El incumplimiento de Carlos Bustamante en la ejecución de proyectos calificados como estratégicos para su gobierno, como el Museo Interactivo Ámbar, la modernización de alumbrado público o la rehabilitación de los accesos a las colonias, dan cuenta de su falta de trabajo y estrategia para gobernar. Su impericia también se refleja en obras que ha sido necesario reconstruir debido a errores técnicos, como es el caso del cuerpo sur de la Avenida Internacional, que costará 15 millones de pesos al erario de Tijuana. A cinco meses de que su gobierno termine, el mayor logro de la gestión del alcalde del XX Ayuntamiento se refleja en cachos de vialidades rellenas con burdos baches, en el caso de las colonias populares, y el reencarpetado o reconstrucción con concreto hidráulico en menos de una decena de calles. Así, en el recuento de la administración de Bustamante, suman más las obras fallidas que los logros alcanzados en 30 meses de gobierno. Las pifias De las 12 principales obras en las que la administración de Carlos Bustamante se ha ocupado -una cuarta parte de ellas iniciadas por sus antecesores-, solo el 50 por ciento están finalizadas; el resto, las de mayor relevancia, siguen un lento proceso de edificación, y en dos más, el alcalde simplemente ha fracasado. En el último segmento encaja el programa de modernización de alumbrado público, para el cual se signó un contrato por 144 millones de pesos con la empresa Sola Basic, S.A. para el reemplazo de más de 63 mil luminarias hasta la fecha incumplido, así como la puesta en marcha del Museo interactivo Ámbar, obra actualmente en completo abandono. En marzo de 2012, Bustamante anunció que “en una acción sin precedente en nuestro país, el XX Ayuntamiento emprendió el proyecto más ambicioso de modernización del sistema de alumbrado público de la ciudad, al implementar el reemplazo de 63 mil 400 luminarias por medio de una licitación pública nacional”. El cambio de luminarias significaría un ahorro del 36 por ciento en el consumo y pago de energía eléctrica para el municipio, lo que hacía autofinanciable el proyecto. Pero en lugar de dejar de pagar 4 millones 800 mil pesos anuales por este servicio, el pago por consumo de electricidad aumentó. La empresa concesionada reemplazó solamente 40 mil luminarias, de las cuales casi la totalidad registraron deficiencias en su operación. El 21 de diciembre de 2012 venció el plazo para que Sola Basic cumpliera con la sustitución del 100 por ciento de las luminarias, pero a más de medio año de haber estafado al municipio, el gobierno de Bustamante no ha actuado en su contra. El departamento jurídico del XX Ayuntamiento inició un proceso en contra de la fianza, pero el periodo de vacaciones en que se encuentran los Juzgados, lo tiene detenido. “Intentamos por todos los medios conciliar con ellos, se hizo un plan para hacer rondines con personal de ellos y del Departamento de Servicios Públicos para verificar lo que está instalado y validar lo que está funcionando, pero cada vez traen menos gente, lo que retrasa el proceso”, indicó el evasivo secretario de Desarrollo Urbano, Esteban Yee Barba. El funcionario intentó minimizar el problema que implica el mal funcionamiento del sistema de iluminación pública, aun cuando admitió que son siete mil lámparas las que no funcionan, lo que significa una deficiencia del ocho por ciento en el servicio. “La ciudad está segura, no son secciones muy grandes (las que se encuentran a oscuras), dos por aquí, tres por allá, he hecho recorridos nocturnos y no se sienten esas siete mil lámparas”, destacó. Sin embargo, para el XX Ayuntamiento la pifia representa un verdadero problema, ya que Sola Basic arrojó las lámparas reemplazadas a un terreno a la intemperie, expuestas al sol y la lluvia, lo que ha vuelto la mayor parte inservibles, “además de que generan contaminación”, expuso el regidor Mariano San Román Flores, presidente de la Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable. Si bien es cierto se presentó una denuncia en contra de la empresa concesionada para la sustitución de las luminarias, de su avance Sindicatura y Desarrollo Urbano solo saben que sigue su curso, pero de la reparación del daño, aún no hay nada. Iniciada su edificación en 2007, la culminación del Museo Interactivo Ámbar fue proyectada en el programa de gobierno de Carlos Bustamante. Con