Las acciones de protesta de los maestros integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), obligaron a senadores y diputados a cambiar la sede de las sesiones extraordinarias realizadas esta semana, además de dejar sin clases a 2 millones de alumnos de cuatro estados. Al ser incluidos en la agenda del periodo extraordinario de sesiones del Congreso de la Unión, los dictámenes de la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y la Ley General de Educación, los profesores disidentes convocaron a suspender clases a partir del lunes 19 de agosto, día en que dio inicio del ciclo lectivo 2013-2014, y por tiempo indefinido. Ese mismo día, los maestros se encaminaron a la Ciudad de México, ingresando a la capital del país la mañana del martes 20 de agosto, plantándose en la Cámara de Diputados y en la Plaza de la Constitución. En el Centro Histórico, frente a las oficinas del Gobierno del Distrito Federal y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, instalaron sendos campamentos donde, hasta el cierre de edición, pernoctan por turnos, pues las protestas las mantienen en forma permanente en el Congreso de la Unión, extendiéndolas al recinto del Senado de la República. Con palos, tubos y gritos de protesta, los disidentes del magisterio intentaron el miércoles 21 impedir el inicio de las sesiones extraordinarias de los diputados; pretendían abrogar las reformas a la Ley educativa. No lo lograron. Ante el cerco dispuesto por los maestros en San Lázaro, la noche del miércoles se optó por utilizar el Centro Banamex como recinto para sesionar, pero no todos los congresistas fueron notificados del cambio. Dos diputados perredistas integrantes de la mesa directiva, no fueron convocados. La improvisada sede fue resguardada por granaderos del Distrito Federal y elementos de la Policía Federal para impedir actos vandálicos, aunque adentro, los más de 400 diputados reunidos, se gritaban e insultaban entre ellos. En esta sede alterna, la madrugada del jueves 22, los congresistas del PRI, PAN y una fracción del PRD impusieron su mayoría contra otra parte de diputados del sol azteca que, al igual que los legisladores del PT y Movimiento Ciudadano, se opusieron a la aprobación de las leyes secundarias, motivo del movimiento sindical. Los tres dictámenes constitucionales se aprobaron, acción que fue avalada la mañana del jueves 22 por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, “porque sí se consideraron los planteamientos presentados por este SNTE”, expuso el dirigente nacional de este sindicato, Juan Díaz de la Torres. Los discrepantes de inmediato rechazaron la aprobación y extendieron las acciones de protesta hacia el Senado de la República ubicado entre Reforma e Insurgentes, bloqueando ambos sentidos de la primera de las vialidades. Rubén Núñez Ginez, dirigente de la Sección 22 del CNTE, expuso que los diputados aprobaron las normas secundarias sin tener conocimiento de su contenido y sin incluir las propuestas de los maestros, ni mucho menos realizar una consulta de ellas, como era el acuerdo que se tenía. “Fue una traición”, dijo. Al radicalizarse las acciones de protesta, los senadores también optaron por sesionar en el Centro Banamex al no poder ingresar a su sede. Así, diputados y senadores sesionaron la tarde del jueves en el mismo sitio, en distintos salones. Por considerar que la reforma educativa daña sus derechos laborales y encamina la educación hacia la privatización, docentes integrantes del CNTE de Michoacán, Oaxaca, Chiapas y Guerrero pararon labores, dejando sin clases a dos millones de alumnos. Fue Oaxaca el estado con mayor afectación, al suspenderse actividades en 13 mil planteles que suman una matrícula de un millón 300 mil alumnos. En Michoacán, se presume, fueron alrededor de 3 mil las escuelas en las que los docentes se ausentaron de las aulas, afectando a 300 mil estudiantes.
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