Falta de promoción, ignorancia de los nuevos públicos, entre otras razones, hicieron pasar un mal sabor de boca a Zeta Bosio en su paso por Tijuana, a quien desairaron en la frontera en su fase de “pone-discos”, cuando arribó para presentar “Live Sessions”, que apenas recibió la aprobación de unos cuantos. Pese a la respuesta de la convocatoria en Black Box, el ex bajista de la legendaria banda argentina Soda Stereo expuso lo correspondiente a la responsabilidad de un DJ: “Entender cuál es la mejor música para brindar los mejores momentos”, además de referirse en entrevista con ZETA a su nueva etapa. “Parte de lo que aprendí en este tiempo, por más artista que seas, un DJ es una persona que está al servicio del momento, ésa es mi responsabilidad, y ahí es donde es un trabajo extremo, no hay nada determinado. Uno tiene que ser flexible para cambiarlo”. — Resulta difícil cuestionar a una persona que prácticamente ha jugado todas las posiciones del tablero en la industria de la música. ¿Cómo se dio esa chispa, ese primer acercamiento a la música? ¿Cómo descubres el rock? “Cierto, me he movido por todos lados, además de lo que representa el trabajo de Soda Stereo en Latinoamérica, he sido promotor de bandas, director de Sony Music en Argentina, tuve mi sello discográfico (Alerta Discos) y ahora ando acá, haciendo mi ‘Live Sessions’; pero mi primer acercamiento fue en el colegio, a partir de sexto grado, cuando tenía doce años, era muy chavito. Había dos compañeros del colegio que tenían una banda que tocaban covers de los Beatles, y gracias a ellos conocí a los Beatles. De las versiones que ellos hacían de sus canciones, fue como instantáneo, un amor a primera vista, me puse a cargar los equipos para estar cerca. Desde ahí fui aprendiendo, armando mis propias cosas, tocar, y fui ubicándome. La historia es larga, tengo 54 años de edad, y 42 de ellos haciendo rock, mi motor de vida”. — ¿Cómo dejaste que el rock fuera el que palpitara tu alma? “Fue un amor a primera vista, si bien soy hijo de inmigrantes italianos, gente muy trabajadora, ninguno era músico, no es algo que me vino de familia, que me lo hayan transmitido. Aprendí a elaborar mis propios códigos dentro de esto. Tuve la posibilidad de ser libre, y ser quien quería ser, de manera que si quiero seguir vivo, no tengo que parar”. — ¿Fue tu elección ser bajista? ¿Cómo vives esa posición en Soda Stereo en tu caminar por Latinoamérica? “El bajo me gustó desde que lo escuché, me sedujo su sonido, tiene un poder, una fuerza, y es como invisible. Al mismo tiempo, no tiene esa necesidad de estar al frente, los soldados que van al frente son los primeros que bajan, el bajo tiene la fuerza de ir marcando la estructura, por donde se van apoyando los demás. Digamos que en una montaña humana, somos los de abajo. “Mi caminar en Soda Stereo, cómo músico, fue algo intuitivo y natural. La posibilidad de haber viajado mucho y conocer muchas culturas latinoamericanas, los diferentes focos importantes, haber girado por la cordillera, porque nunca hicimos Brasil; me hizo conocer mucha música en su lugar de origen, y apreciarla, es la mejor forma de entender el fenómeno que eso implica, y de ahí que lo incluyas en tu forma de tocar, es algo que empieza a pasar naturalmente. Es lo que comes, también”. — ¿De qué manera asimilaste los ritmos y sonidos en tus viajes, y cómo pasas de la etapa de músico a las tornamesas? “Siempre encontré una oportunidad de anexar patrones a mi mensaje (música), me parece que sigue habiendo muchísimos ritmos por explorar, algunos ya han dejado marca en algunas épocas, en la música internacional, pero siempre se pueden encontrar lugares vírgenes de donde se puede seguir escuchando originalidad. Las tornamesas siempre las tuve en casa, era el medio en el cual poníamos la música y podíamos escucharla las veces que quisiéramos, cuando mi padre juntó para comprarse un tocadiscos, en los 50s, con amplificador valvular y una púa que había que cambiar porque se gastaba. Escuchaba discos de pasta, de 78 revoluciones por minuto, y me parecía fantástico porque antes de eso, la música había que escucharla nada más cuando alguien la tocaba en vivo. No había posibilidad de escucharla las veces que quisieras, fue muy fuerte cuando pasó, y yo soy de esa generación; por eso las tornamesas han sido parte de mi vida”. — ¿De alguna manera eso reflejaba tu deseo por transmitir música? “Sí, en el mundo existen dos tipos de personas en la música, los pasivos que nada más consumen música, y otros que son más activos, que investigan, buscan, son los polarizadores, los que convencen, hacen escuchar. Yo era de esos, de los que juntaban gente en la casa y escuchábamos juntos los discos. Era descabellado, no había un gran grupo de personas, pero yo le decía a la compañía que había gente en la calle, con un potencial grande, solo que no conocen la música”. Bosio es recordado por haber convencido a la disquera BMG de armar una compilación de hip-hop hace dos décadas, cuando ese género musical no figuraba entre las masas. “Era importante intervenir para que las cosas empezaran a pasar, y así grabamos ‘Nación Hip Hop’ a fines de los años 90, fue el primer compilado que recogió el trabajo de artistas que venían haciendo esta música tan sufrida. — ¿Cuál es tu percepción sobre lo que ha pasado con la música en el tiempo? “Podemos comparar la industria de ayer con la de ahora, pero no podemos elegir. He vivido varias épocas de la música, ésta en nosotros encontrar una solución a los problemas de la industria, pero me gusta también ahora porque la música pasó a las manos de los artistas, ya no son las compañías las que marcan las tendencias. La música la encuentras en internet, lo cual es maravilloso, puedes compartir canciones, el negocio cambió totalmente; sin embargo, los músicos van a seguir existiendo, no se puede reemplazar a un artista, ni la música en vivo. Hay más libertad, pero también una maraña de información, y debemos resaltar en medio de todo eso. “Yo lucho cada día para seguir sorprendiéndome, no perder la ingenuidad y seguir viviendo esa ilusión”, afirmó el nacido bajo el nombre Héctor Pedro Juan Bosio Bertolotti, cuya posición en la vida es como el rock: siempre estar inconforme, en el desafío, en riesgo y al extremo. Sobre la última gira de Soda Stereo antes del problema de salud de Gustavo Cerati, líder de la banda, Zeta comentó que fueron momentos fantásticos, como lo planearon, como una burbuja en el tiempo. Ahora hace gira con su concepto “Live Sessions”, promueve su disco “Impressions”, da forma y vida a una nueva banda en Miami y ha conducido programas de televisión como “Rock Road”, donde comenta su recorrido por diversos festivales europeos; además de conducir programas radiofónicos como “Keep Rockin” y ser jurado del programa de talentos chilenos “Factor X”.