Sabiendo de lo rechazada que se siente la familia Castañeda Pomposo en la repartidera de candidaturas panistas, la maldad del priismo los buscó para jalárselos. Fernando Castro Trenti envió para comprar –bueno, convencer– a los panistas echados a un lado, principalmente a Javier y Raúl. Ofrecieron puestos y, claro, efectivo; mucho. Quien les hizo la oferta recuerda que los panistas se mostraron interesados por conocer cifras y ofrecimientos. Finalmente los panistas se quedaron con el PAN y los del PRI sin ellos. Orgullosos, platican a sus cercanos que no aceptaron; aunque otros sospechan que más bien simplemente no les llegaron al precio.