La droga no detiene su flujo. Toneladas escondidas bajo cargamentos de verduras, en remolques, llantas de automóviles. También almacenada en extinguidores, tanques de gasolina o sujetas al torso de un viajante camino al Norte. Por ello, las autoridades ubican a la frontera como el mejor sitio para truncar el camino de la droga. Tan solo en el límite con México, en el año fiscal 2012, la Patrulla Fronteriza decomisó más de mil toneladas de marihuana, 2.7 toneladas de cocaína, 2.8 toneladas de heroína, 1.5 toneladas de metanfetaminas y 45 kilogramos de éxtasis. En California, Arizona, Nuevo México y Texas, se concentró el 99 por ciento de los decomisos de marihuana realizados por la Patrulla Fronteriza, así como el 92% de heroína y metanfetaminas. Según cifras proporcionadas por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), la marihuana es la droga más decomisada en la frontera Sur. La agencia aduanal norteamericana incautó, en el año fiscal 2012, mil 750 toneladas de marihuana; de éstas, mil 42 toneladas fueron detenidas en las garitas con México. Así, la Patrulla Fronteriza confisca tres veces más marihuana que la Agencia Estadounidense Antidrogas (DEA) en toda la Unión Americana. Las estadísticas preliminares de esa oficina reportan 354 toneladas decomisadas de marihuana, en comparación a las más de mil que fueron detenidas por agentes en la frontera con México durante el año pasado. En garitas, aeropuertos y puertos, en el mismo periodo, CBP decomisó mil 270 toneladas de narcóticos; cien toneladas más que la DEA. Entre el 1 de octubre de 2011 y el 30 de septiembre de 2012, la CBP de la Oficina de San Diego incautó 91 toneladas de narcóticos, aunque 82.6 corresponden a marihuana, las metanfetaminas se colocan en el segundo sitio, con 4.4 toneladas incautadas. Esta cifra rebasa a las 1.6 toneladas confiscadas por la Patrulla Fronteriza en las fronteras Norte y Sur, así como la costa del Caribe. Pete Flores, director de la Oficina de Operaciones de Campo de San Diego, ha observado durante el último año la disminución de decomisos de marihuana y el incremento de drogas dura como metanfetamina y heroína. Por ejemplo, en el año fiscal 2012, agentes de la CBP del Sur de California detuvieron 590 kilogramos de heroína, y a tres meses de concluir el ciclo 2013, se han localizado 650 kilogramos de esta droga. No solamente la Oficina de Aduanas ha reconocido este aumento. De acuerdo a información proporcionada por la Fiscalía Federal del Distrito Sur de California a ZETA, mil 777 casos fueron procesados por crímenes relacionados con narcóticos en 2012, es decir, un incremento del 93% desde 2008. Desde el 1 de octubre de 2012 al 30 de junio de 2013, han sido incautadas tres toneladas de cocaína, 4.2 toneladas de metanfetaminas, 650 kilos de heroína y 54 toneladas de marihuana, esta última cantidad representa un 10 por ciento de lo confiscado en la misma fecha de 2012. En promedio, tres decomisos al día en San Ysidro Pete Flores ha trabajado en la CBP durante los últimos 25 años. Como director de la Oficina de Operaciones de Campo -encargada de las revisiones en las garitas -, su percepción de los traficantes detenidos es simple: “Parece que corren en círculos, en ocasiones hay menos intentos, pero luego regresan”. La mayor parte de las 153 toneladas de narcóticos decomisadas del 1 de octubre de 2011 al 30 de junio de 2013, son descubiertas en automóviles. En un día común, se realizan entre dos y cinco decomisos en cada garita. “Cada parte del vehículo es una oportunidad para esconder narcóticos, y quienes se dedican al tráfico de drogas, aprovechan todos los espacios posibles”, declara el funcionario para ZETA. La marihuana, almacenada en cantidades mayores, generalmente es localizada en llantas, cajuelas y áreas más grandes, así como camiones de carga. Mientras, la cocaína, metanfetamina y heroína se esconden en cantidades más pequeñas y en los recovecos de los vehículos, como compartimentos para baterías o en el motor. En el Sur de California, son las garitas de San Ysidro y Otay donde se realiza el mayor número de decomisos. En 2012, 64 millones de personas ingresaron por San Ysidro, el 20% del total de viajeros que llegaron a Estados Unidos. Oficiales acompañados de unidades caninas inspeccionan las áreas primarias, anteriores a las casetas. Utilizan, además, herramientas tecnológicas como lectores de densidad. En el área de inspección secundaria, se localizan unidades de Rayos X y equipos caninos adicionales. Por su parte, las unidades de inteligencia se encargan de recolectar información proporcionada por agencias externas para detectar no solamente las estrategias de contrabando de narcóticos, sino casos específicos de posibles intentos. La facultad de la CBP termina con la detención de los sospechosos de transportar la droga. Los individuos son entregados al Departamento de Seguridad Nacional, y a través del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), se llevan a cabo las investigaciones pertinentes, y el caso queda en manos de la DEA o la Fiscalía Federal de Distrito. Cruzan droga por custodia de hijos o 5 mil dólares Los rayos del sol parecían atravesar la camioneta Cherokee blanca que regresaba de Agua Prieta, Sonora, hacia Arizona. Rachel Nicole Amaya, de 28 años, esperaba en el cruce fronterizo de Douglas, la temperatura rebasaba los 31 grados Centígrados el 7 de agosto de 2012. Cuando agentes aduanales revisaron el vehículo, localizaron una caja metálica, un líquido con olor a vinagre, disueltos, seis kilogramos de heroína. Al día siguiente, Amaya era presentada ante la Corte del Distrito de Arizona. Se le acusó de posesión con intención de distribución. Se declaró culpable de los cargos, y añadió que el vehículo -con la droga incluida- sería entregado a un tercero. En abril de 2013, la joven californiana negó las declaraciones de agentes fronterizos que la vinculaban con un cártel mexicano, aunque reconoció ser novia del líder de la organización criminal investigada por autoridades estadounidenses. Se dijo forzada por su novio a transportar la droga, de no aceptar, su familia correría peligro y no obtendría la custodia de sus hijos -el padre es mexicano-. Describió al sujeto como un hombre violento y mostró las lesiones ocasionadas: un dedo roto y múltiples hematomas en espalda y brazos. La defensa de Amaya afirmó ante la Corte de Arizona que “hay, por lo menos, dos casos de mujeres jóvenes utilizadas de la misma forma que la señora Amaya, como mensajeras”. Por cruzar con 3.6 kilos de metanfetaminas escondidas debajo de su ropa, María Verónica Martínez recibiría 2 mil dólares. La ciudadana estadounidense intentó cruzar por la Garita de Nogales, en Arizona, a bordo de su Dodge Stratus 1997, casi a las ocho de la noche del 25 de febrero de 2013. Sujetada con cinta adhesiva, la metanfetamina permanecía pegada a su torso, pero fue descubierta por agentes fronterizos. En libertad condicional, Martínez enfrenta los cargos de los cuales se declaró culpable: posesión con intención de distribución. La metanfetamina sería entregada a un desconocido en una tienda Walmart de Casa Grande, Arizona, quien le entregaría el efectivo. La Ley de Sustancia Controladas de Estados Unidos regula la posesión, manufacturación y distribución de narcóticos y químicos utilizados en la producción ilícita de sustancias o drogas ilegales. Para tipificar la gravedad del delito, existen cinco categorías para cada tipo de droga. Las dos primeras clasificaciones reúnen a las drogas de mayor riesgo: marihuana, heroína, LSD y peyote en la primera; cocaína, metanfetamina y opio, en la segunda. A pesar de que la Ley determina sentencias de prisión y fianzas para los ofensores, en las Cortes Federales, se negocian los tiempos a cumplir y las cantidades a pagar. Por ejemplo, Amaya transportó 6 kilos de heroína, la sentencia sería de 10 años a cadena perpetua y una fianza de 10 a 50 millones de dólares. Las mismas sentencias y fianzas se asignarían cuando se posee con intención de distribuir 5 kilos o más de cocaína, más de una tonelada de marihuana y de 50 a 500 gramos de metanfetaminas. Sin embargo, Vasa Von Major, ciudadano norteamericano, culpable de transportar 30 kilogramos de metanfetamina, cumplirá una condena de 5 años y 10 meses de prisión. Sorprendido en la garita de Douglas, en Arizona, el sujeto escondía la droga sintética en un compartimento hechizo dentro del tanque de gasolina de su Honda Accord. Recibiría 5 mil dólares por el trasiego, aunque aseguró no conocer la cantidad ni tipo de droga que transportaba. Mediante un acuerdo con la Corte, al norteamericano detenido en noviembre de 2012, se le condonarán los cuatro meses que estuvo encarcelado durante el proceso judicial, y una vez liberado, pasará 36 meses adicionales bajo libertad condicional. Decomisos altos, sentencias bajas Desde el 1 de octubre de 2012 hasta el 31 de mayo de 2013, la oficina de Tucson en Arizona decomisó 61 toneladas de marihuana, 1.3 de cocaína, una tonelada de metanfetaminas -con un incremento del 78% en 2013, en comparación a 2012- y 304 kilogramos de heroína. Son 64 toneladas decomisadas de narcóticos, además de 13 armas de fuego, 22 rifles y más de 53 mil municiones. Las garitas de Arizona son la excepción en la franja Sur del territorio estadounidense. En el país, la Patrulla Fronteriza incautó, en promedio, 6.4 toneladas por migrante detenido; Arizona aprehendió a 64 mil 444 personas de octubre de 2012 a mayo de 2013, casi 60 mil personas más que en el año fiscal 2012. Mientras los agentes fronterizos continúan con los fuertes decomisos de droga -en un fin de semana confiscan metanfetaminas y cocaína con valor de 1.8 millones de dólares-, la Fiscalía Federal del Distrito de Arizona concede sentencias menores. El 26 de julio de 2012, Ricardo Osornio Gutiérrez, mexicano de 36 años, manejaba su Silverado 2005. Recibiría 5 mil dólares por transportar 288 kilogramos de marihuana desde la frontera de Douglas, Arizona, hasta Colorado. Admitió su culpabilidad ante la Corte y, en febrero de 2013, seis meses y medio después de su arresto, acusado también de importación de marihuana, así como de posesión con intención de distribución, el juez determinó dos años y un mes de prisión, más cuatro años de libertad condicional. Por transportar 14.8 kilos de heroína, Noel Solís, de 21 años y ciudadano norteamericano, recibió una sentencia de 36 meses más 5 años de libertad condicional. También se declaró culpable. Los dos casos se arreglaron mediante acuerdos de Corte. Aunque los decomisos continúan a la alza en el país del Norte, la droga sigue filtrándose por la frontera. Tan solo en California, la Oficina de Políticas Nacionales de Control de Drogas reportó más de 3 millones de personas adictas. Por su parte, la Oficina Forense de San Diego reveló 269 muertes por sobredosis durante 2011, más de la mitad relacionadas con el consumo de metanfetaminas, la segunda droga más decomisada en las garitas de California, solo por debajo de la marihuana. Más allá de las consecuencias de la venta de drogas en las calles de Estados Unidos, los recortes presupuestales en la Federación disminuyen la capacidad de las cortes para procesar a los delincuentes detenidos en la frontera. Y es que en California, una persona tras las rejas cuesta 45 mil dólares al año al erario público. Una cifra más: el estado vecino destinó 60 millones de dólares a la manutención de detenidos por marihuana. Así, a pesar de los esfuerzos por detener la droga en la frontera, los acuerdos en la Corte conceden sentencias menores a los acusados, mientras los narcóticos continúan llegando a manos estadounidenses.