionó la miseria, el retroceso, los 2 millones 600 mil mexicanos sin trabajo, y sobre la Reforma en materia de telecomunicaciones; “que beneficia a una sola oligarquía económica, tenemos las tarifas más caras del mundo en telefonía, televisión por cable, internet, comisiones bancarias, intereses”. Monreal remató: “No nos confundamos, el país no se está moviendo, se está despeñando”. De igual forma Luis Alberto Villareal lanzó datos de alarma y retroceso de la presidencia de Peña: “en junio del 2012, se creaban 72 mil 755 empleados en el país; en junio del 2013 con el actual gobierno se crearon tan solo 2 mil 519 empleados, la reducción real es del 97 por ciento”. Iniciado el Período Ordinario de Sesiones en la Cámara de Diputados –horas después, en la madrugada– se aprobó con 390 votos a favor y 69 en contra la Ley de Servicio Profesional Docente. Para el alarde como un logro del Presidente al día siguiente en su informe de Gobierno. El mensaje: más promesas El 2 de septiembre, sin mensajes de oposición, el presidente ofreció para sus invitados especiales, ahora sí, el cómodo Primer Informe Presidencial. Durante su discurso televisado y resguardado como un búnker militar, Peña se concentró, más que dar cuentas y signos de progreso, en defender las propuestas que presentó o presentará ante el Congreso de la Unión y de los frutos que éstas darán en un futuro. Otro de sus temas centrales fue presumir la disminución de la inseguridad, por ejemplo en asesinatos dolosos. El presidente optó mejor por prometer más beneficio pero en el futuro, promesas. Así se refirió a la “Reforma Educativa” aprobada horas antes, donde tanto maestros como alumnos se “beneficiarán”, pues “dispondrán de computadoras e internet, alimentos sanos y nutritivos”. Se concentró en hablar positivamente de las Reformas, la hacendaria que dijo “presentaré” o como la energética que según él “fortalecerá la soberanía” y “brindará energía suficiente al país”. Lo mismo en la Reforma Hacendaria que “reforzará (nótese las acciones en futuro) la capacidad financiera del Estado”. Para alegrar cifras, Peña echó mano de todo. Como si los deportistas se hayan formado gracias a sus 9 meses de gobierno, presumió que durante su administración deportistas han obtenido “5 mil 91 preseas internacionales”, “entre ellas 149 medallas de oro”. En el mismo afán, Peña alardeó que se produjo 21 por ciento más que en el mismo periodo del año pasado en granos y caña de azúcar o, que se “terminaron” obras puestas en marcha desde el sexenio panista. El tema de la corrupción –una de sus fuertes promesas en campaña para elaborar una Comisión Nacional anticorrupción– no se tocó. Ningún resultado. Peña pregonó de sus relaciones públicas internacionales con Estados Unidos “un nuevo entendimiento”, con Canadá, “pláticas del más alto nivel”, en fin varios “cambios de estructura de fondo”. La frase que quizá encierra la esencia de Peña la hizo casi al concluir su mensaje de poco más de 60 minutos: “Tenemos 120 días para que 2013 sea recordado como un año de grandes transformaciones, un año en el que México se atrevió a despegar”. En pocas palabras, esperar en 3 meses, lo que no hizo en 9. Los 11 pensamientos de Peña 1.- “Las resistencias son consecuencia natural cuando se impulsan las grandes transformaciones…”. 2.- “El gobierno de la República no tolerará que nadie haga justicia con sus propios medios”. 3.- “En México la educación de calidad, riqueza y oportunidades, ya no deben seguir siendo privilegio de unos cuantos”. 4.- “Con la reforma…los mexicanos tendrán estos servicios (telecomunicaciones) a un menor costo”. 5.- “Pemex seguirá siendo 100 por ciento de los mexicanos”. 6.- “Atrevámonos a dar un gran salto en nuestro desarrollo”. 7.- “No solo vine a administrar, sino a transformar México”. 8.- “El entorno exterior frenó nuestro ritmo de crecimiento”. 9.- “Hoy la Segob, Sedena, Marina, PGR y PF, así como el Cisen, tienen una mejor coordinación”. 10.- “Respetaré los derechos de todos, pero estoy decidido a usar todos los instrumentos del Estado”. 11.- “En nueve meses, México ha tenido una activa agenda internacional para proyectar en el mundo el verdadero rostro de nuestro país”. Los números tristes Contrario al optimismo mostrado en el mensaje de Enrique Peña Nieto diversas fuentes contrastan con números y datos los reveses en el gobierno priista. El Partido Acción Nacional, por medio de la Fundación Preciado Hernández, previo al informe, elaboró un documento para refutar cifras alegres y optimismos mediáticos. Rubro por rubro las matemáticas hablaron. La inflación trimestral marca en promedio 4.5 por ciento pero en algunos productos supera el 80 por ciento. En Seguridad Pública, reportados más 13 mil ejecuciones; el primer semestre del año, aumentaron 8 por ciento los delitos federales con respecto al último semestre del 2012, la extorsión al alza en un 4 por ciento, el secuestro 8 puntos más, en comparación al año pasado. Otro de los capítulos del documento panista hace mención de los subejercicios, es decir, de los presupuestos que están autorizados pero que no son ejercidos. “El programa de Apoyo a Proyectos de Comunicación Indígena registra un subejercicio de 99 por ciento; el de Fortalecimiento a la Transversalidad de la Perspectiva de Género, de 98.2; el de manejo y Conservación de Recursos Naturales en Zonas Indígenas, de 97.40. Lo mismo sucede con programas de Turismo en Zonas Indígenas, Infraestructura de turismo, Igualdad Indígena, el Fondo Regional Chiapas, Guerrero y Oaxaca, con 62%, entre muchos otros. De otras fuentes financieras, el panorama va en el mimo sentido de retroceso. La meta del gobierno federal fue modificada del crecimiento del PIB a 1.8 por ciento, casi la mitad de 3.5 por ciento que había planteado la Secretaría de Hacienda en diciembre. Y aun así se ve difícil alcanzarlo Lo mismo en la disminución de la inversión en obra del gobierno federal. El crecimiento económico en el 2011 fue de 3.8 por ciento, en el 2012 cerca del 4.4 por ciento, en el primer bimestre de Peña el 1 por ciento. Los números tristes ante las alegres frases de Peña.