Domingo 26 de mayo de 2013 en la madrugada, ya cerca de las cuatro de la mañana y el ajetreo en el bar Rehab -ubicado en Plaza Azteca, entre Avenida L. Montejano y Benito Juárez- apenas disminuye. La agenda nocturna incluyó, aparte de las decenas de jóvenes visitantes, un pleito en el estacionamiento que comparten varios antros, ahí en plena “zona turística” de Mexicali. En ese momento, en la oficina del Rehab -cuyo frente da hacia el Bulevar L. Montejano- coinciden varias personas, entre ellos, los socios del lugar que hacen corte, dos empleados, y tres mujeres, entre ellas Mónica Yesenia Meléndez. De repente un tronido en la puerta de vidrio de acceso a la oficina, y al golpe le acompaña una estela de lumbre que cruza la estancia y se estrella con una de las paredes interiores, precisamente donde estaba Mónica Yesenia, quien de repente se vio envuelta en llamas. La molotov había sido lanzada desde un auto que solo se acercó hacia el carril de estacionamiento, ni siquiera paró. Con el ataque llegó el caos, los gritos y las llamas que inundaron el local. Los grupos de emergencia llegaron, la joven mujer y uno de los dueños del lugar fueron llevados inmediatamente al hospital privado Al Mater Avenida, y posteriormente trasladados hasta el también privado Hispano-Americano. Mónica Yesenia Meléndez, de apenas 30 años y madre de tres niños pequeños, resultó con quemaduras en el 70 por ciento de su cuerpo, pero además, con daños por quemaduras en las vías respiratorias, tráquea, esófago y pulmones. La noche del mismo domingo y después de una serie de trámites, la mujer fue trasladada hasta el Hospital 5 de Diciembre del ISSSTE -reinaugurado apenas en noviembre de 2012-, pero dos días después, fue necesario trasladarla de nuevo al Hispano-Americano, debido a una falla en el sistema de refrigeración del nosocomio federal. Contrajo neumonía. Las deficiencias Actualmente, familiares y amigos reúnen los recursos económicos para que la afectada siga recibiendo atención médica, porque ninguna entidad es capaz de apoyarlos: 1. Ni las autoridades municipales que no proporcionaron la seguridad adecuada, ni vigilaron como correspondía una zona turística, en la que por cierto, tampoco tienen establecidas cámaras de vigilancia que den cobertura efectiva a la zona; situaciones que permitieron escapar a los criminales. 2. Tampoco el antro, cuyo seguro no cubre “este tipo de imprevistos” y que en su espacio comercial, abarcando dos bares, solo tiene colocada una cámara de seguridad en el estacionamiento, razón por la cual resultó casi imposible -según la autoridad- identificar a los presuntos agresores que, además de haberles lanzado la bomba desde la calle, habían discutido con los dueños afuera del negocio, lejos de la única cámara, poco antes del ataque. 3. Menos aún, los legisladores que siguen dando largas a la Ley de Víctimas –que contempla apoyo legal, psicológico y médico- que se aprobó en lo federal desde el año pasado, pero fue retomada para discusión por diputados locales apenas en febrero de 2013, y está aún lejos de su aplicación. 4. Se suma la parte médica, ya que en Baja California no existe atención especializada en quemaduras. Dado su mal estado, la joven madre debió haber sido trasladada inmediatamente a una clínica de Tercer Nivel con Atención Especializado para quemados, pero no existe alguna en la entidad. El director del Hospital 5 de Diciembre del ISSSTE en Mexicali, Mario Emanuel Solares Sánchez, explicó que Mónica está siendo atendida en el privado, por un doctor intensivista de apellido López Carrizosa, además de una cirujana plástica. Detalló que la joven está sedada y que no puede respirar, ya que al tener los pulmones quemados, es necesario aplicarle el oxígeno a través de un ventilador, pero a una presión alta, debido a que “los pulmones no están trabajando de la mejor manera”, y acepta que esta situación podría tener efecto sobre otros órganos. Palos de ciego “Tenemos ahí una investigación, los dueños del bar refieren que unos clientes habían salido inconformes, es la línea fuerte de investigación que traemos”, versión que sostiene desde hace 11 días, la subprocuradora de Zona en Mexicali, María Elena Andrade, quien acepta que otras líneas de investigación tienen que ver con las relaciones presuntamente turbias del dueño del bar y la clientela que ahí asiste. La funcionaria agregó que hay responsabilidad moral de parte del bar -en cuanto a daños en la salud de la joven- y sobre los participantes en el incidente (el pleito anterior al atentado). De igual manera, explicó que no tienen ubicado el número de participantes, pese a que existen algunas cámaras. “Más que nada estamos esperando las querellas, porque nosotros tenemos que intervenir en el área penal”, expuso Andrade, además de admitir que la autoridad ya tuvo acceso a los videos, pero no los habían obtenido oficialmente. Para Arnoldo Castilla, abogado especializado en Derecho Penal, el caso debe investigarse con mucho cuidado, sobre todo para saber las motivaciones. “Por el medio utilizado, implica un problema grave para la tranquilidad, para el orden social”, expuso el académico. Al referirse al tipo de crimen manifestó: “Lo han puesto de moda grupos de delincuencia organizada, por eso se necesita una investigación muy a fondo, sobre todo saber la motivación, si fue un momento de enojo de un cliente, o es eliminar competencia”. El abogado consideró que en este caso, existe una obligación de tutela por parte del Estado. Respecto al Ayuntamiento de Mexicali, explicó que el gobierno municipal faltó a su deber de proporcionar seguridad y vigilancia obligada en zonas donde se ubican estos centros de diversión; además de que fallaron en exigir a los empresarios, tener los medios adecuados de cuidado y vigilancia.