Esta semana leí en el periódico dos noticias que me impactaron por su absurdo e incongruente contenido. La primera noticia: Que el instituto cultural de Baja California (ICBC), un consejo integrado por la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), el Colegio de Arquitectos e ingenieros y 23 instituciones más lleven a debate que la tauromaquia sea considerada patrimonio cultural de Baja California. La segunda noticia: La Delegada de la zona Centro Raquel Stabinsky Velazco, por la falta de turismo en la Avenida Revolución, promoverá ante el Cabildo “rescatar” a los “burro cebras” y que éstos sean reconocidos y patentados como íconos de la ciudad de Tijuana. Ahora me pregunto: ¿Pero qué clase de sociedad y representantes de la cultura y la función pública tenemos? ¿Cómo pretenden que la tortura y el asesinato de animales sean considerados íconos del patrimonio cultural de BC? Estas acciones criminales no deberían, ni siquiera, ponerse en la mesa para ningún debate. Menos aun cuando el ser humano se precie de serlo. La tauromaquia provoca tortura y sufrimiento al animal hasta provocar su muerte, muchos dirán que esto es un arte, pero ¿asesinar es un arte? A los pobres burros de la Avenida Revolución, sus dueños los torturan, los explotan, al igual que los proxenetas a las mujeres, esperando solo las ganancias aun a costa del sufrimiento infringido. A estos pobres inocentes, los mantienen todo el día parados bajo los inclementes rayos del sol, inmovilizados del cuello y las patas con unos atrinques de madera. ¿Esto es humano? ¿Todo este sufrimiento solo para que los “burros descerebrados” se tomen la foto? Siempre me he preguntado para qué sirve la Profepa. ¿Qué no se encuentra entre sus obligaciones sancionar actos criminales y de abuso que atenten y pongan en peligro la vida de los animales? La única respuesta es que alguien no está desempeñando bien su trabajo. Me voy a permitir darle un consejo al Instituto de Cultura de Baja California, a la Mesa sin razón de ser que integró para este debate, y a la delegada de la zona Centro Raquel Stavinsky Velazco. La cultura, como la misma palabra lo explica, significa civilización. El ICBC debería enfocarse a promover actos culturales y a bajo costo para hacerlos más accesibles a la mayor parte de la población, en lugar de promover acciones que solo denigran la esencia del ser humano, pues la tortura ay el asesinato jamás deberían formar parte del legado cultural de ningún pueblo. A la Señora Delegada de la zona Centro Raquel Stabinsky Velazco, ¿por qué mejor no promueve ante el cabildo una mega campaña de limpieza y saneamiento ambiental en su delegación? Ésa sí sería una acción digna de tomarse en cuenta, sus calles y establecimientos para atraer al turismo se encuentran en la peor de las inmundicias. Y qué me dice de los antros de vicio del primer plano de la Avenida Revolución. La imagen que éstos proyectan solo atrae a turistas de quinta categoría y la derrama económica de todo esto solo la aprovechan los dueños y los proxenetas de estos antros. No es martirizando animales como va a resurgir el turismo en la Avenida Revolución, es poniéndose a trabajar por causas más nobles y sancionar tanto a los proxenetas de mujeres como a los de los animales. Pues hasta la fecha y aunque nos pese, Tijuana es considerada la capital del vicio y la prostitución. Y éste sí es el único patrimonio “cultural” de Tijuana reconocido a nivel mundial y sin mesa de debate. P.D. Ahora solo espero que en la próxima administración municipal del Doctor Jorge Astiazarán Orcí (el cual es de una humanidad a toda prueba) se tome en cuenta a personas como el Doctor Luis Alonso Villegas Cuervo y el Licenciado Luis Hernández, defensor de los derechos de los animales y el cual ya interpuso una demanda de amparo para debatir el tema. Atentamente. Armida Saralegui Tijuana, B. C.
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