todo y posibles demoras previstas, sería en el primer semestre de 2012 cuando la obra, cuyo objetivo se centra en la prevención de las adicciones, sería inaugurada. Actualmente el inmueble en forma de cerebro humano, que se erige al Este de la ciudad, se encuentra en total abandono y detenido de manera indefinida, por un litigio en el que un particular -Juan Manuel Ramírez Gálvez- reclama la propiedad del terreno de mil 400 metros cuadrados. La situación jurídica sobre la propiedad del terreno fue el pretexto para que el gobierno de Bustamante renunciara no solo a darle continuad al proyecto, sino que dejó la obra en total abandono, con todo y los 80 millones de pesos invertidos previamente, exponiéndola al saqueo de vándalos, quienes ya la han desmantelado del cableado eléctrico y tubería, denunció la regidora Claudia Ramos Hernández, presidenta de la Comisión de la Familia. Es quizá la Avenida Internacional, la obra más representativa del gobierno de Bustamante, pero a pesar de haberla comenzado en los primeros cien días de su gobierno, no ha logrado culminarla. En el último año de su administración, ha sido necesario destruir el trabajo ya concluido en el cuerpo sur de la vialidad, que comprende de la colonia Castillo hasta el punto donde se ubica el Cuartel de Bomberos, con ello arrojó también por la borda la inversión aplicada, por lo que fue necesario ampliar el presupuesto de la obra de 50 a 65 millones de pesos. Resulta que en el estudio técnico realizado para la ejecución del proyecto, no se consideró el pésimo estado físico de la tubería de las líneas del acueducto y de drenaje pluvial que pasan por la arteria vial, aun cuando el fin de la reparación de la calle era precisamente evitar las continuas inundaciones registradas en ese sector. A la construcción del canal pluvial, se añadió el levantamiento de un muro de 2.3 kilómetros con el que se divide el cuerpo norte del sur, acción que se incluye en la nueva inversión y que demora su culminación, la cual se había programado para junio de 2013 y que ha sido diferida un par de meses más. La edificación del edificio de la Delegación Centenario primero se previó para un término de seis meses, posteriormente se reprogramó para culminar el 14 de agosto de 2013, pero a casi un mes de que el plazo se cumpla, el avance de la segunda y última etapa de construcción apenas alcanza un 9 por ciento, de acuerdo al reporte oficial del gobierno de Carlos Bustamante. Programada de inicio una inversión de 9.4 millones de pesos, el presupuesto para su ejecución se amplió a 11.7 millones de pesos; aun así, su apertura se descarta en el corto plazo, aunque el alcalde asegura que será él quien la inaugure. La culminación de la primera etapa de la Comandancia Regional Centro, la cual incluye la construcción del estacionamiento y la restructuración de la fachada con una inversión de 35 millones de pesos, provenientes de recursos federales mediante el Subsidio para la Seguridad de los Municipios (SUBSEMUN), fue programada para abril de 2012. A la fecha no se ha culminado. Colonias populares marginadas Con su programa de obras, Carlos Bustamante aseguraba al inicio de su gestión que “disminuiría el índice de criminalidad en Tijuana”. Más aún, sostenía que sus acciones de gobierno llegarían principalmente a las colonias más populares. De acuerdo a datos estadísticos del Sistema Nacional de Información, en los últimos meses Tijuana se ha colocado como la segunda ciudad con más asesinatos, de un tercer lugar que ocupaba hasta hace algunos meses. Bustamante no ha cumplido con brindar mayor seguridad a sus gobernados, como tampoco se ha ocupado por volver transitables los accesos de las colonias populares; sus acciones hacia los sectores más marginados los ha resumido en tapar los hoyos de las calles con un bacheo rústico, en el mejor de los casos, cubrir algunos otros con tierra o, de plano, ignorarlos. Las principales obra de infraestructura urbana se han desarrollado en céntricas colonias, de hecho el programa oficial de la Dirección de Desarrollo Urbano solo da cuenta de la rehabilitación de dos vialidades en la Delegación La Presa, otro tanto en Sánchez Taboada y San Antonio de Los Buenos, mientras en que Cerro Colorado solo se enumera una. El resto de las acciones en la periferia de ciudad se limitan al relleno de baches. Del poco más de medio centenar de tramos de calle reparados en toda la geografía de Tijuana, la mayor cantidad se agrupa en las delegaciones Centro y Mesa de Otay, en zonas no marginadas. on ello, Bustamante incurre en lo que tanto criticó al inicio de su gobierno, cuando calificaba de “elitista” el Programa Integral de Repavimentación (PIRE), emprendido por su antecesor. De hecho, de un presupuesto de 875 millones de pesos que anunció ejercer este año en el programa municipal de obra, cuyo mayor porcentaje se destinaría a la rehabilitación de vialidades, la atención a colonias populares quedó englobada en el presupuesto de 180 millones de pesos a ejercer en dos partes: 100 millones para reencarpetar una superficie de 395 mil metros cuadrados de vialidades en las nueve delegaciones, y 80 millones en bacheo de concreto y asfalto. Esta última inversión es la que se prevé llevar a las colonias de la periferia, pero con la veda electoral, su avance es aún incipiente. A la fecha, en la recta final de su gobierno, Carlos Bustamante solo ha logrado inaugurar algunas obras iniciadas durante los dos primeros años de su gobierno, como el reencarpetado de la Avenida Paseo Ensenada, Bulevar El Mirador, Calle Sebastián Vizcaíno y Bulevar Cucapah, este último iniciado y con inversión programada desde la anterior administración. De las obras que ha culminado, se enumera la colocación de reciclado asfáltico en vialidades que requerían reparaciones menores, como las avenidas Las Américas, Las Palmas y prolongación Paseo de Los Héroes, que suman poco más de tres kilómetros. Ser rebasado por sus promesas ha sido la constante en el gobierno de Carlos Bustamante, quién al asumir la presidencia de Tijuana, se comprometió a no incrementar los impuestos, pero no cumplió. Con el argumento de mejorar las luminarias de la ciudad, aumentó el Impuesto al Alumbrado Público de 5 a 8 pesos, so pretexto de “dotar de un mejor servicio de alumbrado mediante el programa de renovación de luminarias y consumo de energía”. La medida permitió al XX Ayuntamiento incrementar en 2012 la recaudación por ese concepto en 10.9 millones de pesos, ingresos que no han sido utilizados para mejorar la iluminación de la ciudad, sino que se fueron directo a la licuadora del gasto corriente. Con la excusa de haber heredado un gobierno endeudado, sin recursos suficientes para maniobrar, sus acciones se miden en deslucidas obras, la mayor parte de ellas aún inconclusas. Por ello, “el de Bustamante es un gobierno que está quedando a deber a los tijuanenses”, aseveró el regidor Erwin Aréizaga Uribe. “A Carlos Bustamante le faltó mucho”: Enríquez Juárez, ex presidente del Colegio de Ingenieros “A Carlos Bustamante le faltó mucho, se quedó corto”, señaló Filiberto Enríquez Juárez, ex presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de Tijuana, al calificar las condiciones que guardan las obras de infraestructura urbana de la ciudad. Son precisamente las vialidades secundarias, las que dan acceso a las colonias y que mayor deterioro registran, a lo que se suma el atraso en que el actual gobierno ha dejado otros rubros importantes, como limpieza y seguridad. Enríquez Juárez anotó que el XX Ayuntamiento a lo mucho cubrió un 20 por ciento de las necesidades de mantenimiento a las vialidades de Tijuana, dejando en el rezago total el 80% de la infraestructura. La poca obra realizada durante la gestión de Bustamante se concentró en céntricas vialidades, en colonias de muchos años, pero dejó de lado los asentamientos populares ubicados en la periferia. Para el especialista, la razón del atraso derivó de la falta de un presupuesto suficiente para mantener la infraestructura ya existente en buen estado y para generar nuevas obras, atendiendo el crecimiento dinámico que registra Tijuana. En lugar de ello, el actual gobierno redujo los presupuestos para obra, situación que incrementó en mayor medida el rezago. Peor aún, ejecutó obras basadas en proyectos ejecutivos erróneos, como el caso de la Avenida Internacional, acción que fue necesario demoler, “lo que nos cuesta a todos los ciudadanos”, señaló el consultado. Los imprevistos pasan, añadió, cuando se hacen obras a la carrera, sin tomarse el tiempo necesario para revisar toda la infraestructura que existe y se requiere reparar. “En lugar de avanzar en infraestructura vial, retrocedimos “, acotó.