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miércoles, octubre 2, 2024
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“El cine mexicano está en el abandono”: Damián Alcázar

Damián Alcázar no se limita al momento de opinar sobre un tema. En ese aspecto es igual que para sumarse a trabajos, no conoce barreras. Se deja ir y pone total entrega en ambas situaciones. Adecua su pasión por el cine a una ya habitual apretada agenda. De esa forma fue que recientemente visitó la frontera para ser el narrador en castellano de “Rocky Mountain Express”, cuya trama se centra en 1885 para conocer la odisea detrás de la construcción del ferrocarril Canadian Pacific Railway.  “Me invitaron a hacer un trabajo que me ha gustado muchísimo desde que lo inicié. Ya he hecho algunas cosas así, el último trabajo de narrativa que hice para la televisión fue con Discovery Channel, con los programas del África y me encantó. No dudé para nada el venir a darle mi voz a una película del IMAX para el CECUT. Lo disfruté muchísimo, por supuesto, y constaté que hay muchísimo talento y gente preparada aquí, en una infraestructura que sigue creciendo porque los jóvenes con los que fui a su estudio de sonido, son muy eficaces, muy conocedores de su equipo y el trabajo, así que la pasamos bastante bien”, declaró en entrevista con ZETA el actor de la cinta “El Infierno”. Edgar Aarón Rodríguez Díaz, gerente de Medios Audiovisuales en el Centro Cultural Tijuana (CECUT), fue quien a principios de mayo comenzó la gestión para contar con Alcázar en el doblaje, tras llegar a la conclusión de que “su voz era la que mejor quedaba por su tono, color y cómo se escuchaba comparándola con la versión en inglés”. Después de que obtuvo el visto bueno, solo hubo dos semanas para cuadrar agendas, horarios y hacer el guión que finalmente se grabó en el estudio Antídoto Sound Lab en Playas de Tijuana. “La de voz Damián queda perfecta. Podría decirse que fueron dos sesiones de trabajo. La primera fue el día que llegó, el miércoles (22 de mayo). Damián no había visto la película completa, se le había mandado el tráiler y el guión por escrito para que lo fuera estudiando, pero ya que llegó aquí se le mostró completamente para que la escuchara en inglés y viera cómo era el tono. En ese momento también se citó a la gente del estudio de grabación para que hubiera un primer contacto con ellos y le aclararan dudas y forma de trabajar. Finalmente Damián tiene mucha experiencia en el campo de trabajo, así que no hubo que anotar mucho”, detalló Rodríguez Díaz. El trabajo pesado fue el del segundo día, ya que en éste se realizó la grabación completa en dos bloques. Primero de 10:00 am a 2:00 pm, y después de 3:00 pm a 7:00 pm. Sobre las variantes en exigencia respecto a grabaciones de voz y frente a cámara, además del doblaje profesional, el histrión comentó: “Digamos que no es tan complejo, no implica el que hagas un personaje o que lo vayas a crear como en una película. En el caso del doblaje no pasa eso exactamente, pero hay muchísimas cosas que los dobladores profesionales desgraciadamente no tienen. Ellos tienen el ejercicio constante, pero son tan chatos que su voz siempre suena igual, es la misma en todos sus personajes. Justamente el asunto sería que cada personaje fuera diferente, pero ése es tema de  actuación. Eso no se les puede exigir a los que doblan porque, primero, no hay tiempo, se les presenta el trabajo y lo tienen que hacer de inmediato”. Para la narración de Damián Alcázar se hizo un guión especial en el que la traducción no fuera literal porque, a decir de él, “sería espantoso” para los espectadores. “La historia de los trabajadores que murieron por la proeza tremenda hacer el ferrocarril transcontinental, y que valía la pena rescatar y darle énfasis, para hacerle entender a la gente que todas esas cosas han costado vidas”, se estrenará en el Domo IMAX en septiembre.   Visita fortuita con frutos extras En menos de dos semanas, la escala en Tijuana del actor que ha prestado su voz para otras películas como “Harry Potter y el Prisionero de Azkaban” y “Las Crónicas de Narnia: El Príncipe Caspian”, se concretó gratamente. Sin embargo, el escaparse de su trabajo en turno no sucede con frecuencia. Para cuando las situaciones no se dan, tiene su propia solución: “Fíjate que siempre estoy muy lleno de cosas, pero al contrario, se van acomodando. Es una cosa extraña. Yo tengo la teoría extraña de que uno tiene que hacer lo que le toca hacer. A veces me pierdo cosas porque estoy metido en otro proyecto y digo, ‘claro, es que a mí no me tocaba’. Vale mucho la pena pensar así, porque no te pierdes nada. Estás haciendo algo y todo se va acomodando”, declaró. Por otro lado, expuso a ZETA su relación con la ciudad: “Tijuana me encanta, se come delicioso, es una ciudad muy fuerte con una personalidad más fuerte. Tiene calidad y por supuesto que para algunos es muy ruda, pero uno que viene aquí y observa se da cuenta que es una ciudad muy rica. (A mí) Me nutre mucho”. “Un Mundo Maravilloso” y “La Ley de Herodes”,  son otras de las películas que han permitido al actor mostrarse en personajes atípicos, que con frecuencia lo relacionan con esa rudeza que él distingue en Tijuana, pero entre risas dijo: “No soy tan rudo, soy más bien suavecito”. Lo cierto es que su énfasis se centra en retornar cada que lo inviten a proyectos, pues en esta visita dejó claro que el tiempo no es impedimento alguno. Con solamente tres días en la ciudad, los resultados fueron amplios. Logró cumplir el objetivo del viaje y, de paso, sembrar la posibilidad de un ciclo de cine mexicano en la Cineteca Tijuana. Respecto a ese punto, declaró: “El cine mexicano está en el abandono. Si quieres ver cine mexicano tienes que verlo en piratería porque no hay de otra, no hay salas de cine. Edgar (Rodríguez) me platicó de la sala de aquí, la (Carlos) Monsiváis. Bajé y está formidable. Es casi una extensión de la Cineteca, así que ahora tendré que ir a hablar con la directora de la cineteca y decirle, ‘oye, yo vivo en San Miguel Allende y queremos hacer un cine para ver puro cine mexicano’. En este caso no es para puro cine mexicano, pero sí para cine de calidad y cine mexicano también. Por ahí inició la plática y me dijo que me trajera mis películas. Me quedé calladito y pensando,  ‘sí, yo lo hago, yo vengo; yo platico con la gente después de cada película y te propongo invitar a otros actores, entonces Ustedes ponen películas de Joaquín Cosío y yo le digo a Joaquín Cosío que venga y hable. Después Dolores Heredia o Carmen Beato, y que vengan y hablen’”. El objetivo del plan, que tendría que estructurarse bien y ser aprobado oficialmente, sería atraer al público interesado en el cine mexicano. Convocarlo a la proyección de filmes y charlas en torno a la situación nacional de los creadores y la cultura general, ya que el actor afirma: “Sí hay mucha gente que nos quiere escuchar y ver”.   El reto de la distribución Una vez iniciado el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto, el cambio de titular en el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) se dio para dejar al frente a Jorge Sánchez. Como tarea pendiente de la administración que tuvo a su cargo previamente Marina Stavenhagen, el productor comenzó actividades recalcando el trabajo que falta en aspectos de distribución. Cuestionado por ZETA sobre la viabilidad del esquema que ha seguido el organismo, Damián Alcázar expresó: “Él no puede hacer gran cosa frente a la distribución porque va directamente arraigada o pegada a la exhibición, y ésa es de unos cuantos señores. Unas cuantas familias son los dueños de la sala de cine, las que ganan dinero sin poner un solo peso para hacer cine y ganan millones y millones. Es una concesión como le dieron a (Carlos) Slim lo de teléfonos. Es con ellos y, como son gente de negocios, no los vamos a convencer de que le demos mucho más espacio, el espacio requerido al cine mexicano, entonces tenemos que buscar que se hagan salas de cine que lo pasen”. Extendiendo esa urgencia de cines alternos a producciones iberoamericanas y todas aquellas de calidad, agregó: “No nos podemos perder de tanto porque simplemente los señores de los cines solo quieren poner en cinco salas ‘Iron Man 724’, o ‘Rocky’, que creo que ya van a filmar la 193. Pura mierda. Entonces él (Jorge Sánchez) no podrá hacer nada. Sí intentará y hablará con ellos, presionará como lo han estado haciendo los demás, pero no, el chiste es que se generen otras  salas, ése sería el mejor remedio… Ahí sí debería apoyar Jorge, yo si tengo oportunidad le diré, el asunto es crear salas de cine”. Para la mayoría de los creadores y participantes del cine nacional, la percepción no dista mucho de lo dicho por Alcázar: “Los dueños de los cines te programan si ven que puedes tener éxito, y si no, te sacan, pero no, el cine es una manifestación cultural, no tiene que ser un éxito. Sí es un sujeto de compraventa, pero también es una manifestación de un pueblo, de unos jóvenes o no tan jóvenes, historias que hablan de nosotros y debemos rescatar”, por eso recalcó tajantemente: “Necesitamos salas de cine que se aboquen a pasar buenas películas, no exitosas porque para ésas, ya las hay”.   El México que superó la ficción Más de ochenta trabajos entre televisión y cine respaldan la trayectoria del michoacano ganador dos veces al Ariel por Mejor Actuación, uno de ellos con la ópera prima de Carlos Bolado, “Bajo California: El Límite del Tiempo”. Pero aun fuera de sus logros, se sigue distinguiendo, principalmente por ser un ciudadano preocupado por la situación de su país. Pertenece al grupo de activos en redes sociales para denunciar el atropello de la autoridad sobre la gente a la que deberían servir. En su visita a Tijuana no desaprovechó la oportunidad de compartir cómo se percibe ante el México actual: “Me siento como el Benny (García, su personaje en ‘El Infierno’) cuando regresa de los Estados Unidos y tiene que hacer algo que no debería hacer, sobrevivir… Es una cosa muy extraña, está de la chingada la situación. La televisión y la prensa tienen prácticamente la orden de no hablar de eso para que la gente crea que ya no pasa, que ya todo está bien, cuando hay un montón de gente que está sufriendo. Entonces sí, la cosa está muy mal y hay que hablar de ello porque eso es lo interesante, hablar de cosas necesarias, cosas urgentes, cosas que la gente tiene que saber. De eso hay que hablar en el cine y donde sea”. Justamente para no dejar de mostrar la realidad, el actor ha seguido la línea de trabajos que cuestionan lo que pasa. Entre ellos está su próxima participación con Luis Estrada, “La Verdad Sospechosa”: “Ahorita estoy filmando con él, con su inteligencia y la vitalidad de su cine, estamos haciéndolo muy bien. Está surgiendo una película formidable. ‘La Verdad Sospechosa’ no es la (obra) de Juan Ruiz de Alarcón, la verdad sospechosa es la de la tele, que siempre dice la verdad, pero siempre es muy sospechosa”. — Entonces, ¿volverán a hacer mancuerna para ser los que ponen el dedo en la llaga? “Por supuesto, o el pisotón en el callo”, aseguró quien próximamente dará un curso de actuación en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), asista como jurado en los festivales de cine de Venezuela y Lima, y posiblemente vaya a Paraguay para ver detalles de “Mangoré”, que rodará en enero. En ese intermedio continuará sus planes con “Hágase tu Voluntad”, producida  por Itatí Cantoral, cinta que rodará escenas con tiburones ballena en lo que queda del año, para concluir el próximo. Por último, en el transcurso de julio, Damián Alcázar visitará Colombia por quince días para un trabajo muy peculiar: “Voy para hacer algo sobre (la serie) ‘Breaking Bad’ en castellano. Yo quería hacer el protagonista (Walter White) pero me lo perdí porque están más lejos y no pude hacer la audición y, ni modo, eligieron a un colombiano. Pero hay uno con el que me voy a divertir mucho, es un narco mexicano que se llama ‘El Tuco’, pero más que personificar a un narco, voy a personificar a alguien de ficción”, concluyó.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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