La Policía Federal no es la corporación con mayor credibilidad y confianza en la República Mexicana. De manera tradicional, en Baja California hemos sufrido a los enviados que desde el Gobierno Federal –sea del PRI o sea del PAN– les ordenan mantener en esta región norteña la tranquilidad. En tiempos recientes los escándalos de corrupción no fueron la excepción. El anterior Comisario de la Federal, Luis Eduardo Vega Camberos, fue detenido luego que empresarios locales lo acusaron de extorsión. A pesar de una operación encubierta que se orquestó entre agentes de la Procuraduría General de la República y los hombres de negocios de Baja California para aprehender a Vega en flagrancia, un juez federal determinó que aquello no ameritaba ni juicio ni prisión. Los empresarios, medianos la mayoría, habían acusado al ex comisario de extorsión sistemática. Durante meses, años, Policías Federales les solicitaron dinero para no detenerlos o confiscarles mercancía. En la mala jugada había otros federales implicados. Recuerdo también el caso cuando un joven aspirante a Federal vino a las oficinas de ZETA. Denunció cómo los Policías que arribaban a Tijuana por parte de la Federación, ya tenían el negocio ilegal armado. Secuestraban narcomenudistas para que sus familias, ante el temor de la cárcel por el mal comportamiento, les pagaran un rescate. De paso los golpeaban, los amagaban con dañar a la familia, les robaban hasta el enser más modesto y de ahí para adelante pedían la cuota para no detenerlos sabedores que criminales eran. El aspirina (que se integró a la federal para convertirse en real policía algún día) no aguantó más. Trajo fotografías, documentos, detalló las historias de horror cometidas por los Federales contra la sociedad a la que habían jurado proteger. Luego se engolosinaron, pasaron de levantar o secuestrar malandros para extorsionar a empresarios y ciudadanos de bien. Después vendría la etapa de la división. Los Federales en medio de la pugna entre el cártel Arellano y la célula de Teodoro García Simental, se fueron con los primeros. Robaron droga a la mafia, se apoderaron de lo ilícito y fueron perseguidos por el narcotráfico. Las balas les cayeron a los pies cuando se hospedaban en indistintos hoteles del Bulevar Agua Caliente y del Díaz Ordaz. Con aquellas insanas actitudes regresaron a la Policía Federal a los noventa, cuando cada cártel tenía su corporación. Entonces era tradición, los Judiciales del Estado protegían a los Arellano y los Judiciales Federales a los de Sinaloa. Imborrable en la historia criminal de Tijuana el enfrentamiento que tuvieron el 3 de marzo de 1993 sobre el Díaz Ordaz. Muchos cuerpos y mucha sangre tendidos en el pavimento. Con Genaro García Luna al frente de la Secretaría de Seguridad Pública Federal la situación no cambió mucho. Las agencias norteamericanas que colaboraban con información hacia las mexicanas para capturar criminales, preferían entenderse con Generales o Almirantes que con Comisionados Federales. Total, nadie les tenía confianza, y muchos les huían, no les fueran a robar algo. A la llegada de Enrique Peña Nieto a la Presidencia de la República, lo primero fue eliminar la Secretaría de Seguridad Federal. La entidad otrora poderosa quedó reducida a una Comisión de la Policía Federal, pero bajo las órdenes de “El Jefe” Mondragón, como se refieren al ex director de Seguridad del Distrito Federal, Manuel Mondragón, hay quienes tienen esperanzas de un cambio en la corporación. Ciertamente lo primero fue rotar a los Policías Federales por todo el país. Aun cuando limpia de personal no ha habido, presumen un nuevo plan de ataque. Ahora Policía Federal de proximidad es la que patrullará carreteras y atenderá los llamados de auxilio al *88, una central en Iztapalapa, Ciudad de México desde donde girarán las órdenes a las distintas regiones del país. Aparte las divisiones de la Policía ahora bajo la tutela de la Secretaría de Gobernación: la de inteligencia, la de investigación, científica, de seguridad regional y la división de Fuerzas Federales. Hace unas semanas llegó a Baja California el nuevo Comisionado de la Policía Federal, Antonio Gutiérrez Lugo, para acompañarle y desde distintos puntos de la República se han sumado subdirectores, comandantes. También arribó una División de Inteligencia. Ahora dicen que sí irán tras la captura de narcotraficantes y criminales, también por el decomiso. A saber. Lo que sí, es que han comenzado a investigar. Ojalá.