La ciencia no ha podido demostrar lo contrario, y el imperio del César se fraccionó en millones de cachitos, y ahora son hechura del pueblo de Dios; si muchos se sienten huérfanos, allá ellos; ahora ya no tienen ni Dios ni César. Quienes niegan la existencia del Creador por no estar bajo su mando, que piensen en buscar su protección abriéndole su corazón, como ya lo han hecho en algunos estados y municipios de México sin que pase nada malo; los únicos que se asustan son los que se sienten del cuarto poder, y porque casi todos los dueños de los medios de comunicación, son sectarios y odian a la iglesia, y obligan a sus trabajadores a rechazar sus dogmas para amedrentar al creyente. Debemos pensar que Dios es espíritu puro, con un poder absoluto, capaz de dominar las fuerzas del mal en todo el universo, confiemos en él y formemos un gobierno de laicos comprometidos con Dios y con el César, para que en su momento trabajen para el César pagándole tributo a Dios. Vicente Martínez Méndez Tijuana, B.C. Correo: vicentemartinez4998@gmail.com