París. El próximo otoño se hará pública la nueva evaluación PISA, que mide el desempeño de los alumnos al terminar la escolaridad elemental. Este es un examen general que se aplica en los países afiliados a la OCDE e incluye la Lengua nacional, las matemáticas y ciencias. Normalmente el tamaño de muestra por país es inferior a los diez mil alumnos; por razones que no están claramente definidas, las autoridades de nuestro país pidieron que la evaluación sea de 30 mil alumnos. El examen se realiza en un solo día y toma aproximadamente dos horas. Los alumnos convocados disponen de varios cuadernillos diferentes aunque todos tienen preguntas equivalentes y el mismo formato. En cada ocasión se da especial énfasis a una de las tres aéreas. La aplicación de este instrumento se hace cada tres años y México participa desde el inicio de estos trabajos en el año dos mil. Este examen evalúa destrezas a partir de los conocimientos que normalmente se adquieren en las escuelas ordinarias. Se trata de medir qué tanto el grupo nacional tiene las habilidades para leer y comprender textos; resolver problemas en el mundo de las matemáticas y las ciencias. Todo esto referido a lo que marcan los programas oficiales en curso. La valoración que se hace pública no se refiere a un alumno, grupo o escuela en particular. Los resultados se refieren a la universalidad de quienes participaron en el proceso en el país participante o en regiones administrativas, como estados en nuestro caso. Los resultados de ninguna manera son para aprobar o desaprobar el desempeño de los alumnos, los maestros o los sistemas estatales o nacionales. Se trata más bien de una herramienta para valorar la situación de cada país a fin de que en consecuencia se tomen las medidas correcticas y de mejora adecuadas. Los resultados que presenta nuestro país son consistentemente deficientes: se encuentran entre los tres o cuatro países más bajos en el grupo de más de 30 participantes. Sobresalen en este tipo de evaluaciones naciones como Finlandia o Hong Kong; Corea del Sur, Canadá o Australia. Si bien Baja California puede considerarse como una las entidades con mejores resultados, éstos distan mucho de lo deseable. Esto nos habla de la desvalorización generalizada de la educación. Al parecer ni las familias, ni las escuelas ni las comunidades estamos haciendo lo necesario para que nuestros niños y jóvenes sean exitosos. Vamos a esperar los resultados de otoño, aunque de antemano, no creo sean muy positivos. Sus comentarios: antonio.meza.estrada@gmail.com sígame en @antoniomezae
